Una vez más hemos visto como algunos medios españoles utilizan el término esquizofrénico en un titular. En esta ocasión se destaca que un esquizofrénico, una persona con esquizofrenia o, en el mejor de los casos, una persona con problemas de salud mental ha enviado una carta con una navaja a una ministra. Que una persona envíe una carta con una navaja a una ministra es posiblemente un hecho noticiable, pero ¿qué añade a la noticia incluir el término esquizofrénico?
Todos los modelos sobre la causalidad del comportamiento indican que cuando una persona decide enviar una carta con una navaja a una ministra, su comportamiento es el resultado de la interacción de una biografía y un contexto social determinados, que implica configuraciones de variables sociales, económicas y psicológicas. Resumiendo mucho, habrá que considerar la historia personal y familiar (educación recibida, modelos familiares, victimización, agresividad, grupos culturales o ideológicos); los factores sociales (clima social violento, clima político, ambiente facilitador, sistemas sociales de protección, servicios de salud mental, etc.) y microsociales (grupos de amigos violentos, exclusión social, etc.); los factores económicos (pobreza, explotación, desempleo, etc.); y los factores personales (estilo de personalidad, baja autoestima, la falta de empatía, la culpabilidad e impulsividad, haber sufrido victimización, experiencias previas similares, o la ideología justificativa de la violencia, entre otras). Desde este punto de vista, la posible enfermedad mental nunca podrá ser el factor explicativo único, ni el más importante, ni siquiera, de acuerdo con la investigación actual, estar entre los más relevantes.
Cuando un medio decide utilizar la palabra esquizofrénico en un titular pone de manifiesto su desconocimiento o falta de respeto a los códigos deontológicos de su propia profesión; utiliza mal el lenguaje; incumple alguna que otra ley o norma (Constitución Española, Ley de Protección de datos y RGPD, Ley de autonomía del paciente); y demuestra su pobre documentación, su falta de interés o su intencionalidad al no mencionar los factores verdaderamente importantes.
Cuando un medio decide publicar que un esquizofrénico ha enviado una carta con una navaja a una ministra, olvida la biografía, la historia personal, las características personales o los grupos de referencia que han podido influir en el comportamiento de la persona. No tiene presente el impacto que la pandemia está causando en todos nosotros, muy especialmente en los más vulnerables que han vistos reducidos sus apoyos sociales y sanitarios durante meses. Pasa por alto que los servicios de salud mental en nuestro país están históricamente infradotados que difícilmente consiguen apoyar a las personas con trastornos psicológicos y a sus familias. Descarga a la sociedad completa de su responsabilidad y carga todo el peso de la culpa sobre la persona potencialmente más vulnerable y, por extensión, sobre un trastorno que afecta a miles de personas en España y millones en el mundo.
Cuando un medio decide utilizar la palabra esquizofrénico en un titular aumenta el estigma de todas las personas que trabajan, tienen hijos, vidas familiares, luchan y viven con esquizofrenia u otros problemas de salud mental en todo el mundo. Muy especialmente, estigmatiza a todas las personas que se levantan cada mañana y conviven con los trastornos mentales en un país que nunca ha prestado demasiada atención a la salud mental de su ciudadanía.
Cuando un medio decide publicar un titular que dice que un esquizofrénico ha enviado una carta con una navaja a una ministra, nos quedamos tan tranquilos, no tenemos ninguna responsabilidad. La culpa es de la esquizofrenia o, en todo caso, serán otros los culpables.