Ramón Mayo repasa con Corresponsables el trabajo de la Fundación SEUR en defensa de la infancia. El presidente de la fundación conversa sobre el proyecto MUEVE-12, el libro benéfico BeatleStones o el programa “Tapones para una nueva vida”. También se hizo hincapié en el voluntariado corporativo y en los próximos desafíos de la Fundación SEUR.
¿Qué balance hace de estos más de 16 años de historia de la Fundación SEUR?
Hacemos un balance a la manera de como se esquematiza un balance de empresa. Diríamos que en el pasivo, en los recursos propios y el capital social, nuestro capital social de Fundación SEUR ha sido desde el primer día el patronato y toda la organización SEUR. Todas las personas. ¿Y a qué se ha dedicado toda esa aportación de valor? Se ha dedicado desde el año 2004 hasta hoy, en ritmo constantemente creciente, a acciones relacionadas directamente con la infancia más necesitada o indirectamente a través de sus familias o de organizaciones que los protege.
¿En qué consiste vuestro nuevo proyecto MUEVE-12 en colaboración con el Hospital 12 de Octubre de Madrid?
Los pediatras del Hospital 12 de Octubre, sobre todo los que están atendiendo a las personas que entran en la UCI, se dieron cuenta de lo difícil que es tratar el aspecto de fisioterapia a niños y niñas muy pequeños. Pero en cambio, cuando se deciden a hacerlo se dan cuenta que tienen unos resultados a corto plazo importantísimos. Entonces, resultaba que hasta enero de este año salían de la UCI después de una permanencia larga con una movilidad muy reducida. Cuando salían de la UCI tenían que empezar a hacer rehabilitación y estos doctores pensaron en empezar con la rehabilitación mientras están en la UCI. Esto llega hasta al extremo de que, más o menos, 35 o 40 niños y niñas entran todos los meses en la Unidad de Cuidados Intensivos. Estos niños reciben en total mensualmente una media de 400 tratamientos y cuántos más niños se puedan atender, más eficaz en el sentido de ampliación de tratamientos para las personas que lo necesitan.
Habéis lanzado un libro benéfico llamado BeatleStones escrito por Yves Delmas, Presidente de Seur, y Charles Gancel, empresario, músico y novelista. ¿Cómo surgió esta idea y qué alcance tiene esta publicación?
Este trabajo que han hecho Yves y Charles es una demostración de que cuando una persona es presidente de una compañía lo es por algo. Lo es por un número importante de habilidades, por conocimientos y facetas muy interesantes en su faceta profesional y personal. Ambos son empresarios y ambos son personas muy formadas. Pero en lo que nos ocupa que es el libro son personas muy formadas tanto en historia de la música moderna como en conocimientos musicales, sobre todo por parte de Charles Gancel.
No es el primer libro que escriben. Escribieron un hace unos años sobre la canción protesta en la década de los años 60. Ahí también hablaban por qué los Beatles y Rolling Stones tuvieron mucha influencia en la música rock de los años 60 en Estados Unidos.
El nombre es muy original y da una idea al fusionar los dos nombres. Lo interesante del libro es descubrir qué había entre ambas bandas. ¿Qué había entre ellos? ¿Una pura competencia? ¿Una amistad? ¿Un acuerdo de marketing en cuanto a las fechas de salidas de los discos? El libro lo estudia. Es un ensayo, pero no solo de los Beatles y Rolling Stones, también incluye anécdotas graciosas de un numero importante de grupos musicales de aquella época. Además, compara y relaciona desde el nacimiento cómo fue la historia individual de cada uno de los músicos. Esto hace que sea una historia verdaderamente interesantísima.
Cuando recomiendo el libro, no estoy recomendando algo que tiene un fin humanitario. Yo recomiendo un libro con el que os vais a divertir y, además, va a ayudar a muchos niños que van a ser tratados en el Hospital 12 de Octubre con el programa MUEVE-12. Con lo cual, es una recomendación muy interesante y fácil de conseguir. Está en librerías por toda España y si alguien lo quiere comprar por Internet solo tiene que escribir en su barra de navegador fundacionseur.org, le va a salir inmediatamente en pantalla la portada del libro y cómo adquirirlo de una manera segura.
Hablando de otro proyecto que es “Tapones para una nueva vida” consistente en la recogida de tapones para la financiación de enfermedades graves. ¿Cómo se ha visto afectada por la COVID-19?
Este es un proyecto que nació, como ocurre muy a menudo con las cosas que tienen éxito, prácticamente por casualidad. No estábamos haciendo ninguna planificación de un proyecto parecido y resulta que nos encontramos con un proyecto que tiene un eco multitudinario no solamente en particulares, sino en empresas y en instituciones. Y que, además, tenía un efecto de preservación del medioambiente porque llevaba en su forma de funcionamiento la necesidad de reciclar tapones recogidos. Al reciclar estos tapones, evidentemente se evita fabricar plástico nuevo y, en lugar de eso, se utiliza un producto obtenido de un reciclado logrado de modo ecológico.
