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Mujeres investigadoras de la Fundación CRIS contra el cáncer hacen un llamamiento a la sociedad y las instituciones para continuar trabajando por la igualdad de la mujer en la ciencia y recuerdan las dificultades a las que se enfrentan las investigadoras, sobre todo a la hora de alcanzar los puestos más altos de su carrera.
Las mujeres representan más del 50% del alumnado universitario y tienen una presencia equitativa en las primeras etapas de la carrera investigadora. Sin embargo, a medida que se avanza en la jerarquía académica y científica, su presencia se desploma hasta alcanzar solo un 26% en posiciones de liderazgo, según los últimos Informes de Mujeres Investigadoras del CSIC.
El techo de cristal en la ciencia no es casualidad. Investigadoras de diversas disciplinas coinciden en que existen barreras estructurales que dificultan el acceso de las mujeres a los cargos de responsabilidad, entre ellas:
- Falta de estabilidad laboral: La precariedad y los contratos temporales hacen que muchas mujeres abandonen la carrera investigadora antes de consolidarse como líderes.
- Impacto de la maternidad y la conciliación: Las mujeres, en su etapa postdoctoral, se enfrentan a interrupciones en su carrera científica y dificultades logísticas desde el embarazo (incluso antes) hasta mucho después de dar a luz, en un momento en el que se necesita una gran productividad científica.
- Diferencia en el reparto de responsabilidades: En muchas ocasiones todavía se da por hecho que las mujeres se ocuparán principalmente de las responsabilidades familiares, de cuidadores, etc. y eso puede contribuir al abandono de la carrera científica y la escasa representación de mujeres en roles de liderazgo.
- Desigualdades logísticas que afectan a la conciliación: Dificultades como la falta de salas de lactancia en los centros de investigación, guarderías, o reuniones a deshoras complican mucho combinar la investigación con una vida familiar.
- Sesgos en la evaluación y promoción: Estudios al respecto afirman que, en tribunales científicos con mayoría de hombres, las mujeres tienen un 14% menos de posibilidades de ser seleccionadas.
- Falta de referentes femeninos: A pesar de que hay muchas mujeres en las fases iniciales de la carrera científica, la presencia de referentes femeninos en posiciones avanzadas es limitada. Esto puede influir en la percepción de las mujeres sobre sus posibilidades de avanzar en sus carreras.
- Desigualdad en la financiación: Las investigadoras reciben, de media, menos financiación y recursos que sus compañeros varones en proyectos de investigación.
La Fundación CRIS contra el cáncer impulsa el talento de investigadores e investigadoras jóvenes, proporcionando medios competitivos para que puedan permanecer en España y desarrollar sus carreras científicas con el objetivo de avanzar en los tratamientos y la investigación contra el cáncer. Actualmente, más del 70% de los investigadores que han recibido algún Programa CRIS de Investigación (unas convocatorias de muy alto nivel para investigadores brillantes) son mujeres, pero todavía queda mucho camino por recorrer.
Maternidad y conciliación: un punto de inflexión en la carrera científica
La etapa postdoctoral, cuando los científicos deben consolidar su producción y obtener proyectos de financiación, coincide con la edad en la que muchas mujeres deciden ser madres. La falta de medidas reales de conciliación provoca que muchas investigadoras sufran un frenazo en su productividad, mientras que sus colegas masculinos no experimentan la misma penalización.
Pese a las mejoras notables durante los últimos años, en el día a día, el tener hijos supone aún una distinción entre hombres y mujeres, por toda una serie de razones. Durante el embarazo, además de los malestares habituales, existen numerosos procedimientos de laboratorio que por seguridad no se pueden efectuar.
Además, tras el parto, no solamente la baja maternal supone una pausa en la carrera científica, sino que por lo general durante los primeros años de vida son las mujeres las que suelen hacerse cargo de las situaciones habituales del día a día: interrupciones del sueño nocturno para la alimentación de los bebés, recogida de la guardería y de los colegios en caso de niños cuando enferman, etc. Todo esto sin olvidar las dificultades logísticas que puede suponer la lactancia.
Globalmente se trata de una época complicada, por el cansancio y la falta de concentración, que afecta principalmente a las mujeres por todas estas circunstancias, por lo que tardan mucho en recuperar la actividad y productividad normal. El problema se plantea cuando hay que aplicar a las convocatorias de proyectos y financiación, compitiendo con hombres que, aunque hayan tenido hijos no se han visto obligados a hacer frente a toda esta serie de situaciones.
Todo esto representa una de las causas de que el número de mujeres que lideran grupos sea todavía muy inferior al de los liderados por hombres. E, inevitablemente, esto hace que haya poca representación de mujeres a la hora de tomar decisiones. Precisamente por este “frenazo” en la carrera profesional muchas mujeres acaban postergando su maternidad.
Además, en esta etapa de búsqueda de un embarazo, la carga emocional y el impacto físico que conlleva la dificultad para ser madre, el tener que someterse a tratamientos de fertilidad o el miedo a perder un embarazo en curso y con complicaciones, es claramente desigual entre hombres y mujeres.
En un mundo como el de la medicina y la investigación clínica, donde la mayor parte de los facultativos e investigadores tienen contratos temporales y por proyectos, ser madre puede suponer una clara barrera para poder avanzar y acceder a posiciones de liderazgo. Por tanto, dar a conocer y visibilizar que otras mujeres de ciencia han conseguido superar estos retos, puede ser importante para las investigadoras que piensen en ser madres en el futuro.
