Mundo Académico archivos - Corresponsables https://www.corresponsables.com/categoria/mundo-academico/ Wed, 16 Apr 2025 10:07:39 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.7.2 https://www.corresponsables.com/wp-content/uploads/2024/04/favicon-150x150.png Mundo Académico archivos - Corresponsables https://www.corresponsables.com/categoria/mundo-academico/ 32 32 María Rodríguez Sánchez: “La RSE tiene un futuro prometedor y es imprescindible para que la sociedad sea más responsable, sostenible e igualitaria” https://www.corresponsables.com/20aniversariocorresponsables/maria-rodriguez-sanchez-rse-futuro-prometedor-imprescindible/ Tue, 15 Apr 2025 08:44:25 +0000 https://www.corresponsables.com/?p=355704

Entrevistamos a María Rodríguez Sánchez, socióloga y destacada experta en Consumo Responsable y Responsabilidad Social Empresarial (RSE)

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Con motivo del 20º aniversario de Corresponsables, entrevistamos a María Rodríguez Sánchez, socióloga y destacada experta en Consumo Responsable y Responsabilidad Social Empresarial (RSE).

Su camino comenzó en 1996, cuando, motivada por la necesidad de un etiquetado informativo que permitiera a los consumidores tomar decisiones responsables, se unió a Consumers International. A lo largo de su carrera, María Rodríguez ha enfrentado grandes desafíos, como el desconocimiento generalizado sobre la importancia de integrar la RSE en la estrategia empresarial, pero también ha sido parte esencial de los grandes hitos del sector, como la creación del Observatorio RSC, de la que fue presidenta y que ya en 2004 marcó un antes y un después en la sensibilización y colaboración entre organizaciones de la sociedad civil y el ámbito empresarial. También ocupó la presidencia de la Confederación de Consumidores y Usuarios (CECU) y fue miembro del Consejo Estatal de Responsabilidad Social Empresarial (CERSE) ya en 2009.

“La RSE tiene un futuro prometedor y es imprescindible para que la sociedad sea más responsable, sostenible e igualitaria”

En esta entrevista, la socióloga, ya jubilada hace unos años pero nunca retirada de la RSE, reflexiona sobre su contribución en esta materia, su admiración por los pioneros que han acompañado este viaje y su visión del futuro de la Responsabilidad Social, que considera un campo en constante evolución y con un enorme potencial para las nuevas generaciones de profesionales.

Para María Rodríguez, la RSE no es solo una herramienta empresarial, sino una verdadera palanca de cambio hacia un mundo más justo y sostenible, donde los consumidores tienen mucho qué decir. “Con buenas políticas de Responsabilidad Social se puede mejorar el mundo”, sentencia.

“La RSE tiene mucho futuro. Es difícil imaginar empresas que puedan ignorar completamente estas políticas”

¿Cómo llegaste María a la Responsabilidad Social?

Comencé en 1996, motivada por la necesidad de un etiquetado informativo que permitiera a los consumidores tomar decisiones de compra responsables. Inicié mi participación a través de Consumers International, en el marco del comité ISO COPOLCO, e impulsé la elaboración de una norma internacional sobre Responsabilidad Social que culminaría en 2010 con la publicación de la ISO 26000. Fueron tiempos muy interesantes. Una particularidad destacable fue la gran importancia que inicialmente se daba al grupo de consumidores y clientes, algo que hoy ha perdido relevancia como pilar fundamental de la RSE.

«La RSE no es solo una herramienta empresarial, sino una verdadera palanca de cambio hacia un mundo más justo y sostenible”

¿Qué recuerdas de aquellos inicios? ¿Cuál fue el primer proyecto que participaste?

Mi primera iniciativa estuvo centrada en la sensibilización mediante charlas y participación en seminarios. Un momento clave ocurrió en 2001 con la publicación del Libro Verde de la Unión Europea, que marcó un antes y un después.

¿Cómo era el panorama de la RSE cuando comenzaste en comparación con el actual?

Algo positivo era el gran interés inicial por parte de ONG y empresas. Actualmente destaco como aspecto positivo que los sindicatos se han incorporado activamente a la RSE.

¿Cuáles fueron los principales obstáculos que encontraste al empezar en este ámbito?

Principalmente, existía un gran desconocimiento por parte de las empresas. Éstas solían reducir la RSE a simples acciones sociales, sin comprender la necesidad de integrarla de forma transversal en todas sus dimensiones.

“Los actuales directivos de RSE tienen muy clara la importancia de estas políticas”

Los actuales directivos de RSE tienen muy clara la importancia de estas políticas. Sin embargo, quienes iniciaron este trabajo en las empresas tuvieron que atravesar largos periodos en los que la Responsabilidad Social no se consideraba fundamental.

Otro tanto sucedió con Corresponsables al lanzarse en 2005…

Recuerdo especialmente la ilusión compartida por cambiar el panorama empresarial, trabajando juntos, cada uno desde su propia perspectiva y organización, en un cambio que hoy ya no se cuestiona.

“Tanto los actos como las publicaciones de Corresponsables han resultado imprescindibles para comprender la evolución de la RSE en España y América Latina”

En este sentido, la labor de Corresponsables ha sido clave, tanto entonces como en las etapas posteriores. Su papel ha sido fundamental. Tanto sus actos como sus publicaciones Corresponsables han resultado imprescindibles para comprender la evolución de la RSE en España y América Latina.

¿Qué lecciones has aprendido a lo largo de tu trayectoria en el ámbito de la RSE?

Que hay que seguir insistiendo en las premisas básicas de la RSE. Se ha avanzado mucho, pero todavía queda camino por recorrer para alcanzar políticas auténticas y plenamente integradas en las empresas.

“Destaco especialmente la incorporación efectiva de los Derechos Humanos en las políticas activas de Responsabilidad Social”

¿Cómo ha evolucionado tu propia trayectoria profesional en este campo durante estos 20 años?

Destaco el seguir creyendo firmemente que otro mundo mejor es posible y que la RSE es una herramienta fundamental para conseguirlo.

“Recuerdo especialmente la ilusión compartida por cambiar el panorama empresarial, trabajando juntos en un cambio que hoy ya no se cuestiona”

¿Qué hitos destacarías como los más importantes en la evolución de la RSE?

Destaco especialmente la incorporación efectiva de los Derechos Humanos en las políticas activas de Responsabilidad Social. Creo que debería recuperarse el espíritu original de la Responsabilidad Social reflejado en la norma ISO 26000, integrando los avances logrados en sostenibilidad y derechos humanos durante estos años.

“Creo que debería recuperarse el espíritu original de la Responsabilidad Social reflejado en la norma ISO 26000”

¿Cuáles han sido tus principales referentes en este camino?

Entre los pioneros y referentes destaco especialmente a Marta de la Cuesta y Orencio Vázquez desde el ámbito de las ONG, así como a Alberto Andreu y Juan José Almagro desde el ámbito empresarial.

¿Puedes compartir algún caso de éxito que consideres emblemático en el campo de la RSE?

La constitución del Observatorio RSC fue un hito emblemático, ya que logró unir a las ONG que trabajábamos en el tema, impulsando una sensibilización creciente desde entonces.

¿Qué consejo le darías a las nuevas generaciones de profesionales interesados en la RSE?

La RSE tiene mucho futuro. Es difícil imaginar empresas que puedan ignorar completamente estas políticas (aunque algunas aún lo hagan). Por ello, representa un nicho importante de empleo y un área en la que es necesario profundizar para alcanzar los objetivos planteados en la ISO 26000, integrando las últimas novedades regulatorias en sostenibilidad y derechos humanos.

“La RSE representa un nicho importante de empleo y un área en la que es necesario profundizar para alcanzar los objetivos planteados en la ISO 26000”

¿Cuál consideras que ha sido tu mayor contribución al campo de la RSE?

Mi mayor aportación ha sido situar los intereses de los consumidores en la agenda de la Responsabilidad Social. Considero que la RSE tiene un futuro prometedor y es imprescindible para que la sociedad avance hacia mayores niveles de igualdad, responsabilidad y sostenibilidad.

“Mi mayor aportación ha sido situar los intereses de los consumidores en la agenda de la Responsabilidad Social”

¿Cómo te gustaría que se te recordara en el ámbito de la RSE?

Me gustaría ser recordado simplemente como una persona que creyó, cree y seguirá creyendo firmemente que con buenas políticas de Responsabilidad Social se puede mejorar el mundo.

Accede a más información responsable en nuestra biblioteca digital de publicaciones Corresponsables.

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Gustavo Pérez Berlanga: “La Sostenibilidad no es una tendencia ni una herramienta técnica, es una convicción ética” https://www.corresponsables.com/20aniversariocorresponsables/gustavo-perez-berlanga-sostenibilidad-conviccion-etica/ Tue, 15 Apr 2025 07:33:59 +0000 https://www.corresponsables.com/?p=355684

Entrevistamos a Gustavo Pérez Berlanga, Presidente de AliaRSE y Director de Responsabilidad Social y Sostenibilidad de Grupo Restaurantero Gigante (México), una de las figuras más influyentes de la sostenibilidad empresarial en México y América Latina

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En el marco del 20º aniversario de Corresponsables, entrevistamos a Gustavo Pérez Berlanga, Presidente de AliaRSE y Director de Responsabilidad Social y Sostenibilidad de Grupo Restaurantero Gigante (México), una de las figuras más influyentes de la sostenibilidad empresarial en México y América Latina. Doctor en Bioética, conferencista internacional, autor de diversas obras en torno a la Responsabilidad Social y profesor, Pérez ha sido un impulsor clave de la integración de la responsabilidad social dentro de las estrategias de negocio, demostrando que la sostenibilidad no solo es ética, sino también una palanca de cambio positivo para las empresas y las comunidades.

En sus propias palabras, el actual presidente de AliaRSE afirma: “La RSE no debe entenderse como una actividad complementaria, sino como un pilar estructural que define la cultura organizacional y orienta su operativa cotidiana”. En esta entrevista, nos comparte sus aprendizajes más relevantes, reflexionando sobre cómo ha logrado pasar de una visión transaccional a un enfoque ético, profundo y transformador, que le ha dado propósito a su carrera.

“Es fundamental comprender que la Sostenibilidad no es una tendencia ni una herramienta técnica: es una convicción ética».

Con su enfoque transformador, destaca que “es fundamental comprender que la Sostenibilidad no es una tendencia ni una herramienta técnica: es una convicción ética”. También resalta la importancia de las alianzas estratégicas, como la colaboración entre el sector privado y las organizaciones de la sociedad civil, para enfrentar retos globales como el cambio climático y la desigualdad social. Según él, “para generar un impacto real y transformador, es necesario un conocimiento profundo y un compromiso de largo plazo”.

“La RSE no debe entenderse como una actividad complementaria, sino como un pilar estructural que define la cultura organizacional y orienta su operativa cotidiana»

Gustavo Pérez enfatiza que su principal contribución ha sido situar la RSE como un componente esencial dentro de la estrategia empresarial: “las prácticas responsables no solo generan beneficios tangibles para las comunidades y el medio ambiente, sino que también fortalecen la competitividad y el valor a largo plazo de las empresas”. Sin duda, una lección de liderazgo y compromiso en la que la ética y la innovación juegan un papel fundamental en el proceso de transformación empresarial.

¿Cómo y cuándo fue Gustavo tu llegada a la Responsabilidad Social?

