Entrevistamos a Teresa Orihuela Villamierel, directora de la Fundación Intras que nos detalla la estrategia de RSC cuyo pilar se apoya en la inversión en I+D y las iniciativas para paliar los efectos del Covid-19 centradas en la atención a personas mayores con enfermedad mental llevada a cabo en residencias y pisos, y a través del voluntariado corporativo en el que los propios empleados de la fundación están involucrados.
¿Puedes hablarnos de la responsabilidad social de Fundación Intras? ¿cómo ha evolucionado estos años hasta la actualidad y cuáles son sus principales áreas estratégicas?
La Fundación Intras es una entidad sin ánimo de lucro creada en 1994 que, con un equipo de cerca de 270 profesionales, acompañan a personas con problemas de salud mental en la recuperación de sus proyectos de vida. Desde entoncés, hemos pasado por una evolución en el concepto de responsabilidad social corporativa. Nuestra misión fundamental es la de atender a las personas con enfermedad mental, para acompañarlas en su proyecto de vida. También trabajamos con las personas mayores, con algún deterioro cognitivo. Quizá la palabra que recoge todo lo que es nuestra estrategia de RSC es el proyecto de vida de las personas. Eeste concepto es muy amplio porque pasa por la atención social, la atención sanitaria, el acompañamiento en el empleo, el acompañamiento de la formación, y además una área importante que singulariza a nuestra organización del resto de entidades, es nuestra inversión en I+D. Para la Fundación, la inversión en I+D es esencial para que ese proyecto de vida nos permita ser competitivos e innovadores, y darles a las personas lo que necesitan. La historia de la fundación en 25 años pasa por entender lo que es la RSC. En principio, al ser una entidad de utilidad pública, nuestros objetivos son de interés general por definición. pensábamos que la RSC era algo que hacia nutruz y que nosotros seamos los receptores, digamos que ese es un poco el concepto que teníamos al inicio de nuestra organización. Con el tiempo, nos dimos cuenta que además de cumplir con nuestra misión eso no era suficiente, y de alguna manera abordamos la RSC con una doble vertiente: seguimos colaborando con los proyectos de RSC propuestos por las empresas, pero como organización proponemos proyectos desde la propia fundación que van mucho más allá de lo que es nuestra misión en el sentido estricto. De alguna manera, nos salimos de nuestro entorno, y estamos convencidos, que además de cuidar a las personas que son el objetivo de nuestra misión, las personas con malestar psíquico o enfermedad mental de las personas mayores, debemos cuidar el ecosistema en el que nos movemos, en el que operamos que es un poco como proponer el modelo de calidad FQM en el que estamos trabajando. Este objetivo lo cuidamos tanto por dos razones, una de ellas porque somos parte del mismo y sabemos que todo lo que hagamos en el, va revertir sobre nosotros y nuestra organización, y la segunda razón, es porque en relación a esta misión sabemos que la verdadera recuperación de las personas con malestar psíquico o enfermedad mental pasa y se produce en la comunidad. Las personas no se recuperan en los hospitales, ni en las consultas de los psicólogos o psiquiatras. Se recuperan en la comunidad, y sabemos que solo así nos conectamos a esa comunidad y los escuchamos y nos comprometemos con sus necesidades. Vamos a conseguir un entorno que permita esa recuperación y en definitiva, cumplir nuestra misión, nuestro propósito. Esta nueva situación de la Covid-19 nos lleva a un proceso de reflexión absolutamente necesario pero nos rectifica esa tendencia como es evidente, y nos hemos dado cuenta, que somos vulnerables pero también somos interdependientes con nuestro entorno y estamos altamente comprometidos con todo lo que pasa en nuestra sociedad. No podemos vivir ajenos a ella, y centrarnos solo en lo que entendemos que es nuestro propósito. La RSC es más que una herramienta, es un instrumento que apoya una misión y que nos aporta financiación externa en los inicios para convertirse en la estrategia de la propia formación, forma parte del propósito y nos compromete con el ecosistema y con todos nuestros grupos de interés. Hablarles de RSC es hablarles de gestión responsable, de comportamiento ético, y de compromiso con la sostenibilidad de nuestras actuaciones.
¿Que iniciativas o proyectos nos podrías compartir de la estrategia de responsabilidad social y cuáles son sus principales beneficios y beneficiarios?
