Con el objetivo de vincular la gestión del clima y la cultura organizacional a los resultados del negocio, ofrecer prácticas culturales innovadoras y permitir que los asistentes se conecten e inspiren con líderes de Los Mejores Lugares para Trabajar del país, Great Place to Work®, firma global de people analytics y consultoría, llevó a cabo a fines de noviembre, en el Hotel Sheraton, la Conferencia GTPW For All 2019, primera que se realiza en Argentina.
La charla inicial estuvo a cargo de Holly Petroff, Vicepresidente Ejecutiva Global de Great Place to Work, quien se refirió a “Innovación por Todos: cómo crear empresas más ágiles, innovadoras y rentables”.
Para ello, dio a conocer los resultados de una investigación exclusiva de Great Place to Work, que dio, como hallazgo, un ratio de velocidad de innovación: se trata de una medida que permite determinar la capacidad de innovación de una organización, a través de la cuantificación de los empleados que tienen esas oportunidades frente a los que no la tienen.
A los colaboradores se les preguntó cuántas veces, en el último año, tuvieron oportunidad de contribuir con nuevas y mejores maneras de hacer las cosas en el trabajo. De las respuestas se pudieron conformar tres estadíos de las empresas en relación a la velocidad de innovación: el de Aceleración (por cada 13 empleados dispuestos a innovar, hay 2 que no lo están), el de Funcionalidad (7 contra 2) y el de Fricción (2 y 2).
En la misma línea explicó cómo la innovación incide en la rentabilidad de las empresas. En Estados Unidos los Mejores Lugares para trabajar han tenido 3 veces mayor rendimiento en la Bolsa que los del mercado (de acuerdo a los indicadores bursátiles Russell 3000 y 1000), y en el caso de las empresas que aplican el concepto de Innovación por todos, dicho ratio aumenta a 4.
Ansiedad vs innovación
Al término de Petroff, tomó la palabra el periodista y economista Sebastián Campanario, especialista en innovación, creatividad y economía no tradicional, que se centró en “El futuro en tiempo real”. Luego de pasar revista sobre las últimas novedades en tecnología, puso foco en las disrupciones actuales. En ese sentido, señaló: “Sobreestimamos los cambios a corto plazo, pero subestimamos los que son a largo”. Y agregó: “no hay que reinventarse de hoy para mañana, pero sí de acá a algunos años”.
Luego de contar que los argentinos somos campeones en ansiedad, medida en la velocidad en que apretamos el botón para cerrar el ascensor y la forma en que completamos las frases de nuestros interlocutores, explicó que dicho concepto es nocivo para procesos de innovación, y resaltó el sesgo costoso de ser muy críticos de las decisiones mal tomadas pero no tanto de las no tomadas (que, muchas veces, son las más graves en el mundo de las empresas).
Mostró que el pensamiento creativo es aquel que permite unir puntos que anteriormente nadie había visto. Y, en relación a eso, señaló el error en el que se incurre muchas veces al creer que las personas más grandes tienen menos posibilidades, siendo que la experiencia es un rasgo esencial para pensar esos puntos que nadie había visto. También resaltó que el promedio de edad de los emprendedores supera los 40 años.
A su vez, desmitificó la asociación tan directa entre cambios y tecnología, al señalar los 4 principales “huracanes” que estamos viviendo: el climático, demográfico, político y, por último y sobreestimado, tecnológico. En ese sentido, explicó que los cambios sociales, como el crecimiento del rol de la mujer, la unión e parejas del mismo sexo y los asuntos ambientales, cambiaron más rápido que la tecnología y nadie lo imaginó.
Lograr que brillen los ojos
Melina Jajamovich, especialista en agilidad habló, justamente, de “El lado B de la agilidad”. La directora de Agile cooking se refirió a la importancia de hacer zoom in, o sea preguntarse “qué nos pasa a nosotros con los cambios”. “El cambio no es fácil ni automático. Las personas no cambiamos porque sí”, señaló. El deseo o el dolor, muchas veces, son las guías. “Son personales las razones, no somos turquitas”, insistió Jajamovich.
