El Proyecto Agua Segura nace en Argentina en 2015 y tiene la certificación de Empresa B, la cual busca brindar soluciones referidas al agua, que tengan impacto social y ambiental.
“La crisis del agua es global. Todos los continentes están sufriendo en mayor o menor medida un estrés hídrico. Y nosotros creemos que para generar soluciones se necesitan de acciones locales”, señala Catalina Deluchi, Directora de Relaciones Institucionales y Asuntos públicos de Proyecto Agua Segura.
Refiere que hoy, millones de personas no tienen acceso a calidad de agua y muchos niños, sobre todo menores de cinco años, mueren a causa de enfermedades diarreicas.
En ese sentido, el Proyecto Agua Segura busca articular a diferentes actores como la sociedad, empresa privada, gobiernos, ONGs, asociaciones civiles, para tener una buena gobernanza del agua.
“Y así generar un impacto tanto en la naturaleza como en las comunidades y el negocio. Hay empresas que, dentro de 40, 50 o 60 años pueden quedarse sin agua para producir sus bienes y servicios”, advierte Deluchi.
El Proyecto Agua Segura tiene su sede principal en Buenos Aires, Argentina, pero trabaja en otros países de la región como Chile, Uruguay, Paraguay, Brasil, Perú, México, Colombia, y también en España.
“Nuestra idea es ser una empresa que pueda trabajar en cualquier parte del mundo. ¿Por qué? Porque formamos equipos locales que conocen las cuenca, su realidad y entienden qué soluciones necesitan, y nosotros ser un facilitador de una empresa grande que necesita por su responsabilidad social o por su estrategia de negocio, hacer algo por el agua en la cuenca donde opera”, explica Deluchi.
El Proyecto Agua Segura es aquel interlocutor que diseña proyectos con los actores por cuenca, y ahí hacer el “match” entre la empresa, la cuenca y comunidad.
Por ejemplo, detalla que trabajan con una importante farmacéutica para erradicar la diarrea en niños de diferentes comunidades del Amazonas en Brasil, llevando calidad de agua a través de mecanismos de ultrafiltración adaptados para esas comunidades.
“Es decir, no necesitan electricidad ni ningún tipo de sofisticación, es muy fácil de usar por ellos. Ahí nos encontramos que hay una ONG que trabaja con esas comunidades que tiene mucha llegada, que conoce bien la problemática. Entonces ahí hicimos el match”, explica.
También otro ejemplo de su trabajo, es con una empresa de consumo masivo que usa mucha agua para producir sus productos en una localidad de Buenos Aires, Argentina.
Entonces ahí generamos un proyecto con técnicos de ONGs locales, para mejorar las prácticas agrícolas y de manejo de los suelos, para que el agua de las lluvias pueda filtrar y recargue los acuíferos.
“Esa empresa no solamente beneficia a la comunidad que usa esa cuenca, sino que también a su negocio de seguir usando el agua de forma sostenible”, subraya.
También señala que el Proyecto Agua Segura trabaja en campañas para mejorar los hábitos de uso del agua en los hogares y empresas, y así ahorrar el agua.
“El gran reto es que el agua se está volviendo cada vez más importante para las empresas. Hay una frase que escuché una vez en Linkedin que decía “Water is the New Carbon” (El agua es el nuevo carbono), así como hace un par de años, todos estaban enfocados en generar estrategias de carbonos, hoy estamos escuchando a, cada vez más, empresas que necesitan generar huella hídrica cero y estar compensando constantemente esa huella”, explica.
“El principal desafío u objetivo este año es consolidarnos bien todo lo que es Latinoamérica para después seguir expandiéndonos a otros continentes”, puntualiza.
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