Mi trayectoria comenzó en el año 2000 en el ámbito filantrópico. Fue en 2003 cuando descubrí el concepto de Responsabilidad Social, que desde entonces ha marcado mi vida. Conocer historias de niños gravemente afectados por negligencia me hizo más empático y reforzó mi compromiso personal y profesional con la justicia social.

¿Cómo recuerdas el primer proyecto relacionado con la RSE que participaste?

Mi primera experiencia fue la integración de apicultores indígenas en la cadena de valor de la empresa restaurantera donde colaboro desde el año 2000. Un proyecto transformador que unió inclusión, comercio justo y sostenibilidad.

“He pasado de una visión transaccional y superficial a un enfoque ético, profundo y transformador, que me ha dado propósito».

¿Cómo era el panorama de la RSE cuando comenzaste en comparación con el actual?

Hace dos décadas, la RSE tenía escasa presencia en el mundo empresarial. Hoy, el terreno es más fértil, aunque persisten desafíos para consolidarla junto con la filantropía estratégica y la sostenibilidad como parte integral de la cultura corporativa.

«Hace dos décadas, la RSE tenía escasa presencia en el mundo empresarial».

¿Cuáles fueron los principales obstáculos que encontraste al empezar en este ámbito?

El mayor reto fue lograr que la alta dirección entendiera la importancia de integrar la RSE en la estrategia empresarial. Pasar de una visión utilitaria a una ética ha sido un proceso complejo, pero necesario.

“Las prácticas responsables no solo generan beneficios tangibles para las comunidades y el medio ambiente, sino que también fortalecen la competitividad y el valor a largo plazo de las empresas».

¿Cuándo conociste a Corresponsables? ¿Recuerdas alguna anécdota relacionada con nosotros a lo largo de todos estos años?

Conocí a Marcos González cuando buscaba introducir Corresponsables en México. Sin contactos previos, llegó con ilusión y convicción en 2010, quizá 2011. Hoy es un actor clave en el ecosistema de la Sostenibilidad en el país y me alegra haber contribuido a ese camino. Corresponsables se ha consolidado como un referente en la difusión y comunicación de la RSE en México y otros países de habla hispana.

«Corresponsables es un actor clave en el ecosistema de la Sostenibilidad en el país y me alegra haber contribuido a ese camino»

¿Qué lecciones has aprendido a lo largo de tu trayectoria en el ámbito de la RSE?

He aprendido que la RSE debe integrarse en la estrategia de negocio, ser auténtica, centrarse en el impacto, promover la innovación y la Sostenibilidad, fortalecer alianzas, sensibilizar a los actores involucrados y comprometerse a largo plazo.

¿Cómo ha evolucionado tu propia trayectoria profesional en este campo durante estos 20 años?

He pasado de una visión transaccional y superficial a un enfoque ético, profundo y transformador, que me ha dado propósito. Destaco dos momentos personales clave: conocer a niños con espina bífida y visitar comunidades en situación de pobreza extrema. Ambas experiencias marcaron profundamente mi perspectiva.

“La RSE debe integrarse en la estrategia de negocio, ser auténtica, centrarse en el impacto, promover la innovación y la sostenibilidad, fortalecer alianzas, sensibilizar a los actores involucrados y comprometerse a largo plazo».

¿Qué hitos destacarías como los más importantes en la evolución de la RSE y la sostenibilidad? ¿Qué factores han impulsado esos cambios?

En las últimas dos décadas, México ha experimentado avances significativos en el ámbito de la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) y la sostenibilidad. Entre los hitos más relevantes se encuentran la creación del Distintivo ESR (Empresa Socialmente Responsable) en el año 2000 por el Centro Mexicano para la Filantropía (Cemefi), la adhesión progresiva de empresas a los 10 Principios del Pacto Mundial de las Naciones Unidas, el surgimiento de la Alianza por la Responsabilidad Social Empresarial (AliaRSE), la promulgación de la Ley General de Cambio Climático en 2012, y el crecimiento sostenido de los reportes de sostenibilidad con enfoque en criterios Ambientales, Sociales y de Gobernanza (ASG).

«El mayor reto fue lograr que la alta dirección entendiera la importancia de integrar la RSE en la estrategia empresarial».

En años recientes, se ha consolidado una evolución positiva en la adopción de prácticas empresariales responsables, impulsada tanto por una creciente conciencia social y ambiental como por la presión de consumidores, inversionistas y entes reguladores que demandan mayor transparencia y compromiso. Este contexto ha favorecido la adopción de estándares internacionales en sostenibilidad y ha fortalecido la colaboración entre el sector privado y las organizaciones de la sociedad civil para abordar retos globales como el cambio climático, la equidad social y la defensa de los derechos humanos.

¿Cuáles han sido tus principales referentes o influencias en este camino?

Ángel Losada, por su liderazgo silencioso y ejemplar; Federico Bernaldo de Quirós, por su generosidad con el éxito; y Juan Carlos Alverde, por su sensibilidad humana en la integración de la sostenibilidad.

¿Puedes compartir algún caso de éxito que consideres emblemático en el campo de la RSE?

Un caso significativo fue detener la migración en Xochistlahuac, Guerrero, mediante la compra responsable de miel orgánica a apicultores amuzgos. Este modelo de comercio justo mejoró de forma sustancial su calidad de vida.

¿Qué consejo le darías a las nuevas generaciones de profesionales interesados en la RSE?

Mi principal recomendación es comprender en profundidad los temas relacionados con la Responsabilidad Social y la Sostenibilidad. Solo a través de un conocimiento sólido es posible identificar las causas estructurales de los problemas y diseñar soluciones efectivas, sostenibles y adaptadas a las realidades locales. Este entendimiento permite formular estrategias basadas en evidencia, alineadas con las mejores prácticas internacionales, y facilita la articulación de recursos, la colaboración con actores clave y la construcción de alianzas estratégicas. Así, las acciones emprendidas no solo responden a buenas intenciones, sino que logran un impacto real, duradero y transformador.

“Mi principal recomendación es comprender en profundidad los temas relacionados con la Responsabilidad Social y la Sostenibilidad».

¿Alguno más?

Es fundamental entender que la Sostenibilidad no es una tendencia ni una herramienta técnica: es una convicción ética. Tiene un fundamento deontológico, orientado al largo plazo, al servicio del bien común, con pleno respeto por los ecosistemas, la biodiversidad y la dignidad humana. En definitiva, es una manera de entender la vida y ejercer la responsabilidad individual y colectiva.

¿Cómo ves el futuro de la RSE y la Sostenibilidad? ¿Qué retos y oportunidades anticipas para las próximas dos décadas?

En México, las tendencias actuales en Responsabilidad Social y Sostenibilidad se orientan cada vez más hacia la economía circular, promoviendo modelos empresariales que reducen al mínimo la generación de residuos y optimizan el uso eficiente de los recursos. Asimismo, se observa un creciente énfasis en la transparencia y la medición del impacto, con un notable aumento en la adopción de reportes de sostenibilidad alineados con estándares internacionales y criterios ASG (ambientales, sociales y de gobernanza).

Este avance responde, en gran medida, a la creciente demanda de inversionistas, consumidores y otros grupos de interés que exigen prácticas empresariales más responsables, éticas y sostenibles. Otro eje destacado es la promoción activa de la inclusión y la diversidad en los entornos laborales, reconociéndolas como factores clave para la innovación y la cohesión social.

Finalmente, se fortalece la colaboración entre el sector privado y el sector social, mediante alianzas estratégicas orientadas a abordar de forma integral y eficaz desafíos complejos como el cambio climático, la desigualdad social o la gestión sostenible de los recursos naturales.

¿Cuál consideras que ha sido tu mayor contribución al campo de la RSE?

Considero que mi principal contribución al ámbito de la responsabilidad social ha sido liderar su integración como un componente esencial dentro de la estrategia empresarial, particularmente en el marco de mi labor en Grupo Restaurantero Gigante. Siempre he sostenido que la RSE no debe entenderse como una actividad complementaria, sino como un pilar estructural que define la cultura organizacional y orienta su operativa cotidiana.

“Mi principal contribución al ámbito de la responsabilidad social ha sido liderar su integración como un componente esencial dentro de la estrategia empresarial».

He promovido con firmeza valores como la autenticidad, la innovación y la sostenibilidad, convencido de que las prácticas responsables no solo generan beneficios tangibles para las comunidades y el medio ambiente, sino que también fortalecen la competitividad y el valor a largo plazo de las empresas. Mi propósito ha sido inspirar a organizaciones y personas a transitar hacia modelos de gestión más justos, conscientes y comprometidos con el bien común.

¿Harías algo diferente si tuvieras la oportunidad de comenzar de nuevo?

Sí. Me habría especializado en temas técnicos como emisiones y gestión hídrica, y habría invertido más en construir redes estratégicas que amplificaran el impacto de mi labor.

Premio RedUNIRSE, una de las 100 personas más influyentes de RSE de acuerdo a la publicación Real Leaders, pionero de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU en Nueva York… Has obtenido diversos reconocimientos… ¿cómo te gustaría que se te recordara en el ámbito de la RSE?

Como alguien que abrió camino en su entorno empresarial, con compromiso, visión y voluntad de transformación.

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Mercedes Aragonés: “La RSE es la base ética de las empresas y un motor de cambio positivo para la humanidad” https://www.corresponsables.com/20aniversariocorresponsables/mercedes-aragones-rse-cambio-positivo-humanidad/ Mon, 14 Apr 2025 09:03:06 +0000 https://www.corresponsables.com/?p=355443

Entrevistamos a Mercedes Aragonés Ruipérez, una de las grandes pioneras de la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) en México

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Mercedes Aragonés es una de las grandes pioneras de la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) en México. Hace más de 10 años el fundador y presidente de Corresponsables Marcos González tuvo la oportunidad de entrevistarla en México cuando era presidenta de AliaRSE, la asociación de asociaciones de RSE de México que celebra justo también este año sus primeros 25 años de vida bajo la presidencia de Gustavo Pérez Berlanga.

Ya en aquel momento Aragonés insistía en que la “la responsabilidad del empresario no se deba limitar, ni puede ya limitarse, solamente al ámbito empresarial en el que opera. El empresario debe ser muy consciente de su capacidad para realizar grandes cambios en la sociedad”.  La que fue también Presidenta del Consejo del CEMEFI nos recuerda en esta entrevista, realizada con motivo del 20º aniversario de Corresponsables cómo, desde sus primeros pasos en la industria, se dio cuenta del poder transformador de las empresas para mejorar la sociedad.

Con una trayectoria que comenzó en los años 90, Aragonés ha sido testigo de la evolución del concepto de RSE en un contexto donde las empresas apenas comenzaban a comprender su importancia. Ahora ya jubilada de su “trabajo formal en la empresa, pero no de mi vocación por la RSE”, sigue “con optimismo en esta lucha” con la mirada puesta en los próximos 20 años.

Defensora convencida y comprometida con la idea de que las empresas son un modelo de cambio positivo para la humanidad, Mercedes Aragonés ha sido y sigue siendo una fuente de inspiración para el sector empresarial y para las nuevas generaciones, demostrando como se pueden impulsar cambios de gran envergadura hacia una gestión más responsable y consciente.

Fuiste de las primeras en apostar por la RSE en México en los noventa… ¿Qué recuerdas de aquellos inicios?

