La inclusión de aquellas personas con discapacidades físicas en todo tipo de actividades cotidianas es algo de suma importancia. Movilidad e independencia, después de todo, son factores importantes que pueden contribuir de forma positiva a la salud y al bienestar. Por eso, hoy en día, es más importante que nunca la eliminación de barreras, tanto físicas como psicológicas, que puedan dificultar la capacidad de cualquier persona a la hora de disfrutar de una participación plena en nuestra sociedad. Para lograr este objetivo, por supuesto, son necesarias ciertas medidas. Sí, estas personas necesitan contar con la ayuda técnica necesaria, por lo que facilitar su acceso al material ortopédico adecuado se convierte en una prioridad. No obstante, otros factores, como los programas de integración o la simple concienciación de la ciudadanía ante esta situación, también deberían ser tenidos en cuenta.
Autonomía y discapacidad, un reto diario
Fomentar la independencia de las personas con algún tipo de discapacidad física es crucial, pues se trata de garantizar su calidad de vida y de ayudarlas a mantener alta su autoestima. Después de todo, su situación puede afectar a casi todos los ámbitos de su día a día e implica nuevos retos en todos ellos.
Esto significa que potenciar esta autonomía no siempre resulta sencillo. Por eso, el apoyo de la familia, de los amigos y de las instituciones es indispensable.
Algunos consejos para potenciar la autonomía de una persona con discapacidad
Material ortopédico
Programas de integración
La existencia de diversos puntos de integración para personas con discapacidad o movilidad reducida es otro factor de gran ayuda a la hora de garantizar la integración de dichas personas en la sociedad. Después de todo, cuando alguien puede acceder a un trabajo, se siente parte de la comunidad en la que vive, y además cuenta con recursos económicos para ser independiente a nivel financiero.
Formación ocupacional
Siguiendo esta línea, los programas de formación ocupacional también resultan de gran ayuda. Su objetivo, al fin y al cabo, es proporcionar a los alumnos aquellos conocimientos y destrezas profesionales que les permitirán ofrecer un rendimiento competitivo en el mercado de trabajo. De este modo, el acceso al trabajo será más sencillo.
Fomento de vida activa
Una vida activa, tanto a nivel físico como intelectual, ayuda a sentirse mejor y a disfrutar de una mayor independencia. Por eso, los programas de voluntariado hacen lo posible para que estas personas puedan socializar y realizar todo tipo de actividades. Asimismo, el deporte se convierte en una estupenda herramienta. Practicar deportes de equipo, por ejemplo, fomenta la socialización, motiva a nivel intelectual y funciona como actividad saludable.
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