Empezaba el siglo XXI y palabras como integración, equidad, igualdad, conciliación o salud emocional eran extrañas. Más aún si eran para usarlas como elementos sobre los cuales pivotar la prevención de riesgos laborales.
SePrA iniciaba el camino desde la vocación y la experiencia de cada una de las personas que empujaba inicialmente este proyecto, con la firme convicción que era imprescindible una nueva mirada que profesionalizara un sector en aquel momento fuertemente vinculado a las mutuas pertenecientes al Sistema de la Seguridad Social. Era necesario un nuevo prisma que diera valor a una necesidad de primer orden para las empresas ofreciendo implicación, proactividad, agilidad, proximidad y una visión en la que se entendía indispensable integrar el sistema preventivo dentro de la producción de cualquier producto o servicio.
Pero incluso esta visión transgresora de uno de los pocos Servicios de Prevención acreditados en el Estado en forma de cooperativa de trabajo quedaba obsoleta por la propia creencia de que el BienEstar de las personas y de las Organizaciones tienen que ser protagonistas de cualquier actividad.
Los años llevan a SePrA a crecer con firmeza en la convicción que la economía no se puede entender de otra forma que poniendo la sostenibilidad de la vida en el centro de la actividad y que parte vital del objetivo de la empresa es transformar su entorno.
Solo desde la lógica de trabajar el sentimiento de pertenencia de las trabajadoras en cada una de las Organizaciones y la utilidad de éstas, dejando las leyes en un rincón de mínimos anecdóticos, podemos entender que la Salud es un marco que envuelve cada una de las acciones de nuestra vida. Una prioridad también cuando estamos en el trabajo; de cada persona y del colectivo para la sostenibilidad a todos los niveles.
Es evidente que la fórmula empresarial cooperativa y los valores que van asociados a ella– y que define la Alianza Cooperativa Internacional– multiplican exponencialmente dos factores básicos de esta propuesta. Por un lado la implicación de trabajadoras que son socias y por lo tanto copropietarias del servicio de prevención que presta el servicio. Por otro lado, la alta capacidad de estas prevencionistas para transmitir el sentimiento de pertenencia de las personas en la construcción de Organizaciones sanas.
Todo ello con clara vinculación con varios de los Objetivos de Desarrollo Sostenible que hace menos de una década las Naciones Unidas fijaban como necesarios para transformar el mundo en la Agenda 2030. Porque un sistema preventivo a día de hoy es obvio que debe incidir con prioridad en la salud y el bienestar de las personas. Pero no puede conseguirse tal objetivo sin formar con claridad y con métodos de comprensión para todas las personas, con una mirada de igualdad no sólo de genero sino también racial y cultural para un trabajo digno.
Se debe entender, por lo tanto, que la implicación de las personas de una Organización y la optimización del trabajo son el resultado de los cuidados que han recibido, de la promoción que se ha hecho de la Salud en los términos más generales y que las personas reciben e identifican. Y es, en consecuencia, indispensable, promover la construcción de entornos saludables, actitudes innovadoras y relaciones sanas que construyan ecosistemas que se ciñan y den respuesta a cada una de las realidades. Que generen cultura del BienEstar y que mejoren la calidad de vida de las trabajadoras, no sólo que eviten su empeoramiento.
Esta cultura desde la visión y el hacer de SePrA pasa por APRECIARNOS construyendo Organizaciones conscientes. Por ACOJERNOS en espacios confortables. Por ACOMPAÑARNOS en nuestro BienEstar emocional. Por CUIDARNOS y no olvidar nuestra salud corporal.