Desde mi tiempo como directora de diversas áreas del Grupo Cifra (Aurrerá), y representando a la empresa en el Centro Mexicano para la Filantropía (CEMEFI) en 1995, observé que la RSE constituía la verdadera base ética de una empresa y desempeñaba un papel fundamental en su impacto positivo sobre la humanidad. Fue en ese momento cuando comprendí la trascendencia de este concepto.

«La RSE constituía la verdadera base ética de una empresa»

Uno de los momentos más impactantes en mis inicios fue la constatación de la merma de alimentos que aún eran aptos para el consumo, mientras existían personas pasando hambre. Esto ocurría principalmente en los supermercados debido a regulaciones que impedían la donación de alimentos.

Sin embargo, conocimos a Ricardo Bon, un empresario del occidente de México que comenzaba a fundar Bancos de Alimentos en Guadalajara. Su propuesta de donar alimentos aprovechables me pareció excelente y, a partir de ahí, se generaron los primeros Bancos de Alimentos, los cuales hoy benefician a más de medio millón de personas, siendo Walmart uno de los principales donantes en México.

«Me pareció excelente la propuesta de donar alimentos aprovechables»

¿Cuál fue el primer proyecto de RSE en el que participaste?

El primer proyecto consistió en una propuesta destinada a cada tienda o restaurante para colaborar con los problemas de la comunidad, tales como la remodelación de escuelas, el embellecimiento de jardines y parques, entre otros. Estas iniciativas se llevaron a cabo con la participación activa de los empleados y los clientes de las zonas correspondientes.

«El primer proyecto consistió en una propuesta destinada a cada tienda o restaurante para colaborar con los problemas de la comunidad»

¿Cómo ha evolucionado el concepto de RSE desde tus inicios hasta la actualidad?

En sus primeros tiempos, el término y el concepto de RSE eran prácticamente desconocidos. Hoy en día, es un término ampliamente reconocido y comprendido en el mundo empresarial, lo que representa un avance significativo en su aceptación y aplicación.

«Hoy en día, es un término ampliamente reconocido y comprendido en el mundo empresarial»

¿Cuáles fueron los principales obstáculos que enfrentaste al implementar las primeras prácticas de RSE?

Uno de los mayores desafíos fue la limitación de recursos, ya que al principio no disponía de un presupuesto asignado para llevar a cabo estos proyectos. A pesar de ello, se lograron implementar numerosas iniciativas. El apoyo incondicional de la alta dirección es esencial para la implementación efectiva de prácticas de RSE. Este apoyo debe ser claro y debe permear desde lo más alto de la organización hacia los niveles más bajos, permitiendo que los proyectos surjan también desde las bases.

«El apoyo incondicional de la alta dirección es esencial para la implementación efectiva de prácticas de RSE»

¿Cuándo conociste a Corresponsables?

Conocí a Corresponsables durante una de las Reuniones Anuales del Cemefi creo recordar en 2012. Me impresionó enormemente el trabajo de comunicación y divulgación sobre los temas de RSE, considerando a Corresponsables como un pionero y un referente en este campo.

«Corresponsables ha sido un verdadero pionero en el ámbito de la RSE»

Corresponsables ha sido un verdadero pionero en el ámbito de la RSE y un ejemplo a seguir por su capacidad de impulsar este concepto entre las empresas y la sociedad.

¿Cómo has percibido la evolución de tu carrera en el ámbito de la RSE durante los últimos 20 años?

En estos últimos 20 años, me he jubilado de mi trabajo formal en la empresa, pero no de mi vocación por la RSE. Mi trabajo voluntario ha sido enormemente satisfactorio, y he experimentado un crecimiento personal que considero la mayor recompensa. He notado un cambio significativo. Las ONG han adquirido una relevancia notable en el vocabulario español, tanto en términos de generosidad como de dedicación al bienestar social.

«Mi trabajo voluntario ha sido enormemente satisfactorio»

¿Cuáles consideras que han sido los hitos más importantes en la evolución de la RSE y la sostenibilidad en las últimas dos décadas?

Un hito crucial ha sido el cambio hacia un capitalismo más humanizado y responsable, en el que las empresas han comenzado a comprender el concepto de «ganar-ganar«. Las empresas ya no ven la sostenibilidad como una contradicción con la rentabilidad, sino como una parte integral de su modelo de negocio.

«Las empresas ya no ven la sostenibilidad como una contradicción con la rentabilidad»

¿Podrías compartir alguna experiencia que haya sido especialmente memorable para ti en el ámbito de la RSE?

Una de las experiencias más emotivas fue el programa «Héroes Anónimos» de Walmart, en el que los clientes proponían a personas de su comunidad que habían realizado actos extraordinarios. Cada unidad analizaba las propuestas y premiaba a la persona más destacada. Este programa nos permitió ver la calidad humana de nuestros clientes, y las premiaciones eran momentos muy emotivos para todos los presentes.

¿Cuál consideras que ha sido tu mayor contribución al campo de la RSE?

Mi mayor contribución ha sido mi constante esfuerzo por cambiar la filosofía empresarial, promoviendo la responsabilidad social como un motor de cambio positivo para la humanidad. A pesar de los obstáculos, sigo con optimismo en esta lucha.

«Sigo con optimismo en esta lucha»

¿Qué consejo le darías a las nuevas generaciones de profesionales interesados en la RSE?

La RSE no solo es una inversión moral, sino también una inversión económica que puede multiplicar los beneficios a largo plazo.

¿Cómo ves el futuro de la RSE y la sostenibilidad? ¿Qué retos y oportunidades prevés para los próximos 20 años?

Dado el desafío global que representa el calentamiento global, las empresas se verán cada vez más impulsadas a integrar la RSE en su modelo de negocio. Aunque los retos son grandes, las oportunidades de avanzar hacia un modelo más sostenible son igualmente significativas, siempre y cuando no permitamos que los efectos del cambio climático nos alcancen antes de encontrar una solución efectiva.

Si tuvieras la oportunidad de comenzar de nuevo, ¿qué harías de manera diferente?

Con el conocimiento que tengo hoy, me habría dedicado con mayor ímpetu y determinación a acelerar este cambio crucial en la forma de hacer negocios, con más recursos y un enfoque más urgente.

¿Cómo te gustaría ser recordada en el ámbito de la RSE?

Me gustaría ser recordada como una defensora convencida de que las empresas son un modelo de cambio positivo para la humanidad, siempre comprometida con la transformación ética y responsable del entorno empresarial.

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José Luis Fernández: “La ética empresarial y la Responsabilidad Social no son una opción, sino una necesidad para construir un futuro más justo y sostenible” https://www.corresponsables.com/20aniversariocorresponsables/jose-luis-fernandez-pioneros-rse-necesidad-futuro-justo-sostenible/ Thu, 10 Apr 2025 09:44:17 +0000 https://www.corresponsables.com/?p=354841

Entrevista realizada por Marcos González, Presidente Editor de Corresponsables, de su Fundación y de ObservaRSE

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No muchos saben y conocen la gran relevancia que tuvo la academia y especialmente algunos profesores en los inicios de la Responsabilidad Social y Sostenibilidad, como si recordaron tanto Ramón Jáuregui como Alberto Andreu en las sendas entrevistas anteriores publicadas por Corresponsales con motivo de su 20º Aniversario.

De ahí la importancia de conocer aquellos primeros pasos de la mano de uno de los grandes referentes académicos como es José Luis Fernández Fernández, que rememora en esta entrevista los primeros pasos de la RSE cuando aún parecía casi una utópica ciencia ficción.

Fue a finales de los años 80, cuando Fernández decidió dar un giro a su carrera, orientando su formación filosófica como Doctor hacia la gestión empresarial responsable en la Universidad Pontificia Comillas, donde además dirige la Cátedra Iberdrola de Ética Económica y Empresarial. Desde entonces, ha sido testigo y artífice de la evolución de la ética y la RSE en el ámbito corporativo, muy ligada en los inicios al concepto de ‘calidad total’, ayudando a transformar las empresas en proyectos humanos que generan valor a la sociedad.

«El verdadero desafío no es cumplir la ley, sino hacer lo correcto»

En un contexto empresarial marcado por la “cultura del pelotazo” y la corrupción, Fernández y otros pioneros que él mismo reconoce en la entrevista, como Antonio Argandoña o Josep Maria Lozano (también entrevistados por Corresponsables), fueron los encargados de dar cuerpo académico y visibilidad a una nueva forma de hacer negocios, señalando las deficiencias éticas y promoviendo un cambio necesario. Una de las gestas más significativas de su carrera fue la creación de EBEN España en 1993, de la cual fue presidente durante trece años, convirtiéndola en un referente para abordar la ética empresarial desde una perspectiva más amplia.

El Premio Corresponsables ‘Ramon Mullerat’ profundiza en el origen de algunas de las máximas de la Sostenibilidad: «la Responsabilidad Social no se trata de cuánto gastas, sino de cómo generas el dinero”; «lo más importante en la RSE es que las empresas actúen con una mirada a largo plazo, de forma sostenible”, en una entrevista en la que también homenajea la labor de Corresponsables, un medio que, en sus palabras, “ha sido un referente capaz de concienciar”.

«La ética debe ser la piedra angular de todas las decisiones empresariales»

Como no podía ser de otra manera, José Luís Fernández Fernández finaliza dando importantes consejos a los nuevos académicos y directivos que estudian y trabajan en estos temas, recordando que la RSE debe seguir siendo entendida como un proceso de mejora continua y que la clave radica en hacer las cosas bien, “con una mirada a largo plazo, de forma sostenible”.

A través de esta conversación, Corresponsables rinde homenaje a una de las figuras más destacadas en la historia de la ética empresarial y la RSE, a quien siempre ha guiado la convicción de que “hacer las cosas bien desde el punto de vista ético implica también hacerlas bien desde el punto de vista profesional y económico”.

¿Cómo llegaste José Luís al mundo de la ética empresarial y de la Responsabilidad Social?

Fue entre finales de los años 80 y principios de los 90, yo era bastante joven y en aquel momento desde ICADE me comentaron que necesitaban personas que se dedicaran al ámbito de la ética en la economía y la empresa. Respondí que estaba dispuesto, aunque aclaré que no tenía conocimientos específicos en administración de empresas. Entonces me indicaron que debía realizar un máster en Dirección de Empresas, lo cual efectivamente hice entre los años 1990 y 1992.

Hay que tener en cuenta que yo procedía de la facultad de Filosofía, era un joven doctor en Filosofía por la Universidad Complutense. Fue entonces cuando empecé a tomar contacto con lo que en aquella época se denominaba «business ethics», que provenía principalmente de Estados Unidos y se estaba comenzando a desarrollar en Europa.

En aquellos años, el desafío era actualizar el discurso ético aplicado a la empresa, trascendiendo las exigencias estrictamente lógicas para plantear las empresas como auténticos proyectos humanos capaces de contribuir significativamente a una sociedad mejor; no solo en términos de eficiencia o generación de recursos, sino también de valores.

