“Que haya políticas concretas de igualdad en nuestro país, que la violencia machista se considere una cuestión de Estado, que muchas trabajadoras del hogar y los cuidados tengan derecho al paro o que haya autodeterminación de género para personas trans, se debe, en buena parte, a una lucha sostenida del movimiento de mujeres y feminista” aseguró Fiona Montagud, Directora de Programas de la Fundación Calala Fondo de Mujeres.
Para justificar esta idea, Montagud se basa en la investigación “Yo soy porque otras están”, que Calala ha lanzado recientemente para comprobar el impacto del movimiento de mujeres y feministas en el avance de los derechos humanos y la Agenda 2030 del Estado español, muy ligada a los ODS de la ONU. Este informe aporta una lista con los grandes hitos del movimiento feminista a favor de los derechos humanos y laborales, desde los años 70 hasta hoy. Éxitos cosechados por miles de mujeres que se han organizado y han contribuido a avances en la educación, en la sanidad pública, la denuncia de injusticias, al apoyo a mujeres refugiadas, la implantación de derechos sexuales y reproductivos y derechos laborarles, especialmente de las mujeres migrantes o del sector del agro, que suelen vivir más situaciones de precarización y violencia sexual en el entorno laboral.
Transformaciones sociales, políticas, económicas y culturales
La investigación también arroja información sobre las acciones que las mujeres han realizado para dar visibilidad a temas que habían permanecido en el ámbito oculto de lo privado al espacio público y a la arena política. Así mismo explica la importancia de estas organizaciones feministas porque generan transformaciones sociales, políticas, económicas y culturales que benefician al conjunto de la sociedad.
En el estudio se han tenido en cuenta testimonios de mujeres, pertenecientes a colectivos y organizaciones, que han sentido el impacto positivo del feminismo en sus vidas y que han encontrado en esta comunidad una red de apoyo y de sostenimiento vital. Sin embargo, muchas de estas organizaciones han trabajado y lo siguen haciendo en condiciones económicas precarias, debido a las dificultades que viven para solicitar financiación pública y privada (del ámbito empresarial) para sus proyectos. Esta situación también se ve demostrada en una segunda investigación que Calala lanzó en octubre sobre el estado de financiación de las organizaciones de mujeres.
Entre las conclusiones de este informe, se destaca que los financiadores no adaptan sus convocatorias para entregar recursos a las necesidades de las organizaciones pequeñas de mujeres. Se recomienda que estas tengan la posibilidad de acceder a fondos flexibles, menos burocráticos y que no requieran un nivel de profesionalización tan alto, que solo lo pueden cumplir grandes ONG que reciben la mayor cantidad de financiación.
Según las entrevistas realizadas a financiadores públicos, la mayoría de ellos tienen la igualdad de género como una prioridad en la agenda (menos del 30% en el caso de las fundaciones privadas). Muchos tienen documentos estratégicos y herramientas sobre el enfoque de género que son de mucha calidad, que a menudo incorporan enfoques transformadores como el enfoque de empoderamiento de las mujeres. Sin embargo, no se encuentran con facilidad documentos de seguimiento y evaluación sobre la implementación de este enfoque ni evaluaciones del impacto transformador de sus fondos en relación con la igualdad de género. La mayoría de los donantes encuestados no tienen datos del porcentaje de financiación que asignan a organizaciones de mujeres y feministas.
Por otro lado, un 62% de los donantes públicos encuestados (frente a un 25% de los privados) afirma que cuentan con mecanismos para la asignación de fondos específicos de género. Sin embargo, estos mecanismos en su mayoría no incorporan criterios para valorar si la organización solicitante es una organización de mujeres. Esto refleja que los donantes no tienen como prioridad financiar a las organizaciones de mujeres o feministas, aunque prioricen la igualdad de género en sus convocatorias.
Según Fiona Montagud “con estas investigaciones se quiere contribuir a generar reflexión y a abrir espacios de diálogo tanto con financiadores públicos como privados, para pensar en conjunto formas innovadoras de hacer que los recursos lleguen también a las que más dificultades tienen para financiarse”. Para ella es prioritario que se siga apoyando a las organizaciones de mujeres y al movimiento feminista porque todos los logros conquistados no son necesariamente permanentes y existen amenazas reales de un retroceso de derechos.
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