“Mientras nos planteemos la diferencia, el problema seguirá existiendo”. Esta frase es de Rosa Cajaraville, una de nuestras carretilleras del Centro de Producción que Ruavieja posee en Galicia. Y es que, partir de la diferencia o darla por supuesto, y especialmente que ésta marque el camino de millones de mujeres en el mundo, es el primero de los retos a afrontar cuando hablamos de igualdad de género.
La igualdad de género no es solo un derecho fundamental, sino la base necesaria para conseguir un entorno próspero y equitativo, además de ser necesario para el desarrollo sostenible de la sociedad. Esta definición del ODS5 – Igualdad de género – alerta a todos los agentes de la sociedad del papel primordial que tenemos, también como empresas, por conseguir una completa igualdad que nos permita afrontar los diferentes desafíos.
Y esto nos lleva directamente a la importancia de la educación. Y no hablamos sólo de la educación en las escuelas, por supuesto clave y primordial, especialmente en entornos vulnerables, sino a entender cómo las empresas podemos jugar un papel fundamental a la hora de contribuir a un cambio real en la sociedad. Porque los estereotipos o los prejuicios son creencias arraigadas en el hacer cultural que un día aprendimos, pero que ahora, con formación y educación, tenemos la oportunidad de eliminar para construir las bases de un mañana más igualitario, más sostenible y responsable.
“Gracias a desaprender los estereotipos culturales, ahora sabemos que podemos crecer y liderar”, comenta Sara López, Analista Financiera de Pernod Ricard España. Y es en ese ‘desaprender para aprender’ donde las empresas, como agentes impulsores del cambio, debemos ser ejemplo, voz y altavoz. Porque educar y concebir la igualdad como parte fundamental de cualquier estrategia de negocio es la única forma de convertirla en una realidad, donde el rol de la mujer sea entendido como un agente más en el desarrollo sostenible presente y futuro.
Un rol como mujer al que dar visibilidad en todos los sectores, también en los que tradicionalmente han estado más ligados a un solo género, donde existen ejemplos como el de Ailén Soloa, Delegada de Hostelería de la compañía, que demuestra como los distintos retos puede ser hoy una oportunidad y ejemplo de que la evolución y el cambio puede ser real: “Quiero servir de ejemplo porque ocupar este puesto no es cuestión de género, es cuestión de actitud”.
Porque, en definitiva y como dice Rosa, el problema es cuestionarse la igualdad. Porque el único criterio para evaluar el desempeño en las compañías debe ser el talento y solo el talento. Porque entender la igualdad como modelo de negocio hace posible el desarrollo sostenible no sólo empresarial, sino de la sociedad. Porque, como asegura nuestra Directora de Logística Carmen Calvo, tenemos que resaltar lo que nos hace únicas y es que, “Lo que puedo aportar como mujer, es que soy mujer”.
Porque la visibilización de hoy contribuirá al mañana de la mujer en la sociedad, porque empoderarlas es fundamental para el desarrollo sostenible del mañana y solo así podremos entender la igualdad como algo real y natural “Quiero que el día de mañana mis hijas vivan la igualdad como algo natural”, Virginia Ramos, Responsable de Compensación y Beneficios.
En definitiva, es en días como hoy y con artículos como éste con los que podemos darles voz y demostrar la importancia de educar, empoderar y visibilizar la aportación de la mujer en el desarrollo sostenible, clave para construir un mundo más sociable, un mundo más responsable.
*Todas las frases incluidas en este artículo forman parte de la campaña #IgualesyÚnicas que Pernod Ricard España ha puesto en marcha con motivo del Día Internacional de la Mujer, una campaña con la que la compañía quiere celebrar a cada una de las mujeres de Pernod Ricard, dándoles voz y convirtiéndolas en las únicas protagonistas en este día.
Este artículo forma parte del Dosier Corresponsables 8M-Día de la Mujer, el papel de la mujer en el desarrollo sostenible: retos y oportunidades.