World Vision está trabajando rápidamente en la evaluación de los posibles impactos sobre los niños, niñas y las comunidades ya desplazadas tras el terremoto de magnitud 7,8 que se produjo en la madrugada del lunes, provocando temblores en toda la región. El seísmo sacudió una amplia zona del sureste de Turquía y el norte de Siria, causando la muerte de más de 100 personas y dejando atrapadas a muchas otras. Cada hora se confirman nuevos muertos y heridos.
“Mientras dormíamos, la casa empezó a temblar e inmediatamente corrí hacia mis hijos. No sabía a cuál coger, no podía alcanzar la puerta, la distancia era muy grande, y un minuto de tiempo fue como años de impotencia y miedo, y el miedo continúa con las réplicas. La mayoría de la gente está en la calle, bajo la nieve y la lluvia, con muchos edificios destruidos, muchas víctimas y muchas personas aún atrapadas bajo los escombros”, confirma un miembro del personal de World Vision en el norte de Siria.
“En medio de un duro invierno, niños, niñas y familias ya muy vulnerables se han visto ahora sacudidos por este devastador terremoto, que probablemente afectará a miles de personas en el norte de Siria y el sur de Turquía. Estoy desolado por esta triste noticia, y haremos todo lo que podamos para ayudar a los afectados. Además de evaluar rápidamente cómo podemos apoyar en las labores de socorro, también estamos confirmando el bienestar de nuestro personal en Turquía y Siria, que se encuentra a salvo”, explica Johan Mooij, director de Respuesta a la Crisis en Siria de World Vision.
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