Según el último relevamiento del Ministerio de Educación, hay más de 15.000 escuelas rurales en todo el país. La mayoría no posee agua potable, sanitarios ni electricidad, la matrícula de estas escuelas oscila entre 10 a 150 alumnos.
Muchas de ellas funcionan con el sistema de plurigrado, donde un solo docente imparte la enseñanza a todos los niveles y áreas.
La situación económica de las familias de estas escuelas depende totalmente de las posibilidades laborales de la zona donde viven. Éstas fluctúan de acuerdo a las economías regionales, trabajos estacionales, política, inclemencias climatológicas, etc. Es fundamental para ellos contar con apoyo y de esta manera garantizarles a sus hijos el acceso a uno de los derechos fundamentales del niño: la educación.
En este contexto la Asociación Civil Padrinos de Alumnos y Escuelas Rurales (APAER), cuyo foco está puesto en el futuro de los chicos, trabaja con socios y donantes con cuyo aporte monetario se sustentan los distintos programas. La ONG realiza esta tarea desde hace 35 años, con mayor influencia en las zonas de NEA, NOA y Mesopotamia.
Parte de sus esfuerzos están puestos en la entrega de becas que le da la oportunidad a muchos chicos de estudiar regularmente y completar su escolarización. Actualmente, APAER cuentan con más de 500 becas para diversas escuelas rurales, gracias a la ayuda de donantes particulares, fundaciones y fundamentalmente de empresas privadas, como es el caso de la cadena de supermercados Carrefour.
“En los últimos años tuvimos la satisfacción de seguir acompañando a los alumnos en carreras terciarias y universitarias. Este año tendremos nuestra primera egresada universitaria, una alumna de la provincia de San Juan, quien junto a sus hermanos recorrían 18kms a caballo para poder tomar el micro escolar y quedarse toda la semana en la escuela. Ingresó a nuestro programa en el año 2006 y hoy está completando sus estudios universitarios en la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional de San Juan”, relató Silvia Treglia, una de las voluntarias de APAER, a través de un comunicado enviado a este medio.
En el inicio de un nuevo ciclo escolar, la marca de quitamanchas Vanish se unió a Carrefour y a otras compañías que apoyan la tarea de APAER, y acompañaron a los alumnos con guardapolvos y becas estudiantiles.
Esta propuesta involucra a toda la comunidad ya que invita a la gente a que done un guardapolvo que ya no usa acercandolo a distintas sucursales de la cadena. Vanish se encargará de lavarlos y distribuirlos a los alumnos para que puedan empezar las clases todos de blanco.
“Pensamos en realizar esta acción porque queremos acompañar a los chicos en su vuelta al colegio. Sabemos la importancia que conlleva tener su guardapolvo listo para ese día. Sentimos que el guardapolvo blanco es un gran símbolo patrio que oculta las diferencias sociales y promueve la igualdad de todos los niños”, declaró Magalí Gonzalez Fassi, Senior Brand Manager de Vanish.
“Desde Carrefour tenemos el compromiso de que cada vez más jóvenes puedan acceder a una educación de calidad, por eso todos los años llevamos a cabo diferentes acciones apostando a que los chicos tengan más oportunidades de desarrollo. La alianza con Vanish y el impulso de las becas junto a APAER, refuerza nuestro compromiso con quienes más lo necesitan”, expresó por su parte Candela Arias, Gerente de Sustentabilidad y RSE de Carrefour Argentina.
Muchos son los proyectos que se pudieron realizar gracias al aporte de empresas privadas: construcción de escuelas a nuevo, aulas, reemplazo de letrinas por sanitarios, provisión de agua, instalaciones eléctricas, talleres de panadería, carpintería, huertas, invernaderos, etc.