A las prácticas de inversión social privada que dieron curso a las primeras iniciativas en este campo, las empresas comenzaron a sumar políticas corporativas orientadas a mejorar las operaciones diarias y otras áreas del negocio fueron involucrándose en el camino de la Sustentabilidad.
Desde Empresas por la Infancia hace ya ocho años que promovemos los esfuerzos que las empresas realizan en materia de RSE desde la perspectiva de los Derechos del Niño (RSE-I), alentando al sector empresario a promover los Derechos del Niño en la gestión con todos sus públicos de interés, procurando el respeto efectivo de tales derechos.
En este sentido, creemos que los desafíos para las empresas son principalmente dos: continuar profundizando sus prácticas de RSE a partir del ejercicio de mirar hacia adentro de sus operaciones, del involucramiento de todas las áreas de la empresa y del diálogo con actores clave de la sociedad, y poner en el centro de estas prácticas el desarrollo integral de los menores.
El bienestar de la infancia interpela a la sociedad en su conjunto y compromete a cada uno de los actores sociales a intervenir en forma efectiva en la procura de la promoción, protección y defensa de sus derechos. Paralelamente a la obligación de los estados como garantes del ejercicio de los derechos, las empresas tienen la responsabilidad de respetar los derechos de la infancia y de evitar ser cómplices de los abusos de los mismos. Esto supone, como primer paso, la obligación de conocer y prevenir los efectos negativos, tanto reales como potenciales, de la empresa sobre estos derechos.
El escenario actual es heterogéneo y propone grandes desafíos. Mientras que algunas empresas ya se encuentran trabajando desde esta perspectiva y realizan esfuerzos articulados con otros actores, otras continúan desarrollando acciones que no incluyen la voz de los niños, niñas y adolescentes como participantes activos de su desarrollo. Pero de lo que ya no hay dudas es que las empresas tienen un impacto concreto y tangible en la infancia y, por tanto, un rol activo que desempeñar.