«La academia debe seguir impulsando el pensamiento ético en los negocios»

En esa época coincidió también el auge del concepto denominado ‘calidad total’, hacia mediados y finales de los años 90. Si se trataba de calidad total, esta debía contemplar igualmente aspectos intangibles, entre ellos la ética. Allí confluyeron los planteamientos de los ingenieros de calidad total con el naciente concepto de Responsabilidad Social Corporativa («Corporate Social Responsibility»), término que entonces ya comenzaba a desplazar al de «business ethics». Esta nueva perspectiva cobró fuerza en España hacia finales de los 90, dando paso a una etapa más conocida y consolidada de la ética corporativa y Responsabilidad Social Empresarial. Sin embargo, la década de los 90 constituye en cierto modo la prehistoria de este movimiento.

Imagino que hablar de estos temas en aquella época parecía cuanto menos ciencia ficción en las escuelas de negocio y en las empresas…

Así es, hablar de estos temas entonces era muy poco frecuente. Sin embargo, tuve la fortuna de entrar en contacto con compañeros académicos que trabajaban en ética empresarial en España, donde éramos aún muy pocos. Entre ellos estaban los grupos de ESADE y del IESE, y nosotros mismos desde ICADE, junto a figuras destacadas como Antonio Argandoña, Josep María Lozano y Domènec Melé.

Fue precisamente en una reunión en Londres donde Antonio Argandoña nos propuso a Josep María Lozano y a mí crear la rama española de la red europea EBEN (European Business Ethics Network). Nos pusimos a trabajar en ello y efectivamente, en 1993, se fundó EBEN España, organización que cuenta ya con 31 años de historia. Tuve el honor de ser su primer presidente, cargo que ocupé durante trece años. Allí comenzamos a abordar la ética empresarial desde una perspectiva más amplia, superando la mera deontología individual del empresario y tratando la organización misma como un auténtico agente ético, moral y político.

«El compromiso con la sociedad empieza por un cambio en la mentalidad empresarial»

En esa época coincidió también el auge del concepto denominado ‘calidad total’, hacia mediados y finales de los años 90. Si se trataba de calidad total, esta debía contemplar igualmente aspectos intangibles, entre ellos la ética. Allí confluyeron los planteamientos de los ingenieros de calidad total con el naciente concepto de Responsabilidad Social Corporativa («Corporate Social Responsibility»), término que entonces ya comenzaba a desplazar al de «business ethics».

Esta nueva perspectiva cobró fuerza en España hacia finales de los 90, dando paso a una etapa más conocida y consolidada de la ética corporativa y Responsabilidad Social Empresarial. Sin embargo, la década de los 90 constituye en cierto modo la prehistoria de este movimiento.

«En los años 90, hablar de ética empresarial era un desafío, pero necesario»

¿Qué más recuerdas de aquella importante década de los 90? ¿Cuáles fueron los principales temas que se discutían? ¿Cómo percibías en aquella época a las empresas?

Recuerdo perfectamente la crisis de 1993, justo cuando empezamos nuestro trabajo en esta área. El contexto estaba marcado, en primer lugar, por una profunda crisis económica en España; en segundo lugar, dominaba una cultura empresarial que en aquella época denominábamos coloquialmente la «cultura del pelotazo», caracterizada por el afán de enriquecimiento rápido y a toda costa, heredada en parte de la tradición norteamericana de los años 80, la época de los «yuppies».

«La Responsabilidad Social no es una moda, es un cambio profundo en la gestión»

Además, existía en España una preocupante corrupción empresarial, simbolizada por casos emblemáticos como el escándalo de Banesto, con la intervención del Banco de España. Frente a esta realidad, la ética actuaba como un clarín que, aunque quizá no despertaba plenamente las conciencias, sí alertaba claramente sobre lo que no podía ni debía hacerse. Aún no utilizábamos términos como «sostenible», que se popularizaron posteriormente, pero sí señalábamos las deficiencias éticas y la necesidad urgente de un cambio.

Y, coincidiendo con el cambio de siglo, se comenzó a hablar como bien has apuntado del concepto ‘Responsabilidad Social Corporativa’, de la RSC o RSE…

Así es, lo recuerdo como una época ilusionante, estimulante y, personalmente, muy grata. Se produjo una especie de aterrizaje, en el que claramente se percibía que algo comenzaba a moverse en el ámbito empresarial. El mensaje sobre ética y Responsabilidad Social empezaba a llegar a los gestores, directores y altos ejecutivos, impulsado desde distintos ámbitos. Ya no se trataba solo del discurso de algún académico aislado, sino que se observaba un movimiento más amplio, en el que participaban activamente algunos políticos y periodistas. Recuerdo incluso cuando tú mismo Marcos apareciste por la Comillas a contarme qué ibas a lanzar Corresponsables; ya entonces había gente implicada que trabajaba en ello.

«Las empresas que piensan a largo plazo construyen un futuro más sólido»

En aquellos años, yo mantenía una estrecha amistad con un señor que además actuaba como asesor en el consejo de la Cátedra de Ética Económica y Empresarial, que comenzamos en ICADE en el año 2003. También recuerdo con claridad un viaje que realicé a Boston para asistir a un curso sobre ética en las organizaciones. Allí comprendí con entusiasmo que el ámbito de aplicación de la ética ya no se limitaba únicamente a las empresas, sino que abarcaba a las organizaciones en general, y me ilusionaba especialmente comprobar que allí existían personas específicamente responsables del área ética.

¿Qué recuerdas de esas personas, de esos primeros empresarios y directivos que apostaron por la Responsabilidad Social?

Un momento realmente clave, un auténtico punto de inflexión para la RSE fue la aparición en 2001 del Libro Verde sobre la Responsabilidad Social de las Empresas, que venía de Europa y sobre el que se nos ofreció la posibilidad de trabajar, aportando comentarios, reflexiones y análisis críticos. Este proceso fue sumamente ilustrativo y enriquecedor para todos nosotros. De hecho, fue precisamente entonces cuando conocí a Alberto Urtiaga, quien fundó Forética.

Recuerdo especialmente una reunión de EBEN España que organicé. En aquella ocasión logramos reunir a figuras muy importantes, como Amparo Moraleda, entonces presidenta de IBM, y el secretario general de Comisiones Obreras, con quien tengo una fotografía; tampoco recuerdo exactamente su nombre, pero podría ser José María Fidalgo, un político muy conocido en aquella época, brillante y decidido, que destacaba notablemente en esos años, a principios de los 2000.

«El cambio comienza con la ética, que transforma a las empresas en agentes de cambio»

En aquella reunión participó también Rafael Termes, quien en un momento dado me preguntó si esto realmente tenía que ver con la ética. Yo respondí: «Sí, Rafa, claro que sí. La Responsabilidad Social es una puerta de entrada, una conexión, y permite integrar el interés ético, el buen hacer de la empresa y el comportamiento ético de las personas bajo el paraguas de la responsabilidad social corporativa«. Algunos entonces no lograban verlo claramente, pero muchos otros sí lo percibíamos y concluimos que era necesario continuar definiendo estos conceptos y avanzando en esa línea.

También me viene especialmente a la memoria cuando firmamos el Pacto Mundial en 2004; fuimos recibidos por Su Alteza Real el Príncipe de Asturias (hoy Su Majestad el Rey), en compañía de colegas del Banco Santander, entre ellos Borja Baselga. Ya había por entonces bastantes personas involucradas activamente en estos temas, generándose interlocuciones frecuentes en las empresas sobre Responsabilidad Social.

Todos éramos conscientes de que uno de los principales vínculos que justificaban la responsabilidad social corporativa, aunque no el único, era precisamente el ético. No se trataba solo de cumplir con las leyes y normativas vigentes, sino también de hacer las cosas correctamente. Este criterio lo compartíamos en aquel entonces de forma generalizada con directivos de Telefónica, Mapfre, entre otros, constituyendo prácticamente un axioma: hacer las cosas bien desde el punto de vista ético implicaba también hacerlas bien desde el punto de vista profesional y económico. Todos entendíamos que esto era positivo tanto para la sociedad como para las empresas mismas.

Finalmente, recuerdo con especial satisfacción la época en la que otorgamos el doctorado Honoris Causa a R. Edward Freeman, autor de la teoría de los stakeholders. En aquellos tiempos no era frecuente conocer el concepto de «stakeholder«. Nosotros le concedimos dicho reconocimiento en 2008 y tuve el honor de ser su padrino en la ceremonia. Consideramos que Freeman había desarrollado una visión estratégica y ética de la gestión empresarial, un enfoque orientado hacia un horizonte amplio y de largo plazo, sumamente adecuado para entender la esencia de la responsabilidad social, incluso en contextos difíciles como los de crisis económicas profundas.

Y justo por esas fechas, llegó la grave crisis económica en España y buena parte del mundo, lo que generó importantes dificultades y complicó considerablemente el panorama.

¿Cómo impactó la crisis en la RSE?

Como decíamos, todo marchaba muy positivamente hasta que llegó la crisis financiera global. Se trató nuevamente de una crisis generalizada, cuyo origen radicaba en una mala praxis profesional; no solo se evidenció una ausencia grave de ética, sino también una falta profunda de profesionalidad. Especialmente en el ámbito financiero, los banqueros abandonaron repentinamente la prudencia y el rigor que históricamente habían caracterizado su actividad. La prudencia, que debía ser su virtud esencial, brilló entonces por su ausencia, lo que generó una situación insostenible.

Recuerdo aquella época con tristeza, pues después de un período de cierta euforia inicial que finalmente se desinfló dejando graves consecuencias sociales. En aquel momento, España ya empezaba a consolidar una tradición seria en Responsabilidad Social.

«La crisis económica nos enseñó que la confianza es el mayor activo de las empresas»

En ese contexto de crisis vivimos cierta inquietud e incertidumbre, preguntándonos qué pasaría ante la creciente inflación y, sobre todo, frente a la profunda crisis de confianza generada. Porque lo que realmente se cuestionó fue precisamente la confianza, uno de los valores fundamentales de la sociedad. Cuando la confianza desaparece, la situación se torna insostenible socialmente. Sin confianza mutua no existe futuro posible.

Una pregunta frecuente en aquel momento era: «¿Habrá tocado fondo el interés por estos temas?«. Porque cuando había épocas de prosperidad, parecía que todos tenían interés en gastar en actividades sociales. Sin embargo, desde el ámbito académico siempre insistimos en que el verdadero tema no era cómo gastar el dinero ganado, sino cómo se ganaba ese dinero. El núcleo de la responsabilidad social no estaba en la acción social puntual, sino en definir qué modelo de empresa y de negocio deseábamos, qué concepto teníamos de la empresa y cuál debía ser su rol en la sociedad. En ese terreno había mucha labor pedagógica que realizar, pues algunos sostenían que en tiempos de crisis no había espacio para la responsabilidad social. Nosotros respondíamos que no se trataba de donar o gastar, sino simplemente de hacer las cosas correctamente, con una mirada a largo plazo, es decir, de forma sostenible.

Creo que eso lo entendisteis muy bien en Corresponsables, que también sufristeis la crisis en vuestras propias carnes, pero lejos de achicaros y lamentaros, fuisteis a América Latina, lo que tiene mucho mérito.  Corresponsables ha sido un referente capaz de concienciar y de hacerlo de manera abundante y expansiva: haber saltado a Iberoamérica de una manera tan exitosa constituye un verdadero hito que merece ser destacado. Gracias a vuestra iniciativa, habéis generado una referencia sólida en comunicación responsable que ha tenido un impacto enorme. Celebro que sigáis manteniendo ese camino, siempre innovando y evolucionando.

