Recientemente, pudimos ser testigos de un hito en la lucha por controlar una de las grandes enfermedades desatendidas: por primera vez en Estados Unidos se aprobaba un medicamento para tratar la enfermedad de Chagas. Esta enfermedad tropical, descubierta hace más de un siglo y que afecta a cerca de 8 millones de personas en el mundo, puede provocar graves lesiones en el corazón y en el sistema digestivo, siendo una afección potencialmente mortal.
La Organización Mundial de la Salud añadió el Chagas al listado de las Enfermedades Tropicales Desatendidas, junto con otras 19 patologías olvidadas, llamadas así por estar excluidas de las prioridades de salud pública de los países. Por esta razón, también se incluyeron estas enfermedades en los Objetivos de Desarrollo Sostenible para el 2030, con el desafío de sacar a la luz estas enfermedades olvidadas y hacer visibles a los millones de personas que las padecen.
A pesar de que el insecto vector que transmite la patología sólo se encuentra en algunos países de Latinoamérica, los movimientos de población han provocado que se extienda a otros lugares del mundo y que comience a despertar el interés sobre ella de la comunidad internacional. Entre los países no endémicos de Chagas, Estados Unidos es el que cuenta más casos, llegando a sumar un total de 300.000 personas afectadas. De ahí la importancia de la aprobación del Benznidazol –así se llama el medicamento– por parte de la Administración de Alimentos y Fármacos de EEUU (FDA, en sus siglas en inglés): supone un gran avance en los esfuerzos de derribar las barreras al tratamiento de esta enfermedad.
El Benznidazol comienza su historia en el 2011. Un desabastecimiento a nivel mundial de un medicamento que tratara el Chagas provocó que se creara un consorcio entre la industria farmacéutica para poder producir el tratamiento. La Fundación Mundo Sano, que trabaja en enfermedades vectoriales desde hace 25 años, asumió la tarea de fabricación del Benznidazol para hacer accesible a todos los necesitados un medicamento para Chagas. Desde entonces, Mundo Sano ha realizado programas para proveer de forma gratuita del diagnóstico y tratamiento de Chagas en varios lugares del mundo. Con la incorporación de EEUU, se ha logrado un gran avance en el objetivo de asegurar que el medicamento esté disponible para uso pediátrico.
El Chagas ha comenzado a salir de la oscuridad en el momento en que afectó a países no endémicos como Estados Unidos o España, suponiendo un punto de inflexión a la hora de coordinarse internacionalmente y de establecer ciertas guías y programas para el control y eliminación del Chagas. La inversión en I+D también ha sido notable, siendo posible facilitar un tratamiento accesible e incluido en el listado de medicamentos indispensables realizada por la OMS, demostrando de nuevo el gran potencial de abordar los ODS en salud desde la cooperación y las alianzas.