Medidas institucionales: ¿se está avanzando lo suficiente?
Algunas entidades han comenzado a implementar políticas para reducir la brecha de género en la investigación:
- Extensión de plazos en convocatorias para investigadoras que han sido madres.
- Programas de mentoría y liderazgo para científicas jóvenes.
- Requisitos de paridad en tribunales científicos y de evaluación de proyectos.
Sin embargo, estos avances no son suficientes. Se necesitan medidas concretas y sostenibles en el tiempo para garantizar la equidad en el acceso a puestos de liderazgo en la ciencia.
DECÁLOGO: 10 medidas clave para romper el techo de cristal en la ciencia
La Fundación CRIS contra el Cáncer, basándose en el testimonio de investigadoras líderes en cáncer y en datos proporcionados por diferentes organizaciones científicas propone 10 medidas urgentes para lograr la igualdad real en la ciencia:
- Fomentar la paridad en comités y equipos de investigación. Es esencial asegurar una representación equilibrada de género en comités académicos, equipos editoriales y grupos de investigación. Esto implica establecer una composición de al menos un 40% de mujeres y un 40% de hombres, para garantizar diversidad de perspectivas y enriquecer la toma de decisiones.
- Implementar políticas de selección y promoción objetivas. Las instituciones deben desarrollar políticas de contratación y promoción basadas en criterios claros y objetivos, evitando sesgos de género. Esto incluye la adopción de procesos de evaluación ciega en las primeras fases de selección y la formación de los evaluadores en temas de igualdad y diversidad. Además, es crucial establecer mecanismos de seguimiento para garantizar la transparencia y equidad en estos procesos.
- Ofrecer formación en equidad y perspectiva de género. Proporcionar programas de formación y concienciación en materia de igualdad de género dirigidos a todo el personal investigador y administrativo. Estas capacitaciones deben abordar la identificación y eliminación de sesgos inconscientes, la promoción de ambientes inclusivos y la importancia de la diversidad en la investigación científica.
- Facilitar la conciliación de la vida laboral y personal. Implementar políticas que permitan a las y los investigadores equilibrar sus responsabilidades profesionales y personales. Esto incluye opciones de trabajo flexible, licencias parentales equitativas y servicios de apoyo, como guarderías en los centros de investigación. Estas medidas no solo benefician a las mujeres, sino que también promueven una cultura de corresponsabilidad entre géneros.
- Establecer programas de mentoría y apoyo al liderazgo femenino. Desarrollar iniciativas que conecten a investigadoras jóvenes con mentoras experimentadas, facilitando el intercambio de experiencias y el desarrollo de habilidades de liderazgo. Estos programas deben incluir talleres, seminarios y redes de contacto que fortalezcan la confianza y las competencias necesarias para asumir roles de liderazgo en la ciencia.
- Integrar la perspectiva de género en los contenidos de investigación. Asegurar que los proyectos científicos consideren las diferencias de género en sus hipótesis, metodologías y análisis de datos. Esto enriquece la calidad de la investigación y garantiza que los resultados sean aplicables y beneficiosos para toda la población. Además, las agencias financiadoras deben requerir la inclusión de este enfoque en las propuestas de investigación.
- Promover la visibilidad de las científicas y sus logros. Difundir activamente el trabajo y los éxitos de las mujeres en la ciencia a través de medios de comunicación, conferencias y publicaciones. Esto ayuda a crear referentes femeninos, inspirando a las nuevas generaciones a seguir carreras científicas y combatiendo estereotipos de género.
- Garantizar la igualdad salarial y de recursos. Realizar auditorías periódicas para identificar y corregir brechas salariales de género. Además, hay que asegurar que las investigadoras tengan acceso equitativo a recursos, financiamiento y oportunidades de desarrollo profesional. La transparencia en la asignación de fondos y la aplicación de criterios objetivos en la evaluación de proyectos son fundamentales para evitar discriminaciones.
- Modificar las convocatorias competitivas teniendo en cuenta el sesgo de género. Se aboga por llevar a cabo una extensión real de los plazos en convocatorias, sobre todo para aquellas mujeres que han sido madres y han visto paralizada su carrera investigadora. No basta con unos pocos meses; los periodos para optar a becas y proyectos deben ajustarse mejor al impacto real de la maternidad. Además, valorar la calidad y el impacto de la investigación por encima de métricas productivistas (como el número de publicaciones) puede ayudar a incluir a más mujeres entre los puestos de liderazgo.
- Evaluar y ajustar regularmente las políticas de igualdad. Realizar evaluaciones periódicas de las políticas y prácticas institucionales relacionadas con la igualdad de género. Esto permite identificar áreas de mejora y adaptar las estrategias a las necesidades cambiantes de la comunidad científica. La recopilación y análisis de datos desagregados por género son herramientas clave para monitorear el progreso y garantizar la efectividad de las medidas implementadas.
La implementación de este decálogo requiere el compromiso activo de todas las partes involucradas en el ámbito científico. Solo a través de esfuerzos conjuntos y sostenidos se logrará construir una comunidad investigadora verdaderamente inclusiva y equitativa.
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