«Gracias a Corresponsables, el tema de la RSE ha logrado mayor visibilidad en los medios, logrando que más empresas se involucren activamente en su implementación»

No me hagas sonrojar…

Es la verdad, para mí es motivo de alegría y orgullo observar cómo disteis el salto hacia América Latina, contribuyendo no tanto a crear, porque allí ya existía un terreno fértil, sino más bien a catalizar ese desarrollo, ayudando a que la gente tomara conciencia de lo que se estaba haciendo en España. En mis visitas a países latinoamericanos como México, Ecuador o Argentina compruebo cómo os conocen perfectamente.

Me acuerdo perfectamente de ti Marcos. La primera vez que oí hablar de ti fue en enero, a principios de la década de los 2000. Fue Josep María Lozano quien me habló de ti, ya que manteníamos una relación muy cercana por motivos obvios: ESADE e ICADE-Comillas pertenecen ambas a instituciones jesuitas, lo que nos llevaba a reunirnos frecuentemente. De hecho, cada enero teníamos una reunión de dos o tres días para conversar sobre estos temas. Fue en una de esas ocasiones cuando Josep María me comentó que había estado hablando contigo y me describió que eras un joven periodista muy inquieto, dinámico y con muchas iniciativas. Recuerdo haber pensado entonces lo positivo que era que empezaran a surgir medios de comunicación especializados en estas cuestiones.

Poco después viniste a verme a ICADE, donde estuvimos charlando. Me comentaste entonces que, además de a Lozano, estabas en contacto con personas como Almagro de Mapfre y otras empresas. Recuerdo claramente haber pensado en ese momento que eras alguien con mucho potencial. De hecho, siempre te he colocado mentalmente en el mismo grupo generacional que Germán Granda. No sé si sois exactamente de la misma edad, pero para mí representáis una generación común, más joven que la mía. Yo mismo ya era más joven que Argandoña y otros compañeros, formando parte de un grupo intermedio, mientras vosotros veníais inmediatamente detrás con una intuición muy poderosa y prometedora.

En lo que se refiere a Corresponsables, antes de que naciera la publicación ya tuve ocasión de prestarte apoyo, me daba cuenta ya entonces que era un sugerente proyecto. Siempre recuerdo con especial satisfacción cuando me invitaste a formar parte del jurado de los Premios Corresponsables. Primero fui miembro del jurado, posteriormente presidente durante varios años, y luego nuevamente miembro. En particular, las ceremonias de entrega de los Premios Corresponsables me han parecido siempre muy destacadas.

«Corresponsables ha sido un referente en la concienciación sobre responsabilidad social, extendiendo su influencia no solo en España, sino también en Iberoamérica»

Por supuesto, vivimos un momento de distorsión importante debido a la pandemia del COVID-19, tras la cual todos experimentamos cierta incertidumbre sobre cómo avanzar. Durante un par de años todo fue distinto y hubo necesidad de reinventarse.

Pero Corresponsables continúa siendo, en mi percepción, uno de esos socios clave que siguen avanzando con mucha fuerza y energía, especialmente en América Latina.. Cuando hablo de vosotros allí, menciono: «Claro que conozco a estos chicos. A Marcos lo conozco bien; además, ha escrito una novela llamada ‘Hijo de Malinche’«. Con esos detalles, demuestro que efectivamente mi relación contigo no es superficial, sino auténtica. Me resulta evidente que gozáis allí de un gran reconocimiento como referentes en vuestro ámbito, un logro que sin duda es mérito tuyo y de tu equipo. Por supuesto, el liderazgo tiene mucho peso en este tipo de éxitos, algo que debe reconocerse claramente cuando sea oportuno.

No sigas que me vas a emocionar José Luís… Tú me has dado mucho más, recuerdo perfecto cuando me asesoraste con mi tesis doctoral y muchas otras anécdotas que siempre recordaré con mucho cariño… Volviendo a la RSE, afortunadamente la crisis remitió…

Así es y posteriormente se produjeron avances importantes. Comenzaron a consolidarse iniciativas internacionales, como los Objetivos del Milenio, que contribuyeron en cierta medida a mejorar la situación. Recuerdo que organizamos un debate en torno al cierre de aquel ciclo de quince años, en el que participaron personalidades relevantes como Jordi Sevilla, exministro español, y Steve Howard, presidente de la Global Compact Table. Estos esfuerzos permitieron avanzar, aunque siempre fuimos conscientes de la necesidad de seguir trabajando y desarrollando estos temas. Luego llegaron los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y posteriormente el Acuerdo Climático de París, etapas que hemos ido viviendo y que reflejan un progreso claro, aunque moderado.

¿Cómo describiría brevemente la evolución académica del estudio e investigación en ética y responsabilidad social en estos años?

En mi opinión, tal como lo he percibido y vivido, podríamos identificar distintos momentos en esta evolución. En primer lugar, hubo una etapa inicial orientada principalmente a transmitir un mensaje ilusionante y motivador. Posteriormente, llegó un período enfocado en perfilar y aclarar numerosos aspectos conceptuales. Recuerdo especialmente la confusión terminológica que existía entonces, aquella especie de «sopa de letras» en torno a la RSE, la RSC, y todas esas variantes que antes has mencionado. De hecho, publicamos incluso un libro que abordaba precisamente cuestiones semánticas relacionadas con la Responsabilidad Social Empresarial. Realizamos entonces una tarea importante de concienciación y clarificación conceptual. Durante todo ese tiempo continuamos apoyando iniciativas que considerábamos valiosas y de interés.

Más adelante, llegó el momento en el que se generalizó la investigación y docencia de estas materias en prácticamente todas las universidades españolas. Recuerdo que, con mi amiga Anna Bajo, quien actualmente dirige Santander Universidades y que entonces era mi doctoranda, llevamos a cabo un estudio sobre qué se estaba enseñando en España, en qué universidades y cómo se estaba impartiendo esta enseñanza. Personalmente he dirigido más de veinticinco tesis doctorales sobre estos temas a lo largo de los últimos treinta años, lo que me produce una gran satisfacción, especialmente al constatar que todas ellas han aportado al desarrollo de esta área.

¿Qué destacaría del estudio actual sobre estos temas?

Nuestro estudio reveló claramente cómo se estaba consolidando una verdadera cultura académica alrededor de estos temas. Sin embargo, como ocurre a menudo, este proceso también tuvo sus inconvenientes y ahora, no es que el trabajo académico se haya desvirtuado por completo, pero el contexto universitario actual, dominado por la presión constante del famoso principio académico de «publicar o perecer» («publish or perish»), ha condicionado significativamente la producción intelectual.

Las acreditaciones académicas exigen a los profesores e investigadores publicar continuamente, lo cual, aunque positivo en muchos aspectos, también tiene su lado negativo. La principal contrapartida es que muchos investigadores escriben básicamente siguiendo dictados externos, publicando artículos absolutamente autorreferenciales que carecen de verdadera originalidad y aportan poco valor desde la perspectiva de la teoría de la gestión empresarial. En ocasiones, estos trabajos académicos incluyen complejos análisis cuantitativos, modelos de ecuaciones estructurales y otros recursos sofisticados, que aunque pueden garantizar su publicación en revistas científicas de impacto, no contribuyen realmente a avanzar en la comprensión profunda ni práctica de la gestión responsable de las empresas.

En definitiva, los académicos hemos terminado por adaptarnos a esa presión constante, a esa música que nos imponen desde fuera y que aún sigue sonando. Sin embargo, también observamos cómo comienzan a emerger nuevas inquietudes vinculadas a la responsabilidad social y a la ética profesional, especialmente en el marco de la Revolución 4.0. Asimismo, adquieren cada vez mayor relevancia los criterios ESG (medioambientales, sociales y de gobernanza), muy ligados al buen gobierno corporativo, que nos reconectan directamente con la responsabilidad a largo plazo y la ética empresarial.

Desde mi punto de vista, se están produciendo ciertos cambios y ajustes: algunos temas cobran más protagonismo, mientras que otros permanecen algo más ocultos o menos visibles. No obstante, considero que todavía queda por delante un largo camino de reflexión. Sería deseable que las futuras generaciones académicas no se centren exclusivamente en publicar artículos para revistas científicas destinadas únicamente al consumo interno, sino que desarrollen investigaciones útiles, pensadas para divulgar ideas sobre la buena gestión empresarial. Nuestro papel debería ser también ayudar a empresarios y directivos a identificar las claves necesarias para una gestión eficiente, responsable y alineada con un propósito claro y bien definido. En definitiva, creo firmemente que si contamos con personas que mantengan la capacidad crítica y reflexiva, tendremos asegurado un futuro prometedor; en caso contrario, el panorama será ciertamente preocupante.

Finalmente, aunque ya has ido mencionando algunos, ¿qué otros cambios significativos has observado en la Responsabilidad Social desde que comenzaste hasta la actualidad?

En sus comienzos, la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) no formaba parte de la agenda corporativa; hoy, sin embargo, se ha convertido en un elemento habitual del paisaje gerencial.

Ahora bien, eso no significa que se haya alcanzado plenamente el objetivo: todavía queda mucho camino por recorrer. En este ámbito, cualquier actitud triunfalista estaría totalmente fuera de lugar.

La RSE debe entenderse como un proceso continuo de mejora, orientado a construir una sociedad más humana y justa, a través del compromiso auténtico de la empresa con su papel en la sociedad.

Con el tiempo, los enfoques han ido evolucionando, aunque en ocasiones tengo la sensación de que la opinión pública se queda en aspectos superficiales, dominados por la moda, sin profundizar en la verdadera esencia del tema. Por eso, considero fundamental seguir reflexionando y profundizando en esta materia.

Alguna otra lección aprendida a lo largo de tu dilatada carrera…

He aprendido que es esencial seguir apostando por una empresa que busque ser cada día más y mejor empresa. Una empresa que no pierda su identidad: que no se convierta en una extensión de una agenda gubernamental, ni que se confunda con el rol de una ONG. La clave está en que la empresa actúe desde su propia naturaleza, con excelencia y responsabilidad.

Accede a más información responsable en nuestra biblioteca digital de publicaciones Corresponsables.

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Alberto Andreu: “La racionalidad económica y científica es crucial para avanzar en la sostenibilidad” https://www.corresponsables.com/20aniversariocorresponsables/alberto-andreu-racionalidad-economica-cientifica-avance-sostenibilidad/ Wed, 09 Apr 2025 07:10:39 +0000 https://www.corresponsables.com/?p=354179

Entrevista realidada por Marcos González, Presidente Editor de Corresponsables, de su Fundación y de ObservaRSE

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En una edición especial con motivo del 20 Aniversario del XX Anuario Corresponsables, su fundador Marcos González entrevista a Alberto Andreu, uno de los grandes pioneros de la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) en España, quien rememora con sinceridad y transparencia los complicados años iniciales de su carrera en este ámbito, cuando la sostenibilidad no era más que un concepto lejano y a menudo incomprendido dentro de las empresas.

A través de su trabajo en Telefónica, Andreu fue uno de los primeros en luchar por integrar la ética empresarial y la responsabilidad más allá del cumplimiento de la ley, enfrentándose a grandes resistencias internas. El verdadero desafío radicaba en «cómo se generan los ingresos, cómo se gestionan los contratos y cómo se distribuyen los beneficios», cuestiones que entonces eran vistas como tabú dentro de muchas empresas.

