El acceso a servicios financieros en áreas despobladas es uno de los grandes desafíos para nuestra sociedad. El Instituto Mundial de Cajas de Ahorros y Bancos Minoristas (WSBI) no es ajeno a esta situación y está trabajando en aportar soluciones. ¿Qué nos puede decir al respecto?
Los valores del IMCA son las tres “R”: Regional, Retail y Responsible. La primera “R”, regional, se debe a que los miembros del IMCA cuentan con una amplia red de sucursales u otras soluciones que tratan de acercar los servicios bancarios al mayor número posible de personas en las zonas donde viven; a esto lo llamamos “banca de proximidad” y es muy importante para nosotros.
Algunos miembros tienen sucursales bancarias móviles que recorren su región para que los clientes no tengan que desplazarse a la ciudad. Estas sucursales móviles cuentan con personal y pueden ofrecer el mismo servicio que una sucursal bancaria fija.
El desarrollo de aplicaciones de telefonía móvil para los bancos también ha mejorado enormemente en la última década.
Estas aplicaciones permiten a los clientes hacer cambios en sus cuentas, solicitar servicios adicionales y enviar mensajes a un asesor bancario desde cualquier lugar, en lugar de entrar en una sucursal. Estos servicios fueron vitales durante los primeros días de Covid, cuando los bancos se vieron obligados a cerrar sus puertas, pero aún así debían proporcionar salvavidas a sus clientes. En Bélgica, los bancos proporcionaron información actualizada sobre las normas de cierre vigentes. Sé que en España, el 95 % de las sucursales de los miembros asociados a la CECA permanecieron abiertas. Pero aun así, estas aplicaciones fueron muy importantes para evitar el contacto y limitar la propagación del virus.
En muchos países, los servicios de banca móvil se desarrollaron en lugar de las sucursales o para complementar los servicios bancarios de los agentes, ya que la población local podía acceder más fácilmente a los teléfonos móviles que visitar sucursales bancarias lejanas.
El mes pasado tuvimos la oportunidad de visitar las operaciones bancarias a través de agentes de nuestro miembro indonesio, el banco BTN. Los agentes bancarios suelen encontrarse en tiendas de conveniencia o gasolineras donde la población local puede acudir y realizar todas las operaciones bancarias habituales que se prestan en las sucursales bancarias tradicionales (reintegros, depósitos, pago de facturas de servicios públicos, etc.) Esta visita explicó a otros miembros del IMCA y a representantes de la Oficina Conjunta el papel crucial que desempeñan estos agentes en los países en desarrollo al aumentar la inclusión financiera y ofrecer servicios fundamentales en zonas donde la apertura de sucursales no es económicamente viable.
Así, a pesar de que algunas sucursales han cerrado, los miembros del IMCA se esfuerzan por ofrecer el mismo nivel de servicio a través de diferentes medios.
Nuestro país, donde nos referimos a esta situación como la ‘España Vaciada’, presenta muchas similitudes con otros países respecto a esta misma problemática. ¿Qué buenas prácticas se están llevando a cabo en la Unión Europea y en África?
La pérdida de sucursales bancarias no es un problema nuevo y, desgraciadamente, es un problema que ha llegado para quedarse. Las sucursales bancarias tienen muchos gastos, y esto puede encarecer los productos bancarios para cubrirlos. Pero los bancos deben encontrar soluciones alternativas para satisfacer las necesidades de los clientes.
Por eso son de vital importancia las aplicaciones para teléfonos móviles, las sucursales móviles, la banca telefónica y los servicios alternativos, como los servicios bancarios por correo, los cajeros automáticos o los autobuses bancarios. Además, es vital que los bancos ofrezcan un medio para responder a los clientes con rapidez, responder a sus preocupaciones y satisfacer sus necesidades.
Los miembros del IMCA se enorgullecen de ofrecer servicios de educación financiera a sus clientes y a los ciudadanos de sus regiones, para garantizar que los usuarios de los servicios financieros comprendan los productos y puedan utilizarlos con seguridad.
Pero no se trata sólo de educación financiera, sino también de competencias digitales. Es importante que la gente sepa utilizar un smartphone para acceder a sus aplicaciones bancarias. También es importante que se enseñe a la gente a reconocer los riesgos y las amenazas: correos electrónicos o mensajes de texto fraudulentos, ventanas emergentes que piden datos bancarios personales o llamadas urgentes de alguien que se hace pasar por un banco y que, “para mantener su dinero seguro, transfiera su dinero a una cuenta diferente de la que le daremos los detalles”. Si no se reconocen como una estafa, este tipo de llamadas pueden ser aterradoras, y es muy difícil recuperar el dinero.
