Desde el 29 de octubre, todos los ojos están puestos en la Comunitat Valenciana. Los efectos de la devastadora DANA llevan a Save the Children a redoblar sus esfuerzos ante la necesidad de responder a una emergencia de este calibre, en la que el impacto sobre la infancia puede ser irreversible. La organización calcula que más de 71.200 niños y niñas, es decir, uno de cada seis en la provincia de Valencia, se encuentran en municipios gravemente afectados por la DANA. Además, más de 38.000 han visto interrumpida su educación debido al cierre de escuelas, mientras que miles de familias han perdido sus hogares y medios de vida. Se prevé que tanto niños como adultos enfrenten serios problemas de salud mental, tras haber vivido o presenciado experiencias profundamente traumáticas. Este difícil contexto se agrava para las familias que ya enfrentaban serias dificultades antes de la tragedia y sus niños y niñas serán los más perjudicados a largo plazo.
Como organización experta en protección de la infancia, Save the Children ha movilizado sus equipos en la fase inicial de respuesta para mitigar los efectos inmediatos del desastre y diseñar un plan de ayuda centrado en la infancia, teniendo en cuenta el largo plazo y la fase de recuperación, que durará varios meses. La organización se ha coordinado desde el primer momento con el resto de organizaciones e instituciones para aportar su experiencia en protección y apoyo a la infancia, uno de los colectivos más vulnerables en situaciones de emergencia.
La prioridad es garantizar la estabilidad material y emocional de los niños y niñas afectados mediante acciones que mejoren los medios de vida y el acceso a recursos de primera necesidad y servicios básicos, el apoyo psicológico para las familias y la infancia, la gestión de espacios seguros para los niños y niñas en las zonas de cierre de los centros educativos y el apoyo al profesorado, madres y padres sobre cómo hablar con la infancia sobre catástrofes naturales.
Pesadillas y miedos por la lluvia, los primeros síntomas psicológicos de los niños afectados por la DANA
Save the Children lleva desde el inicio de la crisis de la DANA observando muy de cerca el impacto en los niños y niñas. “Estamos viendo mutismo, pesadillas recurrentes, miedo a fenómenos atmosféricos o efectos mucho más inmediatos como niños y niñas que no quieren salir a la calle o no quieren hablar de la situación”, apunta Verónica Collado, psicóloga de Save the Children desde Valencia.
La organización advierte que es importante no ocultar la realidad a los niños y niñas, sino explicársela con un lenguaje adaptado a su edad y no sobreinformarles. “Si en casa tenemos dos niños, por ejemplo, un adolescente de 14 años, que tiene preguntas mucho más específicas, podemos apartarle, llevarle a su habitación y darle todas las respuestas que necesite. En cambio, si tenemos a su hermano que tiene seis años, no es necesario que escuche esta información”, ejemplifica Collado.
Además, desde la organización se recomienda a las familias controlar el acceso a noticias ya que las imágenes e información repetitiva pueden aumentar la ansiedad. Otra de las recomendaciones es intentar ofrecer a los niños y niñas una visión más positiva de la catástrofe, centrada en la solidaridad y en lo que se está haciendo para solucionar la situación.
Observar a los niños y niñas por parte de los familiares es muy importante. “Se tiende a pensar que cuando un niño o una niña no verbaliza sintomatiza menos, pero en realidad es todo lo contrario.
Implica que no tiene los recursos a nivel cerebral y tampoco puede comunicar o expresar. Por ese motivo, es muy importante observar, dar espacio y escuchar”, detalla Collado.
El colegio, pieza clave en la salud mental
Los niños y niñas necesitan espacios de expresión adaptados a su nivel evolutivo. En este sentido, los colegios, más allá de ser lugares de aprendizaje, son espacios en los que los niños y niñas pueden compartir sus inquietudes y sentimientos, volver a sus rutinas y obtener apoyo en clase.
La organización señala que algunos síntomas psicológicos que aparecieron durante la crisis de la Covid pueden reaparecer en este contexto. “Para niños y niñas hay un efecto retraumatizante que nos lleva a la Covid, a la situación de no poder asistir a los colegios de forma normal, o no poder salir de casa en muchos casos. Esto genera un efecto llamada a anteriores síntomas que han tenido, que no han sido bien depurados y que pueden volver a emerger”, señala la psicóloga.
Ante el cierre de los centros educativos afectados por la DANA, la organización considera positiva las medidas propuestas por la Conselleria de Educación para reactivar las clases a la mayor brevedad. Los centros educativos son espacios seguros en los que los niños y niñas pueden socializar con otros, jugar, relacionarse, estudiar y huir temporalmente de la situación de emergencia que viven en sus hogares y buscar en la medida de lo posible la normalidad y la estabilidad dentro de la catástrofe.
Save the Children ha preparado una guía que aporta pautas claras y breves para el acompañamiento por parte de los familiares ante el impacto de los niños, niñas y adolescentes por una situación de crisis o catástrofes naturales. En colaboración con la Asociación Española de Pediatría, también ha publicado una guía de actuación ante el impacto de las inundaciones en la salud física de niños, niñas y adolescentes para facilitar a los profesionales de la salud que trabajan con la infancia la detección y tratamiento de enfermedades y otras cuestiones de salud relacionadas con la catástrofe natural que ha golpeado la Comunitat Valenciana.
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