El 24 de abril la cátedra extraordinaria de Grupo 5 y la Universidad Complutense de Madrid Contra el Estigma organizó la Jornada Derechos y Humanos en el Ateneo de Madrid.
Esta jornada nace de la preocupación sobre la situación en la que se puedan llegar a encontrar algunas personas con problemas de salud mental o discapacidad en términos de discriminación, estigmatización, prejuicios, violencia, abusos, exclusión social y segregación, internamiento ilegal y/o arbitrario, medicalización excesiva y tratamiento que no respeten su autonomía, su voluntad y sus preferencias. Y, a pesar de que los derechos humanos de las personas con problemas mentales o discapacidad están protegidos a nivel estatal, a nivel civil deben respetarse y comprometerse para que así sea.
Manuel Muñoz, director de la Cátedra Contra el Estigma hace referencia al estudio de la revista The Lancet que señala que el 80% de las personas con trastornos mentales piensan que lo han pasado peor por la discriminación que han vivido que por los propios síntomas de la enfermedad. “¿Qué estamos haciendo como sociedad cuando las personas afectadas por una enfermedad sufren más por la discriminación en la que viven que por los propios síntomas de la enfermedad?” reflexiona.
En la jornada “Derechos y Humanos” se ha reflexionado, como bien el nombre de la jornada indica, sobre derechos, personas con problemas de salud mental; de la mano de grandes figuras como: José Ramón Antón, abogado y especialista en DDHH; Tomás Fernández, director de la Oficina Nacional de Lucha contra los Delitos de Odio; Inés María Herreros, Fiscal de la unidad especializada de DDHH y Memoria Democrática de la Fiscalía General del Estado; Juan Linares, director de la residencia Grupo 5 Alcalá de Henares; Pilar Torres Serrano, magistrada jubilada de AFESA;Mariano Hernández, psiquiatra y expresidente de la AEN; y, Angel Bravo, abogado y copresidente de la sección de discapacidad del ICAM.
Durante la primera mesa se ha podido reflexionar sobre las grietas de los Derechos Humanos, sobre las dificultades que tienen las personas para acceder a la justicia sobre todo cuando están en situación de exclusión social. Inés María Herreros pone de manifiesto que “en la administración de Justicia parece como que todo el mundo fuese igual. Parece que funciona muy bien el artículo de igualdad de la Constitución Española, pero desde una posición que es totalmente irreal, que es pensar que todos tenemos las mismas condiciones cuando vamos al acceso a la justicia”.
Tomás Fernández explica que “debemos empezar por la identificación. Si no empezamos por la base, es muy difícil pasar a cuestiones más importantes. El problema que veíamos de base es que, ni yo mismo cuando empecé, muchas veces identificaba esos mismos prejuicios, porque todos tenemos prejuicios. Lo primero que tenemos que abordar son estas cuestiones para poder detectar estas posibles segregaciones”. Debemos poder hacer introspección nosotros mismos para poder detectar qué prejuicios y sesgos tenemos para poder eliminarlo y no ir perpetuándolo generación tras generación.
Inés María señala que el acompañamiento a personas con vulnerabilidad ha ido evolucionando y mejorando en el ámbito judicial, ayudando a las personas con discapacidad a sobrellevar mejor este proceso, pero aún no está cubierto en el ámbito penal. “Las condenas en prisión son muy duras, pero si la persona que entra en prisión tiene un problema de salud mental, eso se multiplica; se multiplica el daño en la persona y en el entorno. Como sociedad civilizada tenemos que plantearnos la finalidad de la pena, que no es solo la prevención y la seguridad, tenemos que ir transitando ese compromiso con las personas que tienen un problema de salud mental”, explica. Cuando hablamos de justicia y de derechos humanos necesitamos cambiar la mirada: no mirarlo desde el paternalismo, desde la superioridad, de decidir cuáles son las necesidades sin escuchar a la persona, debemos tener una mirada de acompañar las dificultades que tienen todas las personas.
En la segunda parte de la jornada, Juan Linares, director de la residencia Grupo 5 Alcalá de Henares, ha moderado la mesa sobre estigma, ámbito legal y salud mental, donde han participado Pilar Torres Serrano, magistrada jubilada de AFESA; Mariano Hernández, psiquiatra y expresidente de la AEN; y Ángel Bravo, abogado y copresidente de la sección de discapacidad del ICAM. En esta mesa se ha podido hablar sobre el estigma que sufren las personas con un diagnóstico de salud mental o discapacidad, la autonomía de estas personas en el ámbito legal, cómo es el abordaje y cuidado de estas personas una vez entran en un centro penitenciario.
“El proceso judicial y penitenciario es agresivo para todo el mundo, es un lenguaje muy técnico, es un procedimiento largo, farragoso, a veces incomprensible. Si para una persona que no tiene un trastorno mental ya es un auténtico problema todo eso que se encuentra en un momento dado, si la persona presenta un trastorno mental, que puede distorsionar incluso su comprensión de la realidad, yo no quisiera estar en esa posición porque tiene que ser demoledor” explica Ángel Bravo.
Mariano Hernández lanza la reflexión de que una persona con trastorno mental grave no debería entrar en un centro penitenciario, ya que esto puede empeorar su situación; se tendría que buscar una alternativa para que pudieran cumplir con la condena. Además, se suma el hecho de que en prisión las opciones a tratamiento son mínimas. “No se cumple para nada la equivalencia de prestaciones, la equivalencia de derechos de una persona que esta con problemas de salud mental importantes en la cárcel, está muy lejos de recibir la calidad de prestación análoga y cercana que recibe cualquier ciudadano general y esto, desde luego, es una injusticia y sería un indicador claro de estigma” añade.
Premios contra el estigma
Durante la mesa ha surgido una cuestión muy interesante: el peligro de los diagnósticos a la hora de generar etiquetas. Como profesionales es necesario poder dar un diagnóstico a la Universidad Complutense de Madrid Contra Estigma, que fue recogido por Irene Suja Garrido por su trabajo: “Análisis Cualitativo de necesidades sobre la población usuaria y exusuaria del sistema de salud mental. Propuesta de contenidos para profesionales” de la Edición de los Premios de Comunicación Contra estima dirigido por la profesora de la Facultad de Psicología, María Salazar. También se hizo la entrega de la I Edición de los Premios de Comunicación Contra el Estigma. El premio a “periodismo impreso digital” fue para “No, mi niña no está embrujada, solo tiene una discapacidad intelectual” de José Ignacio Martínez (El País), y, el premio a “periodismo audiovisual de radio y televisión” lo ganó el trabajo “Atados, pero no silenciados” de Laura Hijón Garcia (Radio5– RNE).
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