La Oncología es seguramente una de las especialidades médicas que más innovaciones terapéuticas acumula en los últimos años, con el objetivo de plantar cara al cáncer, algo que ya se ha conseguido con éxito en numerosos tumores. Pero las cifras están ahí, y en España sigue siendo la tercera patología que mayor número de fallecimientos provoca, por detrás de las enfermedades cardiovasculares y las infecciosas. De ahí la necesidad de contar con los mejores y más avanzados tratamientos para que cada vez le dejemos menos escapatoria a los tumores malignos.
Una de las últimas incorporaciones al arsenal terapéutico oncológico de nuestro país ha sido la radioterapia de protones, que llegó a España en 2019 de la mano de Quirónsalud, con la apertura de su Centro de Protonterapia, el primero de sus características tanto en la sanidad pública como privada. Esta radioterapia avanzada no es nueva, ya que la primera unidad del mundo fue instalada en Estados Unidos en 1950. Sin embargo, hasta hace dos años apenas estaba disponible en un limitado número de centros en Europa, incluyendo Suiza, Alemania, Francia o Países Bajos, de modo que aquellos pacientes en las que estaba indicado su uso tenían que salir fuera de nuestras fronteras para ser tratados.
La protonterapia se fundamenta en un tipo de radiación diferente a la de la radioterapia convencional, con fotones. Mientras esta última técnica se basa en un haz de alta energía de rayos X (fotones), la protonterapia utiliza un haz de partículas cargadas aceleradas (protones) de alta energía, que permite enfocar de forma más exacta la radiación contra el tumor.
Los protones se dirigen con precisión milimétrica hacia el tumor y depositan la dosis específica de radiación. Al tratar exclusivamente la zona tumoral minimizando el daño en el tejido sano circundante, tiene una menor toxicidad y, además, minimiza otros efectos secundarios. Por ello, esta terapia está indicada en determinados tipos de tumores como oculares, cerebrales, sarcoma, cabeza o cuello, entre otros. Además, la terapia de protones es un tratamiento preciso y eficaz contra el cáncer infantil ya que, como asegura la Sociedad Española de Oncología Radioterápica (SEOR), “permite preservar mejor los tejidos normales y reducir así el riesgo de efectos secundarios agudos y a largo plazo, como la disminución de la función neurocognitiva, alteraciones en el crecimiento, hormonales y otros. También disminuye la dosis integral, por lo que se reduce el riesgo de neoplasias radio-inducidas”. De hecho, la mitad de los pacientes tratados en el Centro de Protonterapia Quirónsalud desde su puesta en marcha son pediátricos.
Quirónsalud tiene muy claro que para ofrecer los tratamientos más innovadores a sus pacientes debe contar con los profesionales sanitarios más cualificados. Y en ese sentido, el equipo humano del centro está formado por profesionales con una experiencia consolidada en el manejo de la Protonterapia, ya que muchos de ellos han trabajado durante muchos años en otros centros europeos que ya utilizaban esta técnica. De igual modo, el Centro ha incorporado una tecnología de última generación, denominada Proteus One, que se basa en un acelerador de la familia de los ciclotrones y ofrece un modelo eficiente en energía al utilizar la criogenia, siendo además uno de los equipos más compactos del mundo, aglutinando en una única sala multifuncional toda la tecnología necesaria.
La puesta en marcha del centro ha supuesto un hito en la lucha contra el cáncer en nuestro país, y arrancar casi al mismo tiempo que comenzaba la pandemia, todo un desafío, como reconocen desde el centro. Pero el hecho de ser un centro monográfico de alta especialización, al que no acudían pacientes por otras patologías como podría ser el Covid-19, permitió mantener la actividad de forma ininterrumpida, consiguiendo que los pacientes no sufrieran demoras en la administración de sus tratamientos. Sin duda un avance que llega para quedarse y que ha permitido que, ahora, ningún paciente con cáncer, ni adulto ni pediátrico, deba salir de España para beneficiarse de esta técnica.
Este artículo forma parte del Dosier Corresponsables: Día Mundial contra el Cáncer, promovido pro CRIS contra el cáncer.