Doctor en Economía y Empresa por la Universidad Pontificia Comillas y MBA en IE Business School, Andreu ha ocupado durante casi 30 años ha posiciones ejecutivas y de alta dirección en compañías como Telefónica, Banco Santander, Banesto y CEPSA. Con un enfoque crítico y propositivo, también analiza la evolución del concepto de sostenibilidad en el ámbito global, destacando las regulaciones internacionales que han transformado el panorama empresarial.

Durante la entrevista, el también fundador y ex presidente de DIRSE y miembro del stakeholder Council de Global Reporting Iniciative (GRI), comparte sus pensamientos sobre la polarización en torno al concepto, destacando los riesgos y las oportunidades que la coyuntura actual genera. Reflexiona sobre la importancia de recuperar la racionalidad económica y científica en el discurso sobre la sostenibilidad y anima a las nuevas generaciones de dirses a que aprendan contabilidad para entender los principios fundamentales de la creación de valor y la gestión de riesgos, que serán claves en su opinión en el futuro de la sostenibilidad empresarial.

¿Cuándo llegaste a la RSE?

Empecé en 1999, pero me dediqué de forma más intensa en Telefónica, en 2000.

¿Qué recuerdas de esos primeros años?

En aquel entonces, la base sobre la que trabajamos era la ética y la integridad de los negocios. Siempre se ha dicho que, de alguna forma, las empresas debían ir más allá de lo que exige la ley. Este es el primer punto importante: ¿cómo le pides a una compañía que actúe por encima de lo que marca la legislación? Esta idea chocaba, en primer lugar, con los departamentos jurídicos, que siempre defendían que lo único que debíamos hacer era cumplir la ley. Si se exigía algo más allá, entonces había que evaluarlo con cautela.

“El concepto de RSE ha evolucionado de la filantropía a la integración en el modelo de negocio”

Tú fuiste uno de los primeros directivos en lograr crear un departamento de RSE. No tuvo que ser fácil…

Uno de los grandes debates que tuve durante muchos años, aún más al principio, fue cómo conseguir mantener un espacio organizativo dentro de la empresa e incluso cómo evitar que te saquen de ese espacio. Empecé a plantear que la Responsabilidad Social no se trata solo de cuánto donas, sino de cómo ganas, cómo pones límites, cómo pagas impuestos… Este fue un debate difícil de introducir en las organizaciones porque significaba replantearse hasta qué punto ponías límites en las decisiones.

“La RSE no es solo sobre cuánto donas, sino sobre cómo generas los ingresos”

Nos encontramos con una gran oposición, principalmente de aquellos cuya función de RSC estaba dentro de las fundaciones, porque esto significaba que, si estás en una fundación, eres el encargado de distribuir el dinero; mientras que, si estás dentro de la empresa, eres el responsable de evitar que se malgaste.

Éste fue un debate enorme y, aunque hoy en día ya está más o menos resuelto, en su momento no era evidente. Cuando hablamos de lo social, no estamos hablando solo de donaciones, sino de cómo generas los ingresos, cómo gestionas tus contratos, cómo pagas salarios, cómo pagas impuestos y muchas otras cosas. Fue muy difícil convencer a las empresas y a los medios de esto.

Aún así lograsteis publicar la primera memoria en 2002 si mal no recuerdo…

Así es, el primer informe de Responsabilidad Corporativa de Telefónica fue en 2002. A partir de ahí, hicimos las memorias de la compañía en todos los países de América Latina desde 2004 y verificados por nuestro auditor de cuentas.

“La primera gran batalla fue convencer a las empresas de que ir más allá de la ley era necesario”

En esa primera memoria presentamos la idea de cómo ganábamos el dinero, cómo de ese dinero, una parte se destinaba a salarios, otra a impuestos, etc. Cuando propuse reportar el pago de impuestos, la respuesta fue unánime: ‘Está loco’.

La primera reacción de la compañía fue: ‘¿Cómo vamos a informar sobre nuestros impuestos?’. A día de hoy, esa discusión ya está ganada, el G20 y las regulaciones internacionales ya exigen reportar los impuestos por país, pero nosotros empezamos a hacerlo mucho antes.

“Convencer a las empresas de reportar los impuestos fue un desafío, hoy es una obligación global”

Además hubo ya en aquella época un debate muy grande con el propio concepto. Si era mejor hablar de RSE o de RSC, RC, Sostenibilidad…

Así es Marcos, algunas de las principales barreras o cortapisas que hemos enfrentado han sido muchas veces el mismo concepto. Históricamente, cuando se hablaba de Responsabilidad Social, se asociaba principalmente a la filantropía y a las causas sociales, de hecho, muchas de estas funciones estaban directamente relacionadas con las fundaciones.

Mi tesis era que la Responsabilidad Social no se trata de cuánto dinero donas, sino de, vuelvo a insistir, cómo generas los ingresos. Qué tipo de contratos tienes, cómo pagas, cómo retribuyes, etc. Pero el titular en los medios económicos fue: ‘La compañía dona X millones de euros’. Y ahí fue cuando me di cuenta de que no habíamos logrado explicar bien el concepto. Los medios querían saber cuánto habíamos donado, pero no entendían que el debate real era sobre cómo ganamos el dinero, cómo lo gestionamos.

Hoy en día, el concepto de Sostenibilidad tiene un enfoque muy marcado hacia el medio ambiente, el cambio climático y otros temas relacionados. Sin embargo, con el tiempo he llegado a la conclusión de que debemos definir los conceptos según sus contenidos.

“La sostenibilidad no debe ser vista como una tendencia, sino como un valor fundamental”

Al final, como dice el refrán, si algo parece un pato, grazna como un pato y anda como un pato, ¡pues será un pato! No importa el nombre, lo que importa es lo que realmente está haciendo. Y este tipo de debates nos ha llevado muchas veces a frenar, pero con el objetivo claro de no poner límites en la generación de ingresos.

Alguna otra anécdota interesante de compartir de aquellos difíciles inicios…

Recuerdo situaciones en las que solicitábamos presupuesto a un consejo de administración para hacer la verificación de un informe que no era obligatorio, lo que nos llevaba a la pregunta de por qué debía hacerse algo que no era requerido por la ley. Así, uno de los mayores desafíos de esa época fue convencer a las empresas de la necesidad de ir más allá de lo que la legislación exigía, entendiendo que eso formaba parte de un comportamiento responsable. No era una propuesta sencilla y fue una de las primeras grandes batallas que tuvimos que librar.

“La gran dificultad en los primeros años fue convencer de que la responsabilidad iba más allá de lo que exige la ley”

¿Cómo lograsteis entonces convencerles de la bondad de realizar el Informe de Sostenibilidad y aún más de verificarlo, con los gastos extras que todo ello implicaba?

Para anclar esta idea, el hilo conductor siempre fue la gestión del riesgo reputacional. Si no gestionabas adecuadamente este riesgo, es probable que acabarás involucrado en situaciones complicadas. Sin embargo, muchas veces el debate se reducía a un «el lobo no ha llegado aún», lo que significaba que hasta que no ocurriera un incidente, no se le daría la debida importancia.

“La ‘gestión del riesgo reputacional’ fue uno de los hilos conductores para introducir la RSE en las empresas”

Convencer a las empresas de que era necesario adelantarse, cuando no había un mandato regulatorio claro, fue una tarea muy compleja. Este desafío se veía reforzado por el hecho de que los consejos de administración, y en especial las secretarías jurídicas, estaban más enfocadas en los límites de la ley. Así que, uno de los grandes obstáculos era convencer a las compañías de que gestionar solo lo que marcaba la ley dejaba fuera aspectos esenciales para el futuro de la empresa.

¿Qué más destacarías de aquella fase inicial de la RSE?

Otro aspecto vinculado a este debate era la idea de anticiparse al cumplimiento regulatorio, lo cual no se veía de forma clara como una ventaja competitiva. Aunque muchos nos decían que ser los primeros en actuar, los ‘first movers’, nos brindaría una ventaja, no siempre estaba claro si realmente esto se traduciría en algo positivo a largo plazo. Por lo tanto, había que estar atentos a lo que ocurría con la competencia y los actores externos para entender cómo nos posicionábamos frente a ellos. Aunque a menudo nos decían: ‘Si hubiésemos actuado como ustedes, no habríamos tenido los problemas que enfrentaron otros’, la certeza de que la anticipación era una ventaja competitiva no siempre estaba presente.

Seguía por tanto muy presente la máxima del Nobel de Economía Milton Friedman de que la única responsabilidad social de las empresas era ganar dinero…

En efecto, otro desafío importante era el concepto de que el trabajo en esta área consistía en poner límites a la generación de ingresos. La pregunta era: ¿se puede ganar dinero, pero sin que todo valga? Definir una compañía como responsable implicaba establecer límites en la forma en que generabas beneficios, incluso si eso significaba no maximizar las ganancias a corto plazo. Este enfoque resultaba en un dilema, ya que convencer a los gestores, que tenían la responsabilidad de generar beneficios inmediatos, de que el dinero fácil no siempre era el mejor, era complicado.

Un ejemplo claro de esto fueron los números 800, que generaban enormes ingresos, pero que tarde o temprano nos dimos cuenta de que ese dinero no se podía ganar de esa manera. Ante la duda, actuamos antes de que la ley nos obligara a cambiar, lo que fue un paso importante en nuestra evolución.

¿Cómo viviste la ‘intromisión’ en la RSE de algunos políticos como Ramón Jáuregui o Carles Campuzano?

Fue muy interesante cuando surgió también el debate político. A medida que la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) se fue convirtiendo en un tema más prominente, especialmente dentro del ámbito parlamentario, la Sostenibilidad pasó a ser vista como una bandera de ciertos movimientos políticos, en especial de la izquierda. Recuerdo que, en algunas ocasiones, se planteaba que no queríamos que la compañía se asociara con estos movimientos por miedo a las implicaciones políticas.

Sin embargo, un episodio que ilustra claramente este cambio de perspectiva ocurrió en 2008, cuando presentamos la primera estrategia de cambio climático de la compañía. Un miembro del Consejo levantó la mano y cuestionó: ‘¿El cambio climático no es la bandera de los movimientos de izquierda?’ Tres meses después, modificamos el proyecto, cambiamos los gráficos y el título y lo rebautizamos como ‘Plan de Ahorro y Eficiencia Energética’. El mismo miembro del Consejo, al ver el nuevo enfoque, aprobó la iniciativa, destacando que ‘esto sí es lo que debemos hacer’.

“El ‘Plan de Ahorro y Eficiencia Energética’ de Telefónica surgió de un cambio de enfoque sobre el cambio climático”

Ese episodio me enseñó que el lenguaje es fundamental; y hoy, más que nunca, es crucial elegir las palabras adecuadas, ya que el uso de términos que se asocian estrechamente con el activismo puede ser más un obstáculo que un apoyo.

Por eso, prefiero hablar de creación de valor, de motores de crecimiento y de gestión de riesgos, en lugar de referirme a salvar el planeta o al cambio climático. En realidad, el cambio climático no es más que una consecuencia de las emisiones, por lo que lo que debemos enfocarnos es en ahorrar y ser más eficientes energéticamente. Hoy en día, creo que la racionalidad pasa, curiosamente, por ser menos activistas.

¿Cómo valoras entonces la evolución de la Sostenibilidad hacia un marco cada vez más regulado en la actualidad?

