¿Cómo y con qué objetivo llega esta organización a Argentina?
La organización es oficialmente holandesa. Surgió en Holanda porque en el momento en que la pensamos con Jorn Wemmenhove, un amigo holandés, yo estaba viviendo allá. Comenzamos a trabajar a la distancia haciendo cosas para Rosario, hasta que luego de unos años yo decidí volver para instalarme nuevamente en mi ciudad natal, aunque mantuvimos la base allá.
Cuando fundamos El Desafío teníamos 21 y 28 años, estudiábamos y trabajábamos y los fines de semana y en vacaciones nos dedicábamos a El Desafío, una organización cuyo fin está basado en empoderar a los jóvenes que viven en situación de pobreza y riesgo.
Estudiamos, investigamos y creamos el concepto, armamos el equipo, buscamos fondos y nos empapamos en los problemas sociales que veíamos en algunos de los barrios marginales de Rosario.
Principalmente, nos enfocamos en dos áreas de trabajo: el desarrollo de jóvenes en situación de vulnerabilidad -brindándoles herramientas para que desarrollen y potencien sus habilidades y se conviertan en agentes de cambio-, y la promoción de la participación ciudadana de toda la sociedad. Donde todos ven un problema, nosotros vemos un desafío.
¿En qué consiste la iniciativa “Escuela de Vida” y cuál es el impacto que buscan lograr?
Escuela de vida es uno de los 15 programas que tenemos activos hoy en día en la organización. Es un espacio pensado por y para jóvenes con el fin de que adquieran habilidades blandas para su desarrollo. La educación formal mundial ha desatendido estas áreas y se enfocaron en las materias duras como matemáticas o literatura, y hoy vemos que empieza a existir un nuevo modelo de educación basado en los intereses de los jóvenes, sus pasiones y teniendo en cuenta que son –y somos todos- seres emocionales.
Es un espacio no formal, personalizado y por cada persona que se inscribe, se habilita un cupo para una persona que no puede costearlo. De esta manera fomentamos la integración social y abrimos las mentes de todos los chicos, ya que todos nos necesitamos en una sociedad.
Esta iniciativa se materializa en diferentes workshops, cada uno con una temática especial. Para los meses de agosto y septiembre ya se encuentran abiertas las inscripciones para talleres sobre el manejo de la incertidumbre, la toma de decisiones y la motivación. El detalle de cada curso está disponible en http://www.eldesafio.org/escueladevida
¿Qué representa el voluntariado para ustedes y de qué manera se pueden acercar las personas para formar parte de “El Desafío”?
Por suerte hoy contamos con los voluntarios necesarios para llevar adelante nuestro trabajo. Son una parte importante de la organización, como así también todos los integrantes del staff y los participantes.
Hoy contamos con 37 voluntarios que participan en los programas, haciendo tareas de fundraising e intervenciones urbanas.
Más allá de eso, siempre necesitamos de recursos económicos y la gente se puede sumar como inversor social haciendo un aporte mensual; o las empresas, a través de alianzas estratégicas que generen valor compartido para ambas partes.
Muchos de los problemas que enfrentan las empresas en términos de motivación del personal, capital social y recursos humanos son temáticas que manejamos y pueden enriquecerse con nuestras experiencias.
¿Cuál consideran que es el mayor reto que enfrentan con los jóvenes de Argentina?
Creo que son una combinación de factores. Para dar una respuesta clara diría que es la inclusión. No todos los chicos nacen y viven con oportunidades de desarrollo, no todos tienen ambientes seguros donde crecer, no todos tienen la posibilidad de moverse por la ciudad de manera cómoda, rápida y segura.
Hay una gran desigualdad social en nuestro país y los jóvenes lo sufren. Desatender el desarrollo juvenil no es solo indigno, sino que es estúpido. ¿Quiénes van a resolver los problemas que tenemos y los que no sabemos que vamos a enfrentar en el futuro? Estratégicamente hablando, no ocuparnos de que los jóvenes tengan las mejores condiciones para crecer, educarse, desarrollarse y desatar sus talentos es resignarnos a nunca estar mejor ni resolver problemas.
Un joven que desata su potencial genera increíbles beneficios a toda la sociedad en términos académicos, económicos, productivos y en capacidad de resolución de problemas.
¿En qué consisten las “Minibibliotecas públicas” y el “Festival Ciudades Felices” y cuál es su objetivo?
En nuestra mirada integral no solo está la idea de terminar con la pobreza estructural, sino que la propuesta es mucho más abarcativa: la idea es poder tener mejores ciudades, pensadas y armadas para quienes las habitamos y en donde todos podamos ser felices.
Una persona viviendo en una ciudad que la ponga en situación de marginalidad, rodeada de delincuencia y pobreza es inhumano e indigno, y una oportunidad perdida para la sociedad.
Por eso debemos desarrollar y crear lugares que hagan a las ciudades más vivibles y colaborativas.
Es así que surge el tema de las mini-bibliotecas en espacios públicos o la propuesta de promover una movilidad pensada en las personas. La suma de todos los elementos hace que las ciudades sean “más felices”. Y por eso hace ya tres años organizamos este Festival, que busca inspirar sobre qué podemos hacer para vivir mejor en todos los aspectos que hacen a una urbanización.
Para este año nos proponemos hablar de urbanismo, movilidad y espacios públicos (lo que denominamos el hardware), y también del software: deporte para el desarrollo, cultura, prevencion y desistencia de la criminalidad. Y a partir de estos dos, del “orgware”: cómo nos organizamos, el capital social y la colaboración ciudadana.
Habrá workshops y charlas magistrales, con invitados muy reconocidos del exterior como Margaret Heffernan, emprendedora y autora del Reino Unido, Lauren C. Anderson, experta en Seguridad Internacional de Estados Unidos y Guillermo Peñalosa, urbanista colombiano, entre otros.
El festival es gratuito aunque los espacios requieren de inscripción previa. La misma estará abierta desde el 10 de septiembre en el sitio http://ciudadesfelices.com/.
Esperamos que puedan acercarse jóvenes, estudiantes, urbanistas, decisores de políticas públicas, personas de recursos humanos, arquitectos, ingenieros, docentes y personas ligadas en la educación, ONGs, referentes barriales y comunitarios, académicos, emprendedores, ciclistas, interesados en movilidad y sustentabilidad, empresarios y ciudadanos que estén convencidos que somos todos protagonistas de construir ciudades felices para todos.
¿Qué tan importante es para ustedes comunicar los logros que han tenido en la organización?
Nuestro accionar se basa en metodologías de trabajo por lo que para nosotros los resultados son sumamente importantes. Nos preocupamos por ser transparentes en lo que hacemos y cómo manejamos los fondos que obtenemos, y para eso tener los resultados claros es vital, a tal punto que desarrollamos un software y un sistema de monitoreo y medición propios para hacerlo.