Con más de 125 años dando asesoramiento jurídico en Argentina, desde el siglo XXI Beccar Varela se encarga no solo de dar un servicio de calidad a sus clientes, sino también en dar asesorías Pro-Bono a comunidades aledañas que no tenían los recursos económicos. Junto con ello, en el 2016 se sumaron al Pacto Global de las Naciones Unidas, en 2019 presentó su Primer Informe de Sostenibilidad, siendo la primera firma jurídica en hacerlo, y en el 2021 presentó un informe llamado “Empresas con propósito y la importancia del Cuarto Sector en Iberoamérica” con el auspicio del PNUD Argentina, destacando la importancia de la aplicación de la Agenda 2030.
En la presente entrevista, Evangelina Petrizza, Fernanda Mierez y Manuel Frávega, socios del estudio Beccar Varela, nos comentan las metas alcanzadas de la firma y cómo un estudio de abogados tiene un importante rol para lograr los ODS en el 2030.
Desde sus inicios, ¿Cómo ha ido evolucionando el área de sostenibilidad y cuál de las metas ya se han podido alcanzar o están camino a alcanzarse?
Cuando comenzamos éramos un estudio jurídico pionero, lo continuamos siendo, y por lo tanto debíamos ser innovadores. Desde el área de ESG no había referencias muy cercanas ni concretas con las cuales podíamos referirnos o entender nuestra curva de aprendizaje ni seguir mejores prácticas. Por ello, lo que hicimos fue tomar lo que el estudio hace ya más de 20 años: tener un excelente programa Pro-Bono, una fuerte vocación de servicio a los sectores más vulnerables y, a partir de ahí, empezar a escuchar atentamente qué estaban necesitando nuestros clientes, hacia donde estaban yendo y hacer un análisis, pero también una proyección para estudios prospectivos respecto a megatendencias que se hacen a nivel global.
Con toda esa información, entendimos que teníamos que ser disruptivos y empezar a migrar a lo que es la RSE de un estudio jurídico, que va de la práctica pro-bono a algo más integral que tenga que ver con acompañar a los clientes en los nuevos desafíos que se les iban presentando, los cuales tenían que ver con el cuidado del medio ambiente, de su comunidad interna, la obtención de la licencia social, etc. Cinco años a esta parte, creemos que fuimos muy asertivos porque hoy la RSE no es una tendencia, sino una realidad. Nuestros clientes tienen una agenda orientada a la sostenibilidad y hoy más que nunca tenemos un equipo muy grande que está capacitado en los distintos aspectos de la sostenibilidad para poder acompañar estos desafíos que tienen nuestros clientes. El haber incorporado el derecho ambiental y cambio climático a nuestra cartera muestra que siempre estamos moviéndonos en la vanguardia.
A su vez, también logramos entender cómo la sostenibilidad y el asesoramiento legal podían estar conectados. A la larga, la sostenibilidad empezaba a estar en el core business de nuestros clientes; y nosotros como estudio corporativo que siempre acompañamos y estamos a la vanguardia de lo que sucede, nos dábamos cuenta que era necesario tener esta práctica que nos ayudó a entender cuáles eran los desafíos de nuestros clientes para acompañarlos. También entendimos que la RSE no era un área más, sino que necesita de todas con la mirada sostenible para trabajar los ODS que nuestros clientes se están proponiendo al hacer sus negocios. Vemos una evolución donde hay distintos aspectos en que la sostenibilidad se vincula con lo legal de forma más clara.
Se busca promover, mediante el informe, la Ley BIC para reconocer a las empresas del cuarto sector. ¿Qué es lo que se busca específicamente para promover esta ley que quiere mover el enfoque sostenible y reconocer a las empresas que tienen este triple impacto?
