Vivimos en un mundo lleno de incertidumbre, con pandemias, crisis económicas y climática, guerras y la inteligencia artificial. Y nuestro cerebro no está preparado para adaptarse, tan rápido, a la nueva realidad. En la infancia, nos pasamos todo el tiempo observando y aprendiendo diferentes estrategias para sobrevivir. Toda esa información se va archivando en el cerebro para ser utilizada en el futuro. Pero que ha pasado, que la información guardada pertenecía a las realidades de los siglos XIX y XX. Se trata de los conocimientos que tenían guardados y nos transmitieron nuestros padres y abuelos para nuestra supervivencia. Tenemos que ser conscientes que esta información no tiene nada que ver con la realidad del siglo XXI. Con las realidades de las próximas décadas, que afectaran a cómo vivir el día a día.
Tenemos un cerebro que no le gusta la incertidumbre. Que está incómodo con la sensación de inseguridad, de no saber qué pasará en un futuro cercano. Y se siente mal y tiene miedo por no conocer si podrá mantenerse vivo en circunstancias que vendrán en un futuro que no puede controlar. Por tanto, que no puede manipular a su antojo.
Así que, es necesario aprender nuevas estrategias que nos ayuden a sobrevivir en una realidad de cambios constantes, de incertidumbre. Tenemos que darle nuevas herramientas a nuestro cerebro para sentirse cómodo, seguro y tranquilo con la sensación de incertidumbre.
Aquí entra la inteligencia emocional. La inteligencia emocional se ocupa de conocer y gestionar las emociones, sobre todo la emoción del miedo. Se ocupa de dar herramientas al cerebro para que se sienta cómodo, seguro y tranquilo en cualquier circunstancia. Las herramientas que aporta la inteligencia emocional son las siguientes:
Autoconocimiento
Se trata de conocer nuestras emociones, capacidades y habilidades. Gracias a este conocimiento estamos mejor preparados para tomar decisiones efectivas en poco tiempo.
Autogestión de las emociones
Es detectar que emociones sentimos en cada momento, y poder cambiarlas para evitar situaciones que no son agradables para nuestro cerebro, como los enfados, la ansiedad y el estrés.
Empatía
Es descubrir las emociones que sienten las personas que te rodean en un momento concreto. Con esta herramienta evitarás conflictos que no te ayudan en tu día a día.
Habilidades sociales
Es la capacidad de comunicarnos con las personas desde la asertividad. Se trata de exponer nuestras necesidades sin manipular y no dejar que nos manipulen.
Automotivación
Es tener identificadas las acciones que tenemos que realizar para motivarnos y conseguir los objetivos. Consiste en ser resiliente. En adaptarnos a la realidad sin pasarlo mal.
La inteligencia emocional nos ayuda a superar los pensamientos negativos, las creencias limitantes y los miedos que no nos dejan potenciar nuestras fortalezas, capacidades y habilidades.
Con esta finalidad, la existencia de espacios cómo Networking Inclusivo y Accesible, nos ayudan a conocer a personas que tienen diferentes herramientas para poder adaptarnos a las nuevas realidades que vendrán. Nos enseñan cómo realizando pequeños cambios tenemos un funcionamiento más eficiente de nuestro cerebro. Y nos sentimos seguros, tranquilos y felices.
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