¿En Argentina también se está superando ya la fase de mera asociación de la RSE con la filantropía?
Como en la mayoría de los países de Latinoamérica, tuvimos que cursar un período de confusión entre RSE y filantropía, que fue resuelto a través de la correcta difusión del concepto, pero también se han tenido que mejorar los casos empresarios que se comunicaban. También se rompió hace rato la analogía entre RSE y acción comunitaria, y creemos que esto ha sido gracias a procesos globales que enriquecieron el debate y sentaron jurisprudencia al momento de referirse a RSE, como por ejemplo el GRI y el largo proceso de la ISO 26000.
Si bien, por nuestra propia realidad, la comunidad cercana sigue siendo un importante foco de las acciones de inversión social de las empresas, hoy queda claro al ver cualquier informe o caso de estudio que no hay empresa –sobre todo grandes– que no tenga un mapeo de grupos de interés. Por ende, sus acciones abarcan desde buenas prácticas laborales como conciliación familia-trabajo, hasta programas de inclusión como son los casos de la base de la pirámide.
¿Cómo definiría la fase actual que vive la RSE en Argentina?
Un buen indicador de la situación actual es la encuesta que desarrolla anualmente PwC Argentina con la colaboración del CEADS. Esta herramienta nos ofrece un claro panorama del estado del arte de la Sustentabilidad en el país. El último estudio arrojó que el 88% de las empresas en Argentina implementan iniciativas orientadas a promover el desarrollo sostenible de su cadena de valor.
La razón para hacerlo, según el 70%, es la necesidad de construir relaciones de largo plazo que contribuyan con un contexto favorable para el desarrollo de los negocios. A su vez, el 91% de las empresas cuenta con una estrategia de contribución al desarrollo social.
¿Cuál es el área de la RSE que capta más atención entre el empresariado argentino?
El área temática en que la mayoría invierte es el medio ambiente (86%), seguida por la educación primaria (74%), y la educación para el trabajo (72%), mientras que donde se invierte con menor porcentaje es en vivienda (18%).
La investigación evidencia la relevancia que la gestión ambiental de las organizaciones ha cobrado en los últimos años: de las empresas encuestadas, el 88% cuenta con una política medioambiental. Respecto al cuidado de los recursos, cerca del 90% de las organizaciones ha implementado en el último año medidas para disminuir la utilización de energía, el 60% empeña esfuerzos para reducir sus emisiones de CO2, el 70% incorporó en el último año iniciativas para minimizar el uso de agua y el 75% cuenta con programas de reducción en la generación de residuos.
¿Y cuáles son los desafíos pendientes?
Entre los desafíos pendientes destacan los negocios y compras inclusivas, ya que sólo el 31% de los relevados manifestó contar con productos o servicios específicos orientados a satisfacer las necesidades de los segmentos socioeconómicos excluidos, y el 39% ha adoptado programas orientados a promover la inclusión en su cadena de valor de pequeños productores, cooperativas de producción o iniciativas de producción comunitaria.
¿Cuál es el grado de colaboración entre los distintos grupos de interés en el impulso de la Responsabilidad Social en Argentina?
La RSE y la Sustentabilidad necesitan escala y eso no se logra haciendo las cosas por separado: empresas por un lado, academia por otro, los estados aquí y las ONG allí. Esto es lo que cuesta, pero es justamente el desafío de la ‘articulación’.
¿Qué valoración hace de la trayectoria y aportación de CEADS a la RSE en Argentina hasta el momento?
Nuestra organización nace como la principal respuesta del sector empresarial ante los desafíos de la primera cumbre de Río en 1992, poco después la creación de nuestra organización madre a nivel global –el WBCSD–.
Al comienzo se trataba de un puñado de empresas convencidas de que se trataba de una nueva agenda empresarial y no eran más de ocho los consejos empresarios en el mundo (hoy son más de 60) que formábamos parte de la red, por lo que claramente la prioridad en esos tiempos era generar una masa crítica mayor de empresarios que estuviesen comprometidos con el concepto de desarrollo sustentable, tanto en su difusión como en su práctica. Fueron cinco años de mucho ‘adoctrinamiento’ por un lado, pero por otro había una gran necesidad de aprender en las empresas sobre la temática y de generar y probar herramientas atractivas para la lógica empresarial.
¿Y cuáles son las principales líneas de trabajo?
En el marco del Proyecto Visión 2050 global lanzado a nivel mundial por el WBSCD, el equipo de CEADS, junto a referentes de todos los sectores, repasaron los elementos de la Visión 2050 e identificaron temas específicos y prioritarios para nuestro país. El resultado de este trabajo ha sido el desarrollo de una visión y una hoja de ruta de una Argentina ya encaminada a alcanzar la Sustentabilidad de aquí al año 2050. Las agendas de las áreas de trabajo de nuestra institución apuntan a pensar el país a largo plazo.
Para ello, desde el CEADS seguiremos con espacios de intercambio de experiencias para niveles gerenciales y se han dispuesto una serie de capacitaciones en temáticas o herramientas con una visión empresarial e integrada.