Lo que nos dimos cuenta como abogados es que nuestro ordenamiento jurídico, al igual que en los países de Latinoamérica, sólo tienen reconocidas a las sociedades corporativas tradicionales o a las ONGs; es decir, fundaciones o asociaciones, pero no hay ningún modelo híbrido en el medio que pudiera tomar esa rentabilidad con ese impacto social y ambiental al mismo nivel. Existen estos modelos que dan una suerte de certificado, pero al ver el nivel jurídico para asesorar a algún cliente que englobe estos tres principios, nos dimos cuenta de que hay un vacío legal. Por ello, reunimos a un grupo de abogados que redactó este proyecto de ley BIC, que significa Sociedad de Beneficio Interés Colectivo, que estaba en un proceso de aprobación parlamentaria, pero no pudo lograr la aprobación final.
Buscamos que nuestro congreso sancione este modelo híbrido que da la posibilidad a empresas tradicionales de empezar a incorporar el triple impacto en su modelo de negocios y forma jurídica, y que a las empresas que nacen con el Triple Impacto puedan añadir este modelo jurídico, ya que hay una necesidad clara en nuestro país y en la región de que el marco jurídico potencie y dé soluciones a las necesidades que se va imponiendo por la agenda. Y en cambio climático no había instrumentos jurídicos además de los tipos societarios, de gestión y principios y fines, como objetivos y metas concretas, para mejorar lo que es la economía circular y aprovechar los residuos que pueden ser utilizadas para otros fines productivos. Bajo ese punto de vista hay un desafío y agenda enorme, y sabiendo que todos los sectores tienen su grano de arena, el campo legal también debe estar a la altura de las circunstancias.
Hace meses hubo un derrame de petróleo en Perú por parte de Repsol. Hubo una multa administrativa por los daños; sin embargo, bajo el código penal peruano no hay delitos por daño ambiental. En el caso argentino, ¿Qué piensa hacer Beccar Varela desde su posición para trabajar este enfoque y promover un cambio en el código penal?
Conocemos el caso de Perú y desde el punto de vista ambiental diría que el diagnóstico es similar en Argentina. Si bien hay tipos penales ambientales, en general son muy específicos y hasta desactualizados, cómo lo puede ser la Ley de Fauna Silvestre o de residuos peligrosos, siendo esta última del año 1992, y de ahí tenemos uno de tipo genérico en el artículo 220 y subsiguiente del Código Penal, pero del año 1920. Entonces, ese enfoque de la evolución de la agenda, cambio climático y medio ambiente en su momento fue muy bueno, pero merece ser actualizado. Y en ese sentido, en los últimos años tuvimos varios y en particular un proyecto muy avanzado para reformar todo el código penal, en el cual se incluía especialmente, en relación a tu pregunta, un capítulo específico para los delitos contra el medio ambiente.
Eso no se terminó sancionando a pesar de que se hizo trabajo legislativo y de investigación que tomó mucho tiempo y acción. Aun así, está todavía latente en la agenda parlamentaria hacer una reforma en ese sentido y, por supuesto, que desde Beccar Varela acompañaremos al abonar con las mejores tendencias, regulaciones y técnicas legislativas, siempre desde la certeza y claridad jurídica. También creemos que hay una oportunidad de mejora saliendo del Código Penal en lo atinente al procedimiento de faltas ambientales respecto a las multas administrativas.
Muchas veces también se cae en la idea de que un estudio de abogados se limita mucho al tema del Pro-Bono o el dar asesoría jurídica que sea gratuita para personas que no tienen la capacidad económica. Por ello, ¿Cómo trabajar la comunicación para decir que un estudio de abogados también puede trabajar mucho más la sostenibilidad?
En primer lugar, tenemos que estar alineados entre nosotros dentro del estudio en qué queremos comunicar, asegurarnos que estamos comunicando información con base firme en nuestra experiencia y no entrar en el Greenwashing, que es hacer anuncios que son para fines de comunicación que no tienen sustento. Nosotros queremos compartir con nuestros stakeholders en todo el mundo a través de nuestras alianzas y otras relaciones, que estamos dedicados, listos y preparados para proveer un servicio integral en todos los aspectos ESG.
