La agencia internacional de ayuda humanitaria, World Vision, se ha convertido en miembro fundador de la Alianza Mundial contra el Hambre y la Pobreza, que se lanzará en la próxima Cumbre del G-20 en Río de Janeiro, Brasil.
En 2023, 733 millones de personas pasaban hambre y más de 2.300 millones sufrían inseguridad alimentaria. La infancia es especialmente vulnerable, con 148 millones de menores de cinco años con retraso en el crecimiento, 45 millones con emaciación y 37 millones con sobrepeso, lo que indica una necesidad urgente de cumplir el objetivo ODS 2 para 2030 de acabar con el hambre y la malnutrición.
“El mundo no va por buen camino para alcanzar las metas del ODS 1 y 2 para erradicar la pobreza y el hambre, mientras que la desigualdad va en aumento. Debemos detener urgentemente esta tendencia”, afirma Andrew Morley, presidente y director general de World Vision International.
La iniciativa SUFICIENTE de World Vision, contra el hambre y la malnutrición infantil, abarca de 2023 a 2026 y compromete 3.400 millones de dólares en recursos financieros gestionados actualmente por la ONG. Esta campaña es una de las contribuciones clave de World Vision a la Alianza Mundial contra el Hambre y la Pobreza, dedicada a impulsar los esfuerzos internacionales de desarrollo alineados con la lucha contra el hambre y la pobreza y apoyando los ODS 1 y 2.
Las limitaciones financieras son un obstáculo importante para acabar con el hambre y la malnutrición, sobre todo en los países de ingresos bajos y medios, donde la financiación agrícola es de apenas 8 dólares de media por persona rural. La fragmentación de la financiación también reduce la eficacia, ya que las iniciativas inconexas de los donantes internacionales, el sector privado y los gobiernos locales a menudo se solapan sin abordar las causas profundas. Por ejemplo, los préstamos agrícolas en las economías de bajos ingresos cayeron bruscamente de 22.000 millones de dólares en 2017 a 2.000 millones de dólares en 2021, lo que subraya la necesidad de una inversión sostenida en esta área.
“La infancia está diciendo ¡BASTA! Y nosotros también, ya que el devastador ciclo del hambre y la malnutrición sigue asolando las vidas de los niños y niñas. Esto está destruyendo su futuro, tanto en contextos humanitarios como de desarrollo. Estamos haciendo todo lo posible y aun así el progreso es muy lento. Debemos unir esfuerzos, urgentemente, para alcanzar los ODS 1 y 2 para eliminar la pobreza y el hambre”, agrega Andrew Morley.
La Alianza Mundial contra el Hambre y la Pobreza es una iniciativa destinada a erradicar el hambre y la pobreza mediante políticas basadas en evidencias. Pretende aprovechar el impulso político, la acción colectiva y movilizar recursos para combatir el hambre y la pobreza en todo el mundo. La Alianza Mundial contra el Hambre y la Pobreza admite compromisos voluntarios de países, organismos de la ONU, bancos de desarrollo, organizaciones filantrópicas y grupos de la sociedad civil. World Vision pretende unir los esfuerzos mundiales, regionales, nacionales y locales para atajar el hambre y la pobreza.
A través de su iniciativa mundial “SUFICIENTE”, World Vision aboga por políticas y sistemas más sólidos para combatir el hambre y la malnutrición. La organización, centrada en la infancia, también ampliará los programas de superación de la pobreza a los hogares más pobres, abarcando la protección social, la formación en medios de subsistencia, la inclusión financiera y el empoderamiento social para aumentar la resiliencia de las familias frente a la inseguridad alimentaria.
Bajo el pilar del conocimiento, la ONG se compromete a colaborar con otros miembros de la Alianza para desarrollar soluciones innovadoras y compartir buenas prácticas. En esta línea, World Vision y otros socios lanzaron los Diálogos Globales sobre Nutrición, elevando las voces de los más afectados por la malnutrición, particularmente mujeres y niñas y niños vulnerables, asegurando que sean escuchados en los procesos de toma de decisiones tanto globales como locales.
“Nos comprometemos a utilizar los Diálogos sobre Nutrición, no sólo para alinear e integrar las recomendaciones de la Cumbre N4G en la Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza, sino también para explorar cómo los diálogos pueden conectar las estrategias globales con las necesidades locales”, concluye Morley.