Nos encontramos con una acción que llevaba consigo la preservación del medioambiente, la ayuda a las personas y la evitación de nuevos vertidos. Pero como una parte muy importante de las aportaciones de tapones de plástico se produce por parte de los colegios, los colegios durante muchos meses de la pandemia han estado completamente cerrados. Ya no era posible llevar los tapones a los colegios. Entonces, los colegios tuvieron que interrumpir las donaciones de tapones. Pero no solamente los colegios, sino que también otras muchas empresas tuvieron que suspender su actividad o disminuirla y, por tanto, cerrar sus centros o una parte importante de sus centros. Por lo que los tapones que se llevaban allí dejaron de llevarse. Sin embargo, aunque el flujo de aportaciones de tapones disminuyó, no cesó.
Digamos que más o menos bajó a un 50% respecto a lo que se había producido en 2019. Aún así, a día de hoy hemos atendido al niño 180, que es una niña, y hemos aportado en total 1.300.000 euros desde que empezó el proyecto. divididos entre estos 180 niños y niñas. Con la particularidad de que la Fundación Seur coordina la recogida de tapones por parte de toda la red, pero realmente, para que la acción tenga la máxima transparencia, la aportación de los fondos se produce directamente desde el reciclador a los beneficiarios.
Nosotros presentamos a los beneficiaros una vez comprobado que cumplen los requisitos para obtener la ayuda, lo pasamos a Azteco y ellos preparan el cheque para la disposición de fondos por parte del beneficiario. Por lo cual, ni un céntimo pasa por las cuentas de Fundación SEUR ni de SEUR.
¿Cuáles son las principales organizaciones a las que apoyáis a través de vuestra logística solidaria?
Diría algunos nombres, pero prefiero no hacerlo. Son centenares de organizaciones y alguien podría pensar “vaya, a mi no me nombra”. Pero claro, no podemos nombrar a centenares y, además, las colaboraciones son recíprocas. Nosotros colaboramos con determinadas organizaciones y a su vez, como por ejemplo en el programa de tapones, un número importante de organizaciones colaboran con nosotros. Esa acción la provocamos nosotros, pero no tenemos afán de protagonismo.
Un ejemplo de mucha trascendencia en España, ya que es difundida por los medios, es la colaboración con la Fundación Crecer Jugando. Todos los años por estas fechas, para que no se realice en las épocas de grandes compras como noviembre y diciembre, recogemos juguetes en distintos puntos de cadenas de establecimientos del ramo de juguetes o de grandes almacenes.
Recogemos los juguetes donados por familias que sus niños no utilizan. Estos juguetes son recogidos por la Fundación SEUR en todas las ciudades españolas y son relevados a un centro de reciclado. Antes de pasar a reciclar se seleccionan todos aquellos juguetes que son reutilizables porque están en buenas condiciones y con sus respectivas cajas, los organizan y preparan para ser llevados normalmente a países con zonas deprimidas donde las familias no podrían comprar esos juguetes para sus hijos.
El año pasado y este año también en España por los graves efectos de la pandemia que han provocado que un número importante de familias españolas tampoco puedan tener suficientes recursos como para comprar juguetes. Algunos ni siquiera para comprar comida. Con lo cual, han tenido un gran funcionamiento solidario con los Bancos de Alimentos y las compañías aprovisionadoras de estos bancos de alimentos.
Esta acción es una acción conocida porque, como decía, se comunica por radio y televisión para que todo el mundo pueda hacer la donación de sus juguetes. Se llega a unas 200 toneladas de juguetes recogidos.
Otro componente muy importante esta acción es que también tiene su parte social, a parte de los beneficiarios. Las personas que tratan y seleccionan los juguetes en el centro de procesado son personas con capacidades diferentes que forman equipos de trabajo y clasifican millares de juguetes todos los años para que puedan estar a disposición de sus beneficiarios.
¿Cómo vehicula la Fundación Seur el voluntariado corporativo de la compañía?
Tenemos que guiar para captar la atención. Muy a menudo la atención ya está captada y únicamente lo que esperan son noticias. Tenemos que captar la atención o transmitir noticias a 8.100 personas. Para eso, tenemos nombrados a embajadores de la Fundación que hacen de correa de transmisión de los proyectos que se plantean y a los que se invita a participar a toda la red SEUR. Las acciones de voluntariado pueden ser de la más variada clase. Por ejemplo, en un momento plantar árboles, en otro momento hacer lecturas a los enfermos de los hospitales que están prácticamente inmovilizados, servir comidas en comedores sociales, competiciones para recaudar fondos para determinados proyectos solidarios, etc.
¿Cuáles son los principales desafíos de la Fundación SEUR de cara a los próximos años?
Creo que el desafío fundamental que tiene que afrontar la Fundación SEUR es la sostenibilidad. Todo aquello en lo que la Fundación SEUR debe tener si no una finalidad, sí un componente sostenible. Fundación SEUR coordina la puesta a disposición de todos los medios de la red para que esas acciones solidarias sean sostenibles. En el caso de los tapones, enviar un vehículo haciendo vertidos a la atmósfera para recoger unos tapones, que lo que tienen que hacer es evitar vertidos, no tendría sentido. Entonces, ese es el gran reto. No caer en el anzuelo de la solidaridad porque sea una acción muy llamativa y, sin embargo, convertirlo en una acción que no sea sostenible.