Estamos trabajando en tres iniciativas. Dos de ellas muy relacionadas con esta nueva situación que es la del Covid 19. Ahora son todos los grupos de interés nuestros beneficiarios. Nos hemos dado cuenta también en los últimos años que es absolutamente necesario estar muy en comunicación con las comunidades más próximas que van a ser los receptores de esos proyectos de recuperación, y de nuestros beneficiarios principales que son las personas con malestar psíquico. En ese sentido, estamos participando en la gestión y en la apertura, en colaboración con el ayuntamiento de Valladolid y los movimientos vecinales, de un espacio vivero y de una huerta urbana en el barrio de la Victoria de Valladolid que permita a los vecinos del barrio y a los distintos colectivos como asociaciones u otras entidades de personas con discapacidad e incluso con protectoras de animales, recuperar un espacio verde urbano, canalizar actividades medioambientales y economía circular, y de alguna manera también favorecer la convivencia intergeneracional. Un segundo proyecto relacionado con la situación tan excepcional que estamos viviendo provocada por la Covid-19, es que en este periodo de alarma hemos dado respuestas a iniciativas de la gerencia de servicios de nuestra junta, y se ha puesto en marcha un piso Covid en Ávila para atención a personas mayores que daban de alta en los hospitales tras haber pasado la enfermedad, pero que todavía requerían una carga de cuidados muy elevada. El proyecto se ha llevado a cabo en pocos días, lo hemos hecho en tiempo record con muchas incertidumbres, también con algunos miedos y de alguna forma nos hemos abierto a este colectivo de personas mayores en necesidad extrema y en una situación de urgencia. Creo que de alguna forma, hemos contribuido a incrementar o a facilitar la rotación de los hospitales, y sobre todo cuidar a personas que en ese momento nadie las podía atender. En tercer lugar, hemos trabajado en un proyecto de voluntariado corporativo que hemos llamado “Yo Me Acerco” que está relacionado también con las personas mayores con el fin de facilitarles la ayuda que necesiten como puede ser llevarles la compra y poner a su disposición un teléfono para acompañarles durante este periodo de confinamiento. Hay un lema de la asociación de la fundación que es; “Donde hay un decisión, hay una fundación”, este lema de alguna forma es un poco lo que nos mueve a cada vez que se nos presenta un proyecto.
¿Qué importancia tiene para la Fundación Intras la comunicación de la responsabilidad social y como lo trabajáis?
La comunicación es esencial porque además creo que hay un peligro en la banalización de los grandes conceptos de la responsabilidad social y empresarial, corporativa no escapa a este peligro. Creo que es esencial la coherencia en la organización con ese propósito que debe ser consensuado, comprometido, comunicado adecuadamente tanto dentro de la organización como fuera de la organización. Si queremos comunicar la responsabilidad social corporativa para mostrar nuestra entidad y nuestro propósito, tenemos, desde mi punto de vista, evitar que se convierta en una herramienta de marketing. El problema es que además los primeros que los descubren son los propios empleados, que son por otra parte, los principales embajadores para comunicar nuestro propósito, nuestras acciones y también nuestra marca. Si los profesionales no se creen lo que comunicamos, creo que esto tiene un efecto boomerang y conseguimos justo el efecto contrario que pretendemos. Cada vez son más personas las que se preguntan si es verdad lo que les estamos contando. Es esencial cuidar la gestión de los intangibles en nuestras organización, hablamos de imagen, de reputación, la motivación, de nuestros trabajadores, nuestro conocimiento, nuestra capacidad de convencer a nuestro entorno. Debemos estar atentos a estos intangibles que no se aprecian en las cuentas de resultados pero te dan muchos datos de la marcha de nuestra propia entidad. Los dos aspectos de fomentar la confianza son saber hacer, y el ser ético y en este sentido son las empresas las que ganan confianza en el saber hacer y las ONG y fundaciones en la parte ética. A pesar de esta confianza inicial, hay que insistir en que las fundaciones tenemos que ser enormemente coherentes en nuestras acciones, salvaguardar el crédito de la confianza porque sabemos que eso se puede perder de forma fulminante. Además es tan importante comunicar lo que se hace como comunicar por qué se hace. Hoy por hoy muchas empresas hacen muchas cosas que están teniendo un gran impacto social. Tengo la impresión de que las fundaciones se parecen cada vez más a las empresas, y las empresas se parecen más a las fundaciones. Hay que hacer un esfuerzo en explicar, no solo lo que hacemos, sino por qué lo hacemos, y creo que allí es donde debemos incidir en este aspecto de la comunicación.
¿Cuáles son los próximos retos y desafío de la Fundación Intras en un futuro próximo?
