Entrevistamos a Miguel Simón, Director de Innovación y Relaciones Institucionales de Grupo 5 que nos habla de la iniciativa que han puesto en marcha, “Coviviendas”. Se trata de un modelo de apoyo que genera atención especializada y apoyo conductual a personas discapacitadas y con trastorno mental en la medida que cada usuario necesite, y de manera individualizada.
¿Cómo surgió la iniciativa de las Coviviendas?
No todas las personas con enfermedades mentales reciben la atención adecuada, y esto siempre es un estímulo para poner en marcha nuevos servicios. En este caso en concreto, se trata de personas con discapacidad que tienen además, una enfermedad mental. Se tiende a pensar que estas personas o tienen una discapacidad intelectual o tienen un trastorno mental, sin embargo, hay un 41% de personas con discapacidad intelectual que además presentan una enfermedad mental. La posibilidad de atender ambos aspectos es escasa. Por ello, entendemos que las personas con discapacidad intelectual que tienen además un trastorno mental, necesitan una atención especializada, porque muchas veces ese trastorno mental queda camuflado bajo la discapacidad.
Estas personas suelen ser atendidas en servicios genéricos no especializados. En otras ocasiones, tienen dificultades para ser atendidos ya que por el hecho de tener una enfermedad mental, en ocasiones se les excluye de algunos servicios sin acceso a los servicios de discapacidad, ni a los servicios de enfermedad mental. Todo esto deriva en la necesidad de poner en marcha unos servicios más especializados para atenderles.
Es algo en lo que están trabajando varias comunidades autónomas y nosotros recogemos esa demanda del 41% de las personas con discapacidad intelectual que además presenta cualquier trastorno mental ya sea trastorno por ansiedad, depresión etc…
¿Cuáles son los principales objetivos de este nuevo modelo de espacio residencial y terapéutico?
El primer objetivo es que haya una atención especializada. Es decir, que sean atendidos por personas que comprendan y entiendan cuáles son las necesidades que tienen las personas con discapacidad mental que además tengan un trastorno mental.
En segundo lugar, que la atención que se presta a estas personas se realice en un entorno lo más normalizado posible. Se ha tendido a atender a este tipo de personas en grandes instituciones, espacios cerrados, a veces alejados y nosotros lo que hemos creado son unos dispositivos que están en pleno centro de Madrid, en una calle céntrica de Madrid, y por tanto hemos creado precisamente un entorno óptimo para que la persona esté presente en las actividades que se realizan de manera habitual, y por tanto eso le genere una habilidad en la atención y en la calidad de vida. Se trata además de prestarle el apoyo que cada uno necesita.
Hemos tendido a una sobreprotección excesiva en las personas con discapacidad intelectual, y en este caso lo que se busca precisamente es que haya un modelo de apoyo que genere atención especializada y apoyo conductual en la medida que cada usuario necesite, de la manera más individualizada posible.
¿Cómo Grupo 5 no avanza en su plan de desarrollo precisamente, hablando de esto en el área de atención a personas con discapacidad intelectual?
Vamos en la línea de aquello que se ha demostrado y que funciona. Se ha demostrado que funciona en otros países de Europa, y se está empezando a demostrar que funciona también en nuestro entorno. Hay muchas iniciativas que están empezando a surgir en este sentido. Por tanto, lo primero es avanzar asimilando o aplicando la experiencia de aquello que se ha demostrado que funciona.
Se ha demostrado que funciona en los espacios de convivencia pequeños. Aquellos entornos familiares que favorecen la atención individualizada, y en un entorno que permita la integración comunitaria. Esto está demostrándose a nivel europeo y de España, y por tanto, es un avance importante.
En segundo lugar, creando servicios especializados, es decir, servicios que atiendan a las necesidades que tienen grupos de población que ahora mismo no están bien atendido. Uno de ellos es el de las personas con discapacidad y trastorno mental; otro grupo es el de las personas con discapacidad intelectual que tienen también determinados trastornos conductuales. En ocasiones, este tipo de trastornos no son debidamente atendidos o generan cierto rechazo. En esta línea estamos avanzando de crear nuevos recursos y servicios para aquellas poblaciones que más atención necesitan y que actualmente no la reciben.
Hay un elemento para nosotros importante que es el que podamos plantear una adecuada formación de los profesionales y una especialización de los profesionales. El elemento esencial es la tecnología con la que trabajamos con los profesionales, con nuestros trabajadores que al final son los que tienen una atención directa con las personas usuarias, y por tanto estamos primando mucho los criterios de selección a veces basados no tanto en los conocimientos o en la formación especializada si no en sus características personales.
¿Qué aporta esta iniciativa a la sociedad?
Aporta un nuevo recurso que antes no existía, y que permite una dignidad y una calidad de la atención a estas personas que se les atendía en espacios grandes e instituciones psiquiátricas y que actualmente están siendo atendidas en un entorno comunitario, integrado, digno y de calidad de vida.
Además ejemplifica una nueva forma de atender, es decir, queremos demostrar que esta forma de atender en un espacio que es una vivienda en la que conviven ocho o diez personas, con un apoyo individualizado, funciona y mejora la atención y la calidad de vida y la situación clínica y funcional de las personas con discapacidad intelectual y trastorno mental.
Creemos que es importante también demostrar que este modelo funciona también para que se extienda a otros lugares.
¿Cuáles son los retos y desafíos de Grupo 5 en el área de la atención a las personas con discapacidad intelectual? ¿Cómo los vais a llevar a cabo?
Por un lado, estamos gestionando cuatro centros con discapacidad intelectual en Castilla-La Mancha, y otros dos en Canarias. Vamos a seguir optando a licitación de centros públicos de personas con discapacidad intelectual, y estamos inmersos en un proceso de mejora de atención de esos centros a través de la protocolización de la atención, del establecimiento de procesos de atención que estén basados en aquello que ha funcionado, y en la participación e implicación de los profesionales en este diseño.
Por otro lado, vamos a seguir también abriendo recursos con fondos propios para atender aquellas necesidades especializadas que actualmente no se atienden. Nuestra vocación precisamente como empresa es la de la colaboración público-privada. Estamos dispuestos a poner en marcha recursos, servicios con fondos propios que contribuyan a la atención de todos los ciudadanos.
Sabemos que la atención pública a veces tiene dificultades para poner en marcha determinados recursos y nosotros apostamos por ello, y posteriormente que formen parte de la red de atención pública. Vamos a seguir en esa línea de especialización, profesionalización y participación de los profesionales en el ámbito de la discapacidad intelectual.