Creo que España está muy preocupada por este tema debido a que tiene una población envejecida y una baja densidad de población en el territorio. Sin embargo, si comparamos el acceso a los servicios financieros, vemos que está en muy buena posición. España es el tercer país de la UE-27 con mayor número de sucursales bancarias por habitante (la media en España es de 1,52 y de 1,08 en la UE-27).
En cualquier caso, reconocemos que siempre habrá colectivos vulnerables que podrían no soportar el ritmo de transformación digital de la banca. Por ello, el sector bancario está buscando soluciones alternativas para satisfacer estas necesidades específicas. Un ejemplo es el compromiso del sector bancario español que creó un observatorio de inclusión financiera para identificar las brechas y las necesidades de la población.
El primer análisis ha demostrado que el 98,6% de la población española tiene un punto de contacto con los servicios bancarios en su lugar de residencia. El problema es que el 1,4% restante suelen ser personas mayores o habitantes de zonas remotas. Para mejorar estos datos, todo el sector bancario español está comprometido con una hoja de ruta que dotará de un punto físico de contacto con los servicios financieros a todos los pueblos de más de 500 habitantes.
Desde una perspectiva internacional, observamos un aumento del envejecimiento de la población, en particular en el norte del mundo. La tasa global de alfabetización del África subsahariana se situaba en el 66% en 2020, con una brecha de género del 13% y con algunos países con una tasa de alfabetización tan baja como el 30%-35%. En esa región del mundo, muchas personas no pueden permitirse un teléfono inteligente y tienen que recurrir a servicios financieros digitales más básicos.
Además, observamos un descenso en las tasas de alfabetización, en zonas de conflicto y crisis (climática) donde se interrumpe la educación escolar. Por lo tanto, los miembros del IMCA se esfuerzan por centrarse en el cliente y ofrecer servicios que satisfagan las diversas necesidades financieras y no financieras de todos los segmentos de la población, incluidas las necesidades específicas de las personas mayores, las personas con bajos ingresos, las mujeres o los jóvenes. Por ello, la educación financiera y digital se complementa en muchos casos con la formación en habilidades para la vida, la gestión de crisis o la capacitación empresarial.
¿Qué proyectos relacionados con la educación financiera conocen y les gustaría destacar en esta entrevista?
Como ya se ha mencionado, la educación financiera es importante. Los miembros del IMCA tienen un largo historial de ofrecer programas de educación financiera no sólo a sus propios clientes, sino también a las comunidades en las que prestan sus servicios. Estoy seguro de que cada uno de los miembros del IMCA es capaz de mostrar un curso, plataforma o iniciativa de educación financiera y es difícil nombrar sólo un par. Sin embargo, vamos a intentarlo. Nuestros miembros franceses y alemanes cuentan con programas de educación financiera que se remontan a hace más de 70 años y que abarcan desde la elaboración de un presupuesto doméstico sencillo hasta la inversión segura en criptomonedas, pasando por la comprensión de lo que es “sostenible” y cómo estar al día en competencias “digitales”.
Nuestro miembro noruego colabora con la organización benéfica Cruz Roja para impartir educación financiera a las reclusas, y nuestro miembro marroquí ha desarrollado una serie de 24 programas de televisión que se emiten en un canal de televisión nacional en horario de máxima audiencia para fomentar las conversaciones sobre el dinero entre las familias.
Y en España, ProFuturo, una iniciativa lanzada en 2016 y financiada por la Fundación “la Caixa” y la Fundación Telefónica que ha digitalizado escuelas en 25 países de África, América Latina, el Caribe y Asia. Hasta la fecha, 27 millones de niños se han beneficiado del programa digital educativo. que trabaja a nivel nacional, pero también en Latinoamérica, para impartir educación financiera a los niños. Además, a nivel español, cuenta con FUNCAS Educa, una iniciativa que fue reconocida por la CNMV y el Banco de España con el premio Finanzas para todos. Desde su creación en 2018, ha impartido educación financiera a más de 12 millones de personas, en más de 4000 actividades a través de una inversión de más de 12 millones de euros.