Por un lado, el debate conceptual. Ya no se habla casi nunca de RSC o RSE; se habla de Sostenibilidad porque los estándares internaciones y la regulación hard y soft lo han consagrado ya así.

“El futuro de la RSE depende de la gestión del dato y la auditoría de la sostenibilidad”

No hace mucho estuve en jornada con algunos de los académicos pioneros en estos temas: José Luis Fernandez, Josep María LozanoY un profesor del IESE Domènec Melé me dijo algo que se me quedó grabado: ‘Ya lo decíamos hace muchos años, que, si no nos portábamos bien, nos iban a regular’. Y ahora, después de todo lo que ha pasado, la conclusión es que nos hemos portado mal y nos han regulado.

Pero muchos directivos y empresarios fuisteis al inicio del siglo XXI muy contrarios a la regulación…

No era el momento. En 2014, había solo 20 iniciativas etiquetadas como ESG (ambientales, sociales y de gobernanza) en el entorno de la Unión Europea. En 2024, esa cifra ha aumentado a 639, mientras que, en Estados Unidos, en 2014 había 15 y ahora hay 657. Es impresionante, pero detrás de todo esto hay una lógica: no puedes cambiar un modelo económico sin regulación. Claro, la regulación puede ser mejor o peor, más eficiente o menos eficiente, pero lo cierto es que nunca me opuse a la regulación del reporte. De hecho, participé en muchos debates e incluso lo impulsé, hasta que no llegó la Directiva de 2014.

Desde el año 2000 hasta 2014, no hubo un paquete regulatorio significativo. La regulación comenzó a tomar forma con el Plan de Finanzas Sostenibles de la Unión Europea en 2018 y con la Ley Europea del Clima en 2020. Durante todo ese tiempo, tuvimos que trabajar anticipándonos a lo que vendría, sabiendo que ‘el lobo’ podría aparecer, pero sin saber exactamente cuándo. Quienes comenzamos a trabajar en este ámbito y situamos a las empresas en ciertas posiciones, éramos casi héroes. No había nada con lo que engancharse, salvo los inversores, la reputación y las Naciones Unidas, que, para muchas empresas, parecían conceptos tan distantes como si estuvieran en Saturno. Hoy en día, sin embargo, trabajamos con el viento a favor, aunque, como sabes, ese viento puede arrasar si no se maneja correctamente.

“El trabajo de la RSE consistía en poner límites a la generación de ingresos, incluso si eso significaba no maximizar las ganancias a corto plazo”

Recuerdo que cuando dejé Telefónica en 2016, ya en 2014 no existía ninguna regulación clara, ni siquiera en el ámbito del reporte. Había bastante enfoque en cuestiones ambientales y laborales, pero no había un marco normativo firme. Esto tiene mucho mérito, porque la gran dificultad de aquellos años era poner límites a la hora de generar dinero, ir más allá de lo que exigía la ley, y reducir la ambición cuando el contexto era incierto. Todo eso fue un esfuerzo enorme.

Actualmente eres Senior Advisor de EY y asesor de los Consejos de Administración de la Corporación Pascual y Cosentino, además de profesor. ¿Cómo valoras desde esta óptica la corriente anti sostenibilidad tan importante que está imperando en la sociedad?

Así es, por eso creo que, ahora más que nunca, la única opción es volver a la racionalidad económica y científica. Recuerdo un artículo muy relevante de Robert Eccles, fundador del International Integrated Reporting Council, que ahora se está fusionando con el IFRS. Recientemente, publicó un artículo en la revista de Harvard junto con el senador republicano Richard Cronley, un apoyo de Trump. Lo interesante de este artículo es que, a pesar de sus diferencias políticas, ambos coincidieron en un punto esencial: sacar el ‘disclosure’ del debate político y basarlo en una racionalidad económica.

¿Cuál es esa racionalidad económica? La gestión del riesgo. El riesgo climático, por ejemplo, es un riesgo financiero, y, por lo tanto, debe ser reportado. No se puede tener una visión completa de una empresa sin conocer sus riesgos, sean financieros, sociales o los riesgos relacionados con sus controles internos. Este es un punto clave en el debate económico.

Recuerdo también que una alumna de mi máster en sostenibilidad, originaria de Argentina, me comentó que, cuando Milei asumió el poder, prohibió la palabra ‘sostenibilidad’ hasta que se empezó a hablar de riesgos. Esto tiene mucho sentido, porque cuando se habla de riesgos, se entiende que no gestionarlos genera pérdidas económicas.

“La racionalidad económica y científica es crucial para avanzar en la sostenibilidad”

Por otro lado, otra parte importante de la racionalidad económica es identificar las oportunidades, ya que existen muchos motores de crecimiento en este campo. Un gran debate ha sido el de la inversión en exclusión, como la inversión en petróleo o en armas, y es necesario acotar ese problema dentro de la lógica económica.

Finalmente, la racionalidad científica es también fundamental. Si el planeta se está calentando, no es una teoría sin fundamento, sino una evidencia científica respaldada por el 98% de la comunidad científica, tal como lo avala el IPCC. Aunque haya un pequeño porcentaje de científicos que opinen lo contrario, la mayoría está de acuerdo. Es similar a la cuestión de las vacunas: aunque algunos cuestionaron la seguridad de las mismas, la vasta mayoría de la población las aceptó, basándose en la evidencia científica.

Por todo esto, creo que es crucial, más que nunca, hablar en términos científicos y económicos. El activismo, en cambio, tiende a polarizar y a centrarse en puntos extremos, lo cual no aporta soluciones constructivas.

¿Qué otras lecciones has aprendido a lo largo de tu carrera en RSE?

He aprendido que la gobernanza es clave. Los órganos de gobierno deben estar implicados, y el Chief Sustainability Officer (CSO) debe gestionar en dos dimensiones: vertical, generando cultura y gestionando demandas de los stakeholders, y transversal, asignando objetivos a todas las áreas de la empresa.

Mi enfoque ha evolucionado hacia un perfil más financiero, de abogado y gestor, especialmente en los últimos 7 años, donde he estudiado más que en los primeros 15, sobre todo en regulaciones ambientales, sociales y de gobernanza.

¿De qué te sientes más orgulloso?

De haber contribuido a introducir el concepto de RSE en las empresas españolas y en América Latina.

Mencionabas antes el papel de los medios de comunicación, especialmente los generalistas y los económicos, como poco afines a la RSE…

Así es, es que realmente consolidar la RSE fue un desafío complejo, no solo dentro de la empresa, sino también con los medios de comunicación. Al final, querían titulares rápidos sobre donaciones, pero la verdadera conversación era sobre la creación de valor y los sistemas de control interno. Fue necesario trabajar mucho en las definiciones.

Hablo claro de los primeros años. Recuerdo como si fuera hoy cuando tú Marcos asistías a todas las charlas y un día me contaste que querías montar una revista llamada Corresponsables.

Eso fue en 2005 aunque ya antes te había entrevistado con motivo de un par de reportajes en profundizad que publiqué en otro medio empresarial sobre esta temática…

Así es, Corresponsables ha sido el gran «agitador» de la RSE primero en España y luego también en América Latina, organizando eventos que han reunido a muchas personas e impulsado la conversación sobre RSE.

¿Qué otros hitos consideras más importantes en la evolución de la RSE y la Sostenibilidad en estas dos décadas?

Creo que hay muchos pero el Acuerdo de Paris de 2015 lo cambia todo. Y a partir de ahí todo el movimiento regulatorio que sale del Plan de Finanzas Sostenibles, del Pacto Verde Europeo y la Ley Europea del clima (2021) de las directivas de reporte (2014 y 2022) y los ESRS (2023), la Directiva de Diligencia Debida (2024). Ese tsunami regulatorio ha incorporado ya en el derecho normativo todo lo que aventuramos en los años 2000.

“El Acuerdo de París (2015) cambió todo y desencadenó un tsunami regulatorio de sostenibilidad”

¿Cómo ves el futuro de la RSE y la Sostenibilidad? ¿Qué retos y oportunidades anticipas para las próximas dos décadas?

Veremos muchas cosas pero quizá la más significativa es que, si a partir de 2030, se llega al aseguramiento razonable de toda la información de sostenibilidad;  es decir, si se llega a un nivel de auditoría idéntico al de los datos financieros, se tendrá que hacer una revolución enorme de la disponibilidad del dato, el control del dato y, sobre todo, la gestión del dato para establecer objetivos de mejora en todos los ámbitos ESG.

¿Qué consejo le darías a las nuevas generaciones para superar los obstáculos y seguir adelante con esta labor?

Voy a dar un consejo muy importante: que aprendan contabilidad, y te explico por qué. Los estándares europeos de Sostenibilidad tienen su origen en los estándares de contabilidad financiera. El EFRAG, que lanza los estándares a través del reglamento delegado de la UE en 2023, tiene su origen en 2001, cuando se estableció la institución que trabaja para crear las normas internacionales de contabilidad (IFRS). De manera similar, el Consejo de Normas Internacionales de Sostenibilidad (ISSB) también nació en 2001 y heredó la tradición de las normas contables. Lo que estamos haciendo ahora no es más que la creación de normas contables para la Sostenibilidad, porque tienen un impacto directo en la cuenta de resultados.

El concepto de materialidad, por ejemplo, es un concepto financiero. Los financieros lo utilizan para determinar cuál es el error que se puede admitir como auditor, o como dice el Tribunal Supremo de Estados Unidos, qué información debe contener una empresa para que un inversor razonable pueda tomar decisiones informadas. Por eso, mi consejo es claro: aprendan contabilidad, porque eso les permitirá comprender de lleno la creación de valor y la gestión de oportunidades.

Recuerdo cuando empezamos a trabajar en los informes de materialidad. Al principio pensábamos que era un concepto de Sostenibilidad que no tenía mucho sentido, pero con el tiempo nos dimos cuenta de que es un concepto financiero. Si algo no aparece en la matriz de materialidad, significa que no estás haciendo bien tu trabajo. Hoy en día, los directores financieros han tomado el control de este concepto en las empresas, por lo que tienes que hablar su lenguaje. Mi consejo sigue siendo el mismo: que aprendan contabilidad.

Otro consejo que daría es que estudien mucho y, sobre todo, que sean más gestores que activistas. En el futuro, especialmente después de 2030, si se asegura toda la información de Sostenibilidad como los datos financieros, veremos una revolución en la disponibilidad, control y gestión del dato para establecer objetivos de mejora en todos los ámbitos ESG.

En los próximos 20 años, espero que se logre un nivel de auditoría de Sostenibilidad comparable al de los datos financieros. Esto requerirá una gran revolución en la gestión del dato.

Visualiza aquí la entrevista completa realizada a Alberto Andreu, con motivo del 20º Aniversario de Corresponsables, así como el discurso ofrecido en los XV Premios Corresponsables, donde fue distinguido con el Premio honorífico Ramón Mullerat.

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Los españoles mantienen su fidelidad a los bares pese a la inflación, según un estudio de Suntory Beverage & Food Spain https://www.corresponsables.com/actualidad/estudio-tendencias-consumo-hosteleria-suntory/ Wed, 02 Apr 2025 12:41:23 +0000 https://www.corresponsables.com/?p=352375

Según el ‘Estudio psicosocial sobre tendencias de consumo en hostelería en España’ de Suntory Beverage & Food Spain, más de la mitad de los españoles visita un bar varias veces a la semana y el gasto medio del 43,1% es de entre 10 y 20 € por visita

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Suntory Beverage & Food Spain, referente en la fabricación y distribución de marcas de bebidas reconocidas como Schweppes® y La Casera®, y socio estratégico de la hostelería desde los años 50, ha colaborado con la Universidad Complutense de Madrid en un estudio para conocer los hábitos de los españoles en los bares. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), España es el país con más establecimientos hosteleros por habitante, con uno por cada 175 habitantes.

