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Los Trastornos del Neurodesarrollo, abarcan una serie de condiciones que afectan a miles de personas en todo el mundo, y dentro de este ámbito, el Síndrome de Asperger, condición que se incluye dentro de los Trastornos del Espectro Autista y que sigue siendo una referencia fundamental para muchos jóvenes que buscan comprender su manera de relacionarse con el entorno.
En este contexto, desde Ita Argentona, centro especializado en el tratamiento de Trastornos del Neurodesarrollo (TDAH, TEA, Tr. de Aprendizaje, etc.) y problemas de salud mental en jóvenes y adolescentes, insisten en que, a pesar de los avances en la concienciación, aún persisten estereotipos y barreras que dificultan la inclusión plena de quienes tienen esta condición. Con motivo del Día Internacional del Asperger, Miriam Sellés, psicóloga sanitaria especializada en neurodesarrollo del centro, y Àlex Julià, un joven de 16 años diagnosticado con Asperger, comparten sus testimonios para dotar de voz propia a esta realidad y comprender mejor sus implicaciones actuales.
Nuevos enfoques y diagnóstico temprano: retos fundamentales
En primer lugar, los especialistas señalan la necesidad de identificar los síntomas a tiempo, con el objetivo de poder proporcionar herramientas para mejorar la autonomía y bienestar desde edades tempranas. Así, Miriam Sellé, psicóloga sanitaria en la unidad de neurodesarrollo de Ita Argentona, explica que «las personas con Asperger pueden tener dificultades para comprender normas sociales implícitas, interpretar emociones o adaptarse a cambios, pero también poseen un pensamiento lógico estructurado, intereses muy específicos y una gran capacidad de concentración en lo que les motiva«. Por ello, es esencial cambiar el enfoque de «curar» por el de «acompañar», y observar.
En este sentido, uno de los grandes retos en torno al Asperger es su diagnóstico tardío. «Un diagnóstico precoz permite entender mejor las dificultades y adaptar las intervenciones a las necesidades de cada persona. Sin esta comprensión, ciertos comportamientos pueden interpretarse erróneamente como desinterés o falta de cooperación, cuando en realidad pueden deberse a dificultades en la anticipación de cambios o en la interpretación del entorno», explica Sellés.
La voz de la experiencia: el testimonio de Àlex
Un ejemplo de esta realidad es Àlex Julià, de 16 años, diagnosticado con Asperger en 2018. «Siempre he pensado que el Asperger nunca ha sido un problema para mí, pero hasta que no hablé con mi terapeuta no pude entenderlo del todo,” relata. “Ahora comprendo que muchas cosas que me pasan tienen que ver con mi diagnóstico, como mi rigidez o mi necesidad de tener una rutina».
Al mismo tiempo, Àlex también explica cómo ha sido su paso por el entorno académico y las dificultades que ha enfrentado. «Durante toda mi etapa escolar he notado varias interferencias relacionadas con el Asperger, principalmente en el ámbito social. Hasta la ESO no conseguí amigos reales, y esto fue gracias a la ayuda de mis padres.” Además, añade, “siempre he sido muy exigente con mis estudios y me disperso fácilmente pensando en mis cosas. También recuerdo ocasiones en las que entraba en bucle y nadie sabía cómo ayudarme, ya que mis compañeros no conocían mi diagnóstico».
Con su ingreso en Ita Argentona, Àlex ha aprendido a confiar más en la gente y a entender que su diagnóstico no es un obstáculo insuperable. «Antes pensaba que la psicología y la terapia ocupacional no servían para nada, pero ahora me doy cuenta de que son más útiles que la medicación. También he aprendido a diferenciar quiénes son mis verdaderos amigos», destaca.
La importancia de promover una inclusión real
La concienciación sigue siendo un reto pendiente. «Mucha gente piensa que no necesitamos ayuda porque nuestras dificultades no siempre son visibles», destaca Àlex. Frente a esta realidad, Miriam Sellés propone un cambio de perspectiva en la sociedad: «Es importante sensibilizar, adaptar los entornos educativos y laborales, y fomentar una cultura de respeto y comprensión».
Por ello, para poner en práctica un enfoque inclusivo de esta condición, es fundamental en primer lugar sensibilizar y educar sobre el Asperger, al tiempo que se impulsa el respeto por la diversidad, promoviendo una mirada más empática en todos los ambientes cotidianos.
Recordemos que, como dice Àlex: «El Asperger no es algo malo, es solo una característica más. Nos da algunos desafíos, pero también nos aporta cualidades únicas».
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