Cada vez es más frecuente que las empresas tengan el desafío de hacerlo con la misma rigurosidad y profesionalismo con la que ejecuta cualquier otra estrategia comercial. Así, se está avanzando a una concepción de la ISP con un enfoque de gestión que crea valor a largo plazo, en el que las empresas asumen un rol activo y responsable aplicando prácticas socialmente responsables que aporten a la construcción de capital social.
El escenario actual de la ISP exige al sector privado que atienda a las cuestiones más relevantes de la agenda, no sólo acompañando las iniciativas de las organizaciones de la sociedad civil, sino que puedan capitalizar su experiencia, tiempo, ideas y capacidad de gestión adaptándose a los cambios e identificando oportunidades de crecimiento e innovación para el desarrollo sustentable y en pos de la creación de valor compartido.
A partir de este proceso, en el cual las empresas comienzan a repensar sus estrategias para que el desarrollo económico vaya acompañado de un desarrollo social y ambiental y, con esto, repensar su rol en la comunidad, es que comienza a ser indispensable la transversalidad, incorporando e integrando esta visión a la estructura general de la empresa y en cada eslabón de su cadena de valor. Sin duda, los desafíos son múltiples, porque es inmenso el aporte que el sector privado puede hacer efectivo. La intención de las empresas de trabajar en pos del bien público debe plasmarse en acciones que excedan el discurso corporativo y se materialicen en todos y cada uno de los ámbitos de la organización. Es necesario trabajar en torno a la profesionalización, promover un marco contextual, legal e institucional que favorezca el desarrollo de la sociedad civil y la ISP.
Asimismo, es necesario desarrollar metodologías eficaces en el interior de las empresas, que permitan hacer un seguimiento y evaluar las estrategias en materia de inversión social para definir y consensuar –con los diferentes actores involucrados– mecanismos que permitan evaluar el impacto real de las acciones de las empresas al crecimiento del país. A su vez, comunicando de manera transparente los avances en este sentido, se podrán obtener experiencias y aprendizajes que constituyen un valioso insumo para grandes, medianas y pequeñas empresas.