En este momento de incertidumbre que nos ha tocado vivir, requiere una profunda reflexión como sociedad. Nosotros nos dedicamos al cuidado de personas mayores, y estamos, razonablemente satisfechos porque sabemos que la fundación, que gestiona más de 120 viviendas en la provincia, no hemos tenido ningún contagio de Covid. Por otra parte, sabemos que el 66% de las personas que han fallecido en España estaban en residencias. Casi 18.000 personas mayores han fallecido en residencias, es decir personas que teníamos a nuestro cuidado de alguna forma. Creo que hay que reflexionar sobre si tiene sentido aprobar o rechazar el modelo de atención en las residencias. Tampoco se trata de convertir las residencias en hospitales para garantizar sobre todo la seguridad. Hay que considerar el bienestar de las personas, y creo que a nadie le gustaría pensar que su casa se convierta en un hospital por mucha seguridad que esto pueda garantizar. Si hablamos del cuidado en momentos de incertidumbre, creo que la ética es el valor seguro, y trabajar para alinear a las personas, es la vía por la que nos va a permitir saber hacia dónde llegar. Hay otros desafíos más concretos que son el proomover la flexibilidad y la tecnología de todos nuestros usuarios para estar conectados, y poderles acompañar en cualquier circunstancia, tal y como hemos hecho. Hemos trabajado para que las personas estén acompañadas desde la distancia, y nos han regalado escenas increíbles. Muchos de nuestros usuarios nos pedían que no fuéramos a sus viviendas porque no querían ponernos en peligro. Otro reto, seria el hacer las viviendas mucho más habitables y saludables que permitan la vida en estas situaciones de confinamiento. Y por último, otro de los retos es seguir contando con la confianza y con el compromiso de todos los profesionales. Esta crisis ha superado con creces nuestras proyecciones.
Ante la crisis sanitaria provocada por el COVID-19 ¿Qué planes de contingencia o medidas de seguridad ha adoptado Fundación Intras para hacer frente a esta pandemia?
Lo primero de todo fue sentarnos con el Consejo para decidir y tratar de pensar que esto no era cuestión de días, si no de muchas semanas, y como hemos visto, de muchos meses. Nuestra responsabilidad reside en el cuidado de las personas que atendemos, y de nuestros profesionales, y también de la sociedad. Con ese objetivo hemos tratado de organizar el plan de contingencia, y nos hemos dado cuenta de una cosa, que si antes la compañía, la cercanía física era esencial, ahora teníamos que reinterpretar la forma de acompañar a las personas, y hemos descubierto como decía antes, aspectos muy interesantes. En estos momentos una llamada telefónica hecha desde luego con un conocimiento y una profesión legal de saber lo que es tratar con personas, y sobre todo con personas con enfermedad mental como es nuestro caso. Esta llamada puede ser la visita, y hemos visto que,sorprendentemente algunas de las personas con trastornos mentales más graves han sobrellevado toda la situación de confinamiento de una manera posiblemente mejor, incluso que otras personas. El confinamiento, que a veces la propia sociedad les ha sometido a lo largo de su vida, y que es la soledad, les ha hecho que estén mas preparados para esa situación. El reto ha sido articular toda la atención conservando la seguridad, y a la vez, no abandonar a las personas. Hemos sido muy proactivos con el tema de las medidas de protección, tanto higiénicas como de disponibilidad de epis, porque aunque nosotros trabajamos en el sector socio-sanitario estamos a caballo entre otros sectores como los recursos sociales.
¿Que iniciativas solidarias ha puesto en marcha la fundación Intras para paliar los efectos de esta crisis sanitaria?
La iniciativa del piso Covid es una propuesta de una agencia de servicios sociales, que nosotros hemos puesto en marcha. Tardamos solo cuatro días en instalar un servicio de atención a personas mayores que estaban ingresadas en los hospitales. Otra iniciativa, ha sido la del voluntariado corporativo que nos permitía a todos los empleados de la propia organización, tanto a los que estaban en atención directa como a los que estaban teletrabajando, poder comprometerse también con personas que necesitaban saber sobre las medidas de este estado de alarma o de emergencia.
Hay aún espacios de voluntariado que nos permiten desarrollar algo de nuestro propio compromiso social. Por un lado, está el compromiso con proyectos de voluntariado corporativo y luego por otra parte nos hemos dado cuenta también que muchos de nuestros beneficiarios, las personas con enfermedad mental, sobre todo en los momentos y en los periodos en los que se encuentran mejor o en periodo de recuperación, la mejor manera de volver a la ciudadanía es que ellos mismos participen en proyectos de voluntariado. No solo les agrada, sino que además le da una sensación de absoluta normalidad que es lo que siempre temen. De vuelta a participar en la sociedad, ya no son receptores de ayuda, si no proveedores de ayuda a otras personas que lo puedan necesitar más que ellos. Hay un aspecto muy intenso en el que trabajamos nosotros, que es el apoyo mutuo que son personas con enfermedad mental que apoyan a otras personas en su proyecto de reparación. Hemos participado en algunas iniciativas en esta línea y damos formación para estos agentes de apoyo mutuo. Es muy interesante ver como realmente una persona que está pasando por un ingreso psiquiátrico, la persona que mejor le puede apoyar, es alguien que ha pasado por la misma experiencia, y lo que esa persona le dice tiene mucho más valor que lo que le pueda decir un profesional.
Puedes escuchar aquí la entrevista completa a Teresa Orihuela, directora de la Fundación Intras