En AstraZeneca, desde el principio de la pandemia hemos tenido el firme convencimiento de que, frente a una crisis de salud pública global como la generada por la covid-19, la solución también debe ser global. La corresponsabilidad de todos es fundamental, y la industria, los gobiernos y las organizaciones internacionales debemos trabajar de forma conjunta y solidaria para adelantarnos a cualquier adversidad, encontrar nuevas soluciones y vencer definitivamente esta enfermedad.
Para todos los que formamos parte de la compañía es un orgullo haber logrado una vacuna sin ánimo de lucro en tiempo récord, y trabajamos sin descanso para que la inmunización frente al coronavirus llegue lo antes posible a todos los rincones del mundo. Con este empeño ya se han suministrado más de dos mil millones de vacunas contra la covid-19 en más de 170 países y al finalizar este año pretendemos alcanzar la cifra de los tres mil millones de vacunas.
AstraZeneca no era una compañía especializada en vacunas cuando llegó la crisis sanitaria, pero creímos que el reto mundial que teníamos por delante hacía necesario que todos y cada uno de nosotros, a nivel individual y colectivo, pensáramos cómo podíamos contribuir e intentáramos dar lo mejor de cada uno nosotros. Nuestro objetivo, desde el inicio, era formar parte de la solución a esta difícil situación desde el compromiso, el rigor científico y la accesibilidad, y por ello, decidimos afrontar el reto de desarrollar y producir una vacuna a nivel mundial sin dudar ni un solo momento.
Llevamos a cabo un acuerdo histórico con la Universidad de Oxford, en abril de 2020, para el desarrollo, la producción y el suministro global de una vacuna para la covid-19. Un acuerdo que se ha convertido en una muestra tangible de la necesidad de unir esfuerzos ante los grandes desafíos de la humanidad y la efectividad de la colaboración público-privada. AstraZeneca se comprometió a desarrollar y a suministrar la vacuna que había sido creada por la Universidad de Oxford. Nuestra misión ha sido en todo momento hacer llegar la vacuna a todo el mundo, sin fines de lucro, para que pudiera administrarse en todos los países, especialmente allí donde menos recursos existen para combatir la pandemia.
La corresponsabilidad y la colaboración proactiva con los diferentes gobiernos, entre ellos el de España, nos ha permitido no solo contribuir a acelerar la vacunación en los diferentes países, sino también cumplir con la aportación solidaria de vacunas a través del programa Covax, y ser una parte activa en la inmunización global.
La creadora de la vacuna Oxford/AstraZeneca, Sarah Gilbert, es muy clara en sus recomendaciones: es sumamente importante vacunar contra la covid-19 a nivel mundial y protegernos frente a nuevas variantes. A este respecto, un ejemplo más de la importancia de pensar en global es la nueva variante Ómicron, contra la que ya estamos trabajando desde nuestra compañía, también en colaboración con la Universidad de Oxford.
Somos conscientes de que todavía queda mucho por hacer para vencer esta crisis, y estamos comprometidos a seguir trabajando y colaborando con quien sea necesario para avanzar en este camino y hacer posible el objetivo de la OMS de alcanzar el 40% de vacunación en la población de todos los países del mundo a finales de 2021. También trabajaremos para poner a disposición de todos los países soluciones para tratar esta enfermedad más allá de las vacunas, ofreciendo prevención y protección contra la COVID-19 a personas con una inmunidad comprometida.
Y toda esta labor la seguiremos llevando a cabo manteniéndonos siempre fieles a los principios que marcan toda nuestra actividad: la seguridad, la responsabilidad y la solidaridad. Y, por supuesto, apoyándonos en la colaboración como el pilar fundamental que nos está ayudando a salir reforzados de esta situación y que nos seguirá impulsando para hacer frente a todos los desafíos que se pongan por delante.