El Estudio psicosocial sobre tendencias de consumo en hostelería en España’ muestra que más de la mitad de los españoles (53,1%) visita los bares varias veces por semana, de los cuales el 14,9% lo hace más de 4 veces. Aunque el dato es positivo, hay que destacar que la inflación ha pasado factura, ya que el 44,7% afirma acudir menos a estos establecimientos y el 40,8% mantiene sus salidas.

En cuanto al gasto, el estudio refleja que el gasto medio por visita de casi la mitad de los españoles (43,1%) oscila entre los 10 y 20€, y tan solo el 17,9% se gasta entre 21 y 40€.

La socialización continúa siendo el principal motor de las visitas a los bares, con un 73,3% de españoles que acude para encontrarse con amigos, mientras que el 28,6% lo hace para asistir a una celebración familiar y el 20,4% para disfrutar de un evento deportivo. Pero, ¿cuándo? Más de la mitad (54,1%) suele acudir por la tarde.

Aunque en España hay más de 184.000 establecimientos, según el INE, el 64,5% de los encuestados asegura tener un bar de confianza, pero también disfruta explorando nuevos locales.

“Llevamos desde los años 50 en el canal HORECA y desde entonces nuestro crecimiento ha sido exponencial. Actualmente, estamos presentes en más de 170.000 establecimientos de hostelería de toda España, ofreciendo un porfolio completo y de valor gracias a nuestro acuerdo de distribución con PepsiCo desde hace más de 10 años”, comenta Álvaro Vázquez, director de Trade Marketing de SBFS.

¿Qué suelen consumir los españoles en los bares?

En cuanto a las preferencias de consumo, las bebidas de baja graduación lideran la demanda, elegidas por el 48,5% de las personas, seguidas de los refrescos (34,3%) y el agua mineral (22,3%). El tinto de verano se posiciona como una de las opciones más demandadas dentro de la categoría de baja graduación, por detrás de la cerveza y del vino.

Si nos centramos en los refrescos, es precisamente por la tarde cuando los españoles suelen pedirse un refresco (35,7%), aunque también se decantan por la comida (23,4%), la hora del aperitivo (19,9%) o la cena (18,4%). Tan solo el 3,5% de ellos suele pedírselo por la noche.

Preferencias de consumo – Infografía de Suntory Beverage & Food Spain

Además, el estudio indica que la mitad de los consumidores suele pedir bebidas sin azúcar o light, una preferencia más marcada entre las mujeres, ya que el 23,3% afirma pedir siempre este tipo de bebida, frente al 14,7% de los hombres.

Siguiendo esta tendencia de consumo, el 47,9% espera que su marca habitual de refrescos elabore bebidas más saludables y con menos azúcar, hecho que ya ha implementado Suntory Beverage & Food Spain ya que, actualmente, el 98% de su porfolio de refrescos es bajo en calorías o zero.

¿Son los españoles fieles a sus marcas favoritas de bebidas?

La fidelidad a las marcas se mantiene sólida: 6 de cada 10 españoles siempre eligen su marca de bebida favorita y casi la mitad (47,8%) pide siempre su bebida habitual. Cabe destacar que La Casera® es una de las 50 marcas de gran consumo más elegidas por los españoles. Además, el Tinto de Verano La Casera® es líder indiscutible en ventas en el canal de hostelería.

Y, aunque la fidelidad pesa mucho en la elección del consumidor, al 25,6% le gusta probar las últimas innovaciones de las marcas, siendo este un comportamiento ligeramente superior entre los hombres (26,3% frente al 24,8% de las mujeres). En este sentido, Schweppes® acaba de lanzar su última innovación: Schweppes® Pomelo, que llega a España tras triunfar en Grecia, Italia y Bélgica y que destaca por su versatilidad: es ideal para aportar matices únicos a cócteles como el Paloma, para tomar solo o como acompañante ideal de una comida.

Ubaldo Cuesta y José Ignacio Niño, coordinadores de este estudio en la Universidad Complutense de Madrid destacan que las investigaciones en neuromarketing evidencian que la relación de los consumidores con sus marcas favoritas trasciende la mera preferencia racional.

“Estas marcas no solo son elegidas repetidamente, sino que activan áreas del cerebro vinculadas a la recompensa, la emoción y la memoria, generando asociaciones profundas y gratificantes. Este vínculo emocional es tan fuerte que las marcas se integran en la identidad y las decisiones cotidianas de los consumidores. Por ello, el branding juega un papel esencial en la construcción de marcas sólidas y de referencia, a las que los consumidores recurren de manera constante”, explican los investigadores.

Consulta más información responsable en las publicaciones Corresponsables y en el Caso Práctico de  Suntory Beverage & Food Spain en el Anuario Corresponsables 2025.

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El Instituto de Bioeconomía (UVa), ganador del Premio Fundación Naturgy-CSIC, presenta avances en la conversión de CO₂ https://www.corresponsables.com/actualidad/instituto-bioeconomia-premio-fundacion-naturgy-csic-co2/ Fri, 28 Mar 2025 15:16:48 +0000 https://www.corresponsables.com/?p=350922 Angel Martín presentando los resultados de su proyecto de investigación CO₂UP

Es el resultado de las investigaciones en materia de captura y reducción de CO2, durante los dos últimos años, del Instituto de Bioeconomía de la Universidad de Valladolid, ganador de la I edición del premio a la investigación impulsado por Fundación Naturgy y el CSIC

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Angel Martín presentando los resultados de su proyecto de investigación CO₂UP

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El Instituto de Bioeconomía de la Universidad de Valladolid, ganador de la I edición del Premio Fundación Naturgy-CSIC a la Investigación y la Innovación Tecnológica en el ámbito energético, ha presentado esta semana en la sede del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), el resultado de la investigación llevada a cabo durante los dos años de duración del proyecto, gracias a la dotación del galardón. El desarrollo de la investigación ha sido supervisada y validada por una comisión científica especializada, coordinada por el Área Global de Materia del CSIC.

El proyecto ‘CO2UP: Escalado del proceso de reducción hidrotermal de CO₂ empleando biomasa como reductor sobre valorización de CO₂’, liderado por el investigador principal Ángel Martín del Instituto de Bioeconomía de la Universidad de Valladolid, es un proyecto cuyo principal objetivo es desarrollar y validar un proceso de conversión hidrotermal de CO₂ utilizando biomasa lignocelulósica como agente reductor. Este proceso busca transformar el CO₂ capturado en productos químicos de alto valor añadido, como ácidos orgánicos y alcoholes, promoviendo su eliminación y valorización y, por tanto, contribuyendo al cumplimiento de los objetivos de descarbonización y sostenibilidad.

El proyecto CO₂UP ha logrado avances sustanciales en la conversión hidrotermal de CO₂, empleando biomasa lignocelulósica como agente reductor. Mediante el diseño, construcción y validación de una planta piloto, se ha alcanzado un nivel de desarrollo tecnológico que permite demostrar la viabilidad del proceso y generar información crítica para su optimización. Los estudios realizados han posibilitado la determinación de los principales indicadores energéticos del sistema, identificando la necesidad de ajustar la relación estequiométrica de reactivos para reducir el consumo energético y mejorar la competitividad del proceso respecto a tecnologías convencionales de captura y almacenamiento de CO₂.

El impacto del proyecto trasciende el ámbito técnico y científico, con resultados difundidos en revistas especializadas de referencia y en reputados congresos nacionales e internacionales. Desde la perspectiva económica e industrial, se ha planteado un escalado del proceso con una capacidad de tratamiento de 25.000 kg de CO₂/año, lo que favorecería su integración en instalaciones con emisiones relevantes, como la caldera de biomasa de la Universidad de Valladolid. Paralelamente, se han desarrollado estrategias para optimizar la conversión de CO₂ en productos de alto valor añadido, tales como ácido fórmico, metanol y ácido acético, además de avances en la separación y fraccionamiento de estos compuestos mediante membranas selectivas, lo que ha permitido mejorar la eficiencia global del sistema.

De acuerdo con sus autores, los resultados alcanzados en CO₂UP representan un avance significativo hacia el desarrollo de tecnologías sostenibles de captura y valorización de CO₂, con un elevado potencial de escalabilidad y aplicación industrial, contribuyendo así a la reducción de emisiones y a la consolidación de una economía circular más eficiente.

Rafael Villaseca, presidente de Fundación Naturgy, durante el encuentro – Imagen cedida por Naturgy

El presidente de Fundación Naturgy, Rafael Villaseca, afirmó que, con la presentación de los resultados de la I edición de esta iniciativa, “Fundación Naturgy afianza su papel clave como agente activo en la promoción de la investigación y la innovación tecnológica en el ámbito de la energía, con el objetivo de favorecer acciones encaminadas a acelerar la transición energética en España”.

Lanzamiento del premio a la innovación energética

Fundación Naturgy lanzó, junto con el CSIC, la primera edición del Premio a la Investigación e Innovación Tecnológica en el ámbito de la energía el 1 de febrero de 2023, con el objetivo de promover proyectos, en el marco de la transición energética, que contribuyan al cumplimiento de los objetivos de descarbonización en nuestro país.

En su primera edición, el Premio recibió 18 propuestas elegibles, desarrolladas por 11 universidades, 5 institutos de investigación y 2 fundaciones sin ánimo de lucro, con sede en 9 comunidades autónomas. Las propuestas fueron valoradas por una comisión científica, coordinada por el CSIC, y un jurado de expertos.

Las otras cinco candidaturas finalistas fueron presentadas por grupos de investigación de la Fundació Universitat Oberta de Catalunya (FUOC), el Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (IMEDEA-UIB-CSIC), el Instituto Catalán de Nanociencia y Nanotecnología (ICN2-CSIC), el Instituto de Catálisis y Petroleoquímica (IPC-CSIC) y la Universidad de Salamanca (USAL).

De todos ellos, el jurado reconoció el grado de innovación y la calidad de las propuestas presentadas, que abordaban temáticas de interés como la eficiencia energética y sus cálculos, la valorización del CO₂, las energías renovables y la electrocatálisis.

El Premio Fundación Naturgy-CSIC a la Investigación y la Innovación Tecnológica en el ámbito energético está dirigido a reconocer e impulsar proyectos desarrollados por organismos de investigación públicos o privados, sin ánimo de lucro; incluyendo universidades públicas y privadas (inscritas en el Registro de Universidades, Centros y Títulos) y otros centros de I+D+I. Asimismo, deben ser grupos que realicen investigación fundamental o desarrollo experimental, y que tengan personalidad jurídica propia y residencia fiscal en España.

Las candidaturas participantes deben ser proyectos inéditos, de investigaciones en curso o de reciente finalización, y cuyo potencial innovador sea susceptible de ser incorporado al mercado o de generar valor en la sociedad.

Consulta más información responsable en las publicaciones Corresponsables y en el Caso Práctico de Naturgy en el Anuario Corresponsables 2025.

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Un estudio revela desigualdades de género en la participación en ensayos clