Cerca de 40 voluntarios de ROCKWOOL recogieron alrededor de 100 kilos de residuos en la playa del Fórum (Barcelona) para proteger los océanos y el entorno local donde opera la empresa. Esta iniciativa se ha celebrado de la mano de la Fundación ECOMAR, una entidad sin ánimo de lucro fundada por Theresa Zabell, única deportista de vela española ganadora de dos Oros Olímpicos. La fundación invierte desde hace casi 25 años en acciones y programas para crear un impacto positivo en el medio ambiente, generando beneficios en el ecosistema y formando a miles de personas de toda España en el desarrollo de un comportamiento responsable con el entorno.
En línea con el ODS 14
La actividad responde a la voluntad de la compañía y de la fundación por conservar y utilizar sosteniblemente los océanos, los mares y los recursos marinos para el desarrollo sostenible, en línea con el ODS 14 de las Naciones Unidas al que contribuyen. Se trata de una prioridad para ambas organizaciones, dado que los océanos cubren casi tres cuartas partes de la Tierra y son esenciales para la supervivencia planetaria, al representar el sistema respiratorio de la Tierra. Según la ONU, el mar funciona como sistema de almacenamiento y absorbe un 30% del dióxido de carbono del mundo, mientras que el fitoplancton marino genera el 50% del oxígeno necesario para la supervivencia. Además, los océanos regulan el clima y la temperatura y hacen que el planeta sea habitable para formas de vida diversas.
Según un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), el plástico representa el 85% de los residuos que llegan a los océanos y para 2040, los volúmenes de este material que fluirán hacia el mar casi se triplicarán, con una cantidad anual de entre 23 y 37 millones de toneladas. De acuerdo con estos datos, esto representa alrededor de 50 kilogramos de plástico por metro de costa en todo el mundo.
Para hacer frente a este reto, desde las Naciones Unidas urgen a invertir en la economía circular para evitar que los residuos acaben en el mar. De ahí que ROCKWOOL apueste por un modelo de negocio basado en la circularidad, con el que contribuyen al progreso del sector de la construcción en términos de sostenibilidad, a través de la lana de roca, un material que proviene de la roca basáltica, que puede resistir en buenas condiciones durante más de 65 años y puede ser reciclado de manera infinita sin perder propiedades.
“Desde ROCKWOOL, estamos muy comprometidos con la conservación del medio ambiente y del medio marino y lo hemos demostrado no solo con nuestras palabras, sino también con nuestros actos. Contribuimos a ello a través de dos vías: nuestro negocio, eminentemente circular, y nuestras acciones para proteger el medio ambiente, siendo un ejemplo para el resto de los actores de la cadena de valor y de la sociedad”, afirma Miguel Ángel Gallardo, Business Unit Director de ROCKWOOL Peninsular.