La felicidad ha pasado de ser una emoción personal a una afección imprescindible a desarrollar y fomentar en el entorno laboral. Para ello, figuras como la del Chief Happiness Officer o, lo que es lo mismo, el Director de Felicidad, se ha convertido en una pieza fundamental en muchas organizaciones. Y es que, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), 6 de cada 10 trabajadores asegura no ser feliz en su puesto de trabajo.
Asimismo, en España, a uno de cada tres empleados (33%) le gustaría que su empresa atendiera su bienestar emocional, como parte del programa de beneficios. Sin embargo, solo 3 de cada 10 (30%) afirma que este tipo de iniciativas contribuyen a mejorar su salud mental, según el informe Global Benefits Attitudes elaborado por Willis Towers Watson, España.
5 consejos
Así, con motivo del Día Internacional de la Felicidad, Udemy, la plataforma de aprendizaje y formación online líder en el mercado, junto con Agustín López Guzmán, experto en liderazgo e instructor de Udemy, comparte las cinco claves a tener en cuenta para alcanzar la felicidad (y mantenerla) en nuestro puesto de trabajo:
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Hacer uso de las fortalezas personales. Según apunta la consultora Gallup, aquellas personas que tienen la oportunidad de hacer lo que les gusta y llevarlo a cabo en su trabajo, obtienen, por consiguiente, una mayor satisfacción y rendimiento laboral. Es importante aplicar pequeños cambios que respondan o potencien las fortalezas de uno mismo. No obstante, es necesario dedicar tiempo a descubrirlas y buscar la forma de ponerlas en práctica.
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Aumentar las emociones positivas. “Tal y como apunta la psicóloga Barbara Fredickson, las experiencias caracterizadas por emociones positivas, nos hacen más inteligentes, más saludables y, además, mejoran nuestras relaciones interpersonales”, afirma Agustín López Guzmán. Así, hay emociones como la alegría, el humor, el optimismo, la esperanza y, por supuesto, la gratitud, que deberían estar siempre presentes en el entorno laboral. Plasmar estas emociones positivas sobre un papel al finalizar cada jornada laboral permite, además, que nuestro cerebro pueda tener la capacidad de detectar siempre los factores positivos frente a los negativos.
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Practicar la atención efectiva. “Un cerebro atento es un cerebro feliz”, asegura Agustín López Guzmán. La capacidad de concentrarnos es fundamental para nuestro bienestar y felicidad. Por supuesto, siempre contaremos con ciertas distracciones externas (emails, llamadas telefónicas, etc.) e internas (problemas personales, preocupaciones en torno a una tarea personal, etc.) que pueden hacer que uno no pueda concentrarse plenamente en la tarea en cuestión. Por ello, es necesario practicar la concentración.
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Mejorar las relaciones interpersonales. La calidad de nuestras relaciones nos hace más felices y crea entornos y situaciones mucho más saludables. Comportamientos como ser más agradecidos, escuchar activamente a la otra persona, preguntar antes de juzgar, etc., nos ayudan a potenciar las relaciones de calidad en el entorno laboral.
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Fijar objetivos claros. Para alcanzar la felicidad en el entorno laboral es fundamental también encontrar el ‘para qué’ de lo que uno hace. Es decir, ejecutar nuestro trabajo siempre con un propósito detrás, lo que permite crear una mayor seguridad en lo que hacemos. Para ello, preguntarse a uno mismo “¿para qué hago lo que hago?” puede ayudarnos a buscar esa finalidad que consiga hacernos felices.
“En los últimos años, se ha acelerado la investigación sobre la felicidad en el trabajo, pasando de ser una tendencia a considerarse una necesidad en las organizaciones”, afirma Agustín López Guzmán. “Por ello, es fundamental que, más allá de generar entornos de felicidad, mediante una mayor autonomía, flexibilidad y procesos ágiles, también las empresas ayuden, capaciten e incentiven a sus colaboradores a la toma de decisiones que les permitan ser felices”.
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