En ese sentido, se refirió a los modelos de cambio, señalando la importancia de pasar del discurso a la conversación (el ida y vuelta) y, coincidiendo con lo expresado por Holly Petroff, de las respuestas a las preguntas, resaltando la necesaria coherencia entre contenido y forma y la importancia de la experimentación. “Armarnos y saltar a la aventura, pero en red”, destacó Jajamovich. “Lo importante es crear lugares seguros para innovar y aprender”.
Por último, se refirió a la agilidad como “una filosofía que implica cambiar el chip para adaptarnos a tiempos de cambios y que se basa en liberar el talento y las voces de las personas, promover la colaboración y el trabajo en equipo, fomentar la experimentación y asegurar el aprendizaje”. Al respecto señaló la necesidad de que las emociones de los colaboradores estén involucradas para poder lograr el cambio: “hay que ponerle cabeza, cuerpo y corazón”, destacó. De acuerdo a Melina, esa es la manera de recuperar nuestro “brillo en los ojos”, aquella emoción que nos produce el hacer lo que nos gusta en el trabajo.
Diversidad e inclusión
“Diversidad e inclusión: Los nuevos impulsores del crecimiento” fue la consigna bajo la que giró la charla de Frans Johansson (CEO y fundador de la empresa de innovación The Medici Group), para dar cierre a la Conferencia.
Johansson supo desde muy pequeño el valor que la diversidad y la inclusión tienen en la vida. Hijo de un padre sueco de piel blanca y una madre de tez negra, se crió y nació en Suecia. “Eran todos de ojos azules y reservados, salvo mi hermano y yo”, bromeó el ejecutivo. Para Johansson, la diversidad y la inclusión son los pilares fundamentales para impulsar la innovación en las empresas, diferenciándolo del ámbito deportivo. En el deporte las reglas son siempre las mismas y por eso alcanza con practicar muchas horas para ser el mejor. En cambio, en el sector corporativo las reglas del juego cambian de manera constante. Y en momentos de cambios es donde hay mayor espacio para innovar.
Para ejemplificarlo, Johansson se refirió al caso de Nokia, que perdió protagonismo en el sector de la telefonía móvil tras haber sido 5 veces más grande que sus competidores en 2007. “Su CEO Stephen Elop dijo que se perdieron de ver las grandes tendencias. Porque ya no importaban tanto los formatos y los colores de los teléfonos, sino que comenzaron a tomar más protagonismo las aplicaciones”, comentó.
Para que las buenas ideas surjan, según Johansson es necesario tener un equipo de trabajo diverso e inclusivo. Al respecto, citó un estudio donde se reflejaba cómo subía la efectividad a la hora de pensar nuevas ideas. “En un equipo integrado solo por hombres, el 58% de las ideas tenían efectividad. Mientras que al sumarse mujeres se ascendía al 73%. El porcentaje era del 80% cuando se lograba una mayor diversidad etaria y del 87% cuando se incorporaban diferencias de origen geográfico”.
Las palabras de cierre estuvieron a cargo de Cessi Riva Mosquera, Directora de Great Place to Work en Argentina. “La charla de Johansson fue un resumen de lo que vinimos hablando durante toda la Conferencia. No hay innovación sin diversidad e inclusión. Eso es imposible si no empezamos a escuchar al otro. Para los argentinos ese desafío es mayor porque nosotros completamos siempre las frases del otro, porque no terminamos de escuchar. Por eso es fundamental empezar a escucharnos más para lograr equipos más ágiles e ideas innovadoras”.
Además de estas 4 charlas, el evento contó con 6 conferencias simultáneas, en donde DHL Express, Bristol-Myers Squibb, SAP, Naranja, Natura y Sodimac contaron sus casos de éxito.