Durante los últimos seis años, el WSBI ha llevado a cabo un programa con financiación de la Fundación Mastercard; la iniciativa Scale2Save ha tenido como objetivo -y éxito- promover la viabilidad de las cuentas de ahorro de bajo saldo y comprender hasta qué punto el ahorro permite a las personas vulnerables impulsar su resiliencia financiera y su bienestar, incorporando a la banca formal a 1,3 millones de mujeres, agricultores y jóvenes de bajos ingresos en seis países de África.
El IMCA también se está embarcando en una nueva iniciativa regional de Finanzas Plateadas en colaboración con el Laboratorio del BID para promover de forma adaptativa servicios financieros adaptados a las necesidades de la población de edad avanzada en América Latina.
¿Qué importancia le dan a la comunicación y puesta en valor de los avances socialmente responsables de las organizaciones que conforman el WSBI?
Como firmante del Pacto Mundial de las Naciones Unidas desde 2006, el IMCA-ESBG sigue los principios recogidos en el mismo. Estos principios describen en su totalidad los compromisos de responsabilidad social y medioambiental a seguir. Sobre esta base, el IMCA-ESBG presta una atención especial a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). En los últimos años, los servicios financieros se han convertido en un facilitador de estos objetivos y ya no se consideran un fin en sí mismos. El WSBI-ESBG está apoyando a su red de miembros en la consecución de estos objetivos y en el establecimiento de las métricas adecuadas para demostrar cómo los miembros generan impacto.
Por ejemplo, el IMCA es miembro del grupo de acción para una mejor métrica del ahorro de la Plataforma Europea de Microfinanzas y colaborador de la Plataforma de Gestión del Impacto, una iniciativa de la OCDE/PNUMA-FI que impulsa la colaboración entre los principales proveedores de normas y orientaciones de bien público para gestionar los impactos de la sostenibilidad. Con nuestros miembros, debatimos los avances en la contribución a los desarrollos socialmente responsables en varios grupos de trabajo y comités, como el Comité de Responsabilidad Social Corporativa y Desarrollo Sostenible, y el Comité de Finanzas Sostenibles.
En cuanto a la sostenibilidad, es esencial mencionar que la región africana se encuentra todavía en la fase de incorporación. De hecho, la mayoría de los miembros africanos todavía tienen que aplicar y adaptar su proceso en consecuencia. Sin embargo, la sostenibilidad es un tema que ocupa un lugar destacado en su lista de prioridades en 2022-2023 y el IMCA está explorando las mejores formas de apoyar a los miembros en la consecución de los objetivos de sostenibilidad y reunir a los expertos de la región para intercambiar las mejores prácticas.
Además, hemos desarrollado y mantenido al día la Carta del IMCA-ESBG para la Empresa Responsable y Sostenible. Esta carta insta a los miembros del IMCA a construir y mantener una relación de confianza a largo plazo con las personas a las que atienden como clientes, proporcionar información clara y precisa sobre productos y servicios, trabajar contra el blanqueo de dinero y la financiación del terrorismo, impulsar la accesibilidad y la inclusión financiera atendiendo a todos los segmentos de la sociedad.
Inmediatamente después de la guerra rusa contra Ucrania, los miembros trabajaron duro para proporcionar cuentas de pago básicas a los refugiados que se establecieron en los Estados miembros de la UE y se aseguraron de que tuvieran acceso a asesoramiento financiero.
Los miembros del IMCA también reconocen que el cambio climático es uno de los principales peligros colectivos que se han experimentado en todo el mundo. Como parte de su firme compromiso con la responsabilidad social corporativa (RSC) y el desarrollo sostenible, los miembros del IMCA contribuyen a la mitigación del cambio climático trabajando para reducir el impacto de sus empresas sobre el medio ambiente, concediendo préstamos a proyectos sostenibles y teniendo un fuerte compromiso social para impulsar el empleo y el crecimiento locales.
Con este fin, en septiembre del año pasado organizamos la primera edición de la Cumbre sobre Financiación ASG, un evento mundial en el que responsables políticos y ejecutivos del sector bancario debatieron sobre las mejores prácticas y las lecciones aprendidas en materia de financiación ASG. El evento fue coorganizado con la Unión de Bancos Árabes y la Asociación Asiática para la Cooperación Financiera, y contó con personalidades de la Comisión Europea, el Banco Central de China y el Gobernador del Banco Central de Zambia. Más de 300 participantes asistieron a la reunión, lo que confirma aún más la importancia de este tema para nuestros miembros.
Esta entrevista forma parte del Dosier Corresponsables “Educación Financiera”, en colaboración con CECA, Funcas y el WSBI (IMCA).