En segundo lugar, una de las partes importantes que nosotros quisimos resaltar, y creemos que lo hemos logrado, es el diferenciar el trabajo pro bono, que nosotros lo vamos a seguir haciendo a causa de que hay una responsabilidad desde nuestra profesión del dar este acceso a la justicia a las personas más vulnerables, de cualquier otro asesoramiento legal que damos a nuestros clientes, pero con este valor agregado de tener esa mirada alineada a los objetivos ESG que también persiguen a nuestros clientes. Ya no se trata de dar solamente el asesoramiento de lo puramente legal, sino de lo que nosotros consideramos correcto, lo que debe ser; incluso en aquellas cuestiones que a veces están escritas en normas, sino que son tendencias o cuestiones que se van a venir y de alguna manera queremos anticiparnos.
Luego, creemos que lo clave de la comunicación es justamente decir que se puede lograr hacer una práctica legal rentada con esta mirada, compartiendo los logros para que otros más se sumen. Intentamos ser muy activos en la creación y difusión de conocimiento, que implica entrar en alianza o participemos con actores de mucho renombre en estudios, investigaciones y documentos que luego tienen una amplia difusión respecto a temáticas jurídicas muy novedosas que tienen que ver con el ESG. Uno fue realizado de manera colaborativa con PNUD Argentina, la cooperación canadiense y la Universidad de Harvard. También presentamos el año pasado la segunda guía para emprendimientos sociales junto con TrustLaw y participamos de estudios e investigaciones a nivel global con la WWF el año pasado. También es importante decir que no solo nosotros estamos hablando de nuestros esfuerzos, sino que a lo largo de los últimos 2 años hemos recibido reconocimientos muy importantes a nivel mundial como el Premio Grunin; es decir, no es solamente el estudio que habla de nuestros esfuerzos, sino que son reconocidos por parte de terceros y creo que eso aporta mucho valor a lo que podemos comunicar y compartir
De esta manera, creemos firmemente en que debemos ser muy activos a la hora de generar conocimiento y compartirlo. Esto tiene que ver con compartir y hablar sobre la evidencia. Somos muy activos no solamente en los foros jurídicos donde cada uno está con la especialidad que tiene, sino que también somos muy activos en foros vinculados a la sostenibilidad, en cámaras, la red del Pacto Global y en otras iniciativas tanto locales como globales, y ahí estamos también apoyando y compartiendo información.
Para finalizar, ¿Cuál podría ser un reto principal para este año en Beccar Varela?
Tenemos un reto de volver a la normalidad en el trabajo de todo el equipo de Beccar Varela. Creo que se ha hecho un gran esfuerzo en estos dos años de trabajo a distancia y el estudio ha hecho sus adaptaciones y todo su acompañamiento a esta situación difícil que hemos vivido todos. Volveremos a una rutina que va a ser distinta, ya que no vamos a volver al 2019 desde el punto de vista de trabajo en equipo, la sinergia y la atención a los clientes. Claramente va a hacer un reto porque el estudio tiene un estándar de excelencia e innovación, con lo cual es a lo que estamos trabajando, debatiendo y pensando en términos de superación.
Por otro lado, desde el punto de vista del derecho ambiental, hay un reto muy grande habiendo pasado la COP26 en noviembre, que es llevarlo a la práctica. Ahí vemos enormes retos y que el mercado está muy activo en todo lo que es, por ejemplo, mercado del carbono, captura de carbono, etc. Son nuevos retos que en el mundo y en argentina en particular, donde nos faltaba una plataforma normativa que ahora tenemos, cosa que a partir este año esperábamos novedades y claramente va a hacer un reto, por eso creemos que es una muy buena noticia que Beccar Varela hoy tenga su departamento de derecho ambiental y cambio climático para dar respuesta a este nuevo reto.
Finalmente, en el campo corporativo hubo un reto que cumplimos y queremos acompañar este año, que es la innovación de acercar el mercado de capitales a empresas que tienen esta mirada de impacto, y que sentimos que los inversores las están buscando para poder invertir y mostrarles que el mercado de capitales es algo accesible, y que, acompañado con un buen asesoramiento legal, pueden llegar a buen puerto. También tenemos como objetivo acercar a más empresas de triple impacto, quizá a pymes, al mercado de capitales emitiendo este bono verde o sostenible, acompañándolos con este asesoramiento de calidad y excelencia, pero sumado a esta sumada de impacto y acompañar la finalidad que estas empresas buscan.