Recuerdo nuestra primera publicación a los empleados de nuestra compañía en 2006 sobre el Día Mundial del Medio Ambiente. Entonces, estas noticias no captaban la atención de nadie; nuestro planeta no era un asunto importante y la única sostenibilidad que se reconocía ampliamente era la monetaria, la rentabilidad, y el desarrollo. Y la biodiversidad únicamente se tenía en cuenta para elegir como destino vacacional a Costa Rica. Los que nos dedicábamos a esto éramos prácticamente unos hippies.
Pero es verdad que el mundo ha cambiado, un poco tarde, pero es cierto que hemos dado el paso y eso es lo que importa ahora. ¿Lo mejor de todo? Que por fin nos hemos dado cuenta de que la lucha contra el Cambio Climático no solamente requiere de grandes inversiones en tecnología, de un consumo racional y de proximidad, de una movilidad sostenible o de la economía circular. Tenemos el arma más poderosa, nuestro capital natural, ese que tanto ha sido explotado en pro del desarrollo, sin control, pero que ahora se convierte en el eje sobre el que pivotan nuestras futuras estrategias.
Así que este año, y bajo el lema “reimagina, recrea, restaura” de Naciones Unidas, los ecosistemas por fin ocupan su lugar. Y creedme, contarles a nuestros hijos mediante fotos todo lo que tuvimos y que no van a poder disfrutar por la pérdida masiva de biodiversidad, a veces me quita el sueño. Cómo explicarle que, con todos los recursos que tenemos a nuestro alcance, estamos permitiendo la extinción de muchas especies, así como el fin de la Amazonia y del hielo en Groenlandia, entre otros.
En MAPFRE contamos con un claim que nos gusta mucho. #LaParteQueNosToca, cinco palabras que representan justamente esos miles de gestos, sencillos pero importantes, que suman al objetivo común de construir un mundo más sostenible, es decir más justo, más próspero, más ético, más igual, más diverso, más colaborativo y más ecológico.
Un buen ejemplo de ello es nuestro plan de sostenibilidad, con más de 30 objetivos con horizonte 2021, para lograr ser una empresa neutra en carbono, convertirnos en referente en economía circular y promover la igualdad y la diversidad, entre otros.
En este marco, acabamos de aprobar la Estrategia Corporativa de Compensación de Gases de Efecto Invernadero, clave para cumplir con nuestro objetivo público de neutralidad global en 2030, y que no se basa únicamente en compensar toneladas de CO2e, sino que va mucho más lejos. Busca soluciones basadas en la naturaleza para solucionar problemas reales. ¿Por qué crear un sumidero de carbono sin más cuando podemos recuperar todo un ecosistema?
Sí, nuestro plan es ambicioso. Queremos contribuir al reto demográfico y queremos que la gente vuelva a las zonas rurales y deje de concentrarse en las grandes urbes, pero que sean verdes y que aporten valor, reconociendo los beneficios que la naturaleza nos ofrece de forma gratuita, y siempre desde una perspectiva ecológica, económica y social. Solo con ecosistemas saludables podemos mejorar los medios de vida de las personas, crear empleo, mitigar y adaptarnos a los nuevos escenarios climáticos, detener el colapso de la biodiversidad, mejorar la seguridad alimentaria y asegurar la disponibilidad de agua.
Para ello, y precisamente en este Día Mundial del Medio Ambiente, arrancará el Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de Ecosistemas (2021-2030); un desafío global para revivir miles de millones de hectáreas, desde bosques hasta tierras de cultivo; desde la cima de las montañas hasta las profundidades del mar.
En MAPFRE lo tenemos claro desde hace tiempo. En 2016, empezamos a colaborar con WWF España para preservar una especie en peligro de extinción y recuperar su hábitat, y un año después, comenzamos a participar en “100 Empresas por los bosques” para recuperar el Parque Nacional de Doñana, donde llevamos reforestadas 4 hectáreas.
Y nos apoyamos en lo más importante que existe, las personas. Hemos celebrado con éxito varias ediciones del Día Mundial del Voluntariado Corporativo, que han permitido reforestar zonas afectadas, limpiar playas y riberas, plantar más de 3.600 árboles y recoger hasta 49 toneladas de basura, nos hemos apoyado en nuestros clientes para plantar hasta 1.600 árboles en una superficie de una hectárea de terreno incendiado y hemos compartido semillas virtuales con nuestros seguidores en redes sociales para plantar más de 3.500 árboles de gran valor ecológico.
Creo que no necesitamos un Planeta B, únicamente tenemos que restaurar el que tenemos. ¿Te sumas al cambio?
Este artículo forma parte del Dosier Corresponsables: Día Mundial del Medioambiente, promovido por Ayuda en Acción dentro de su proyecto #1Planet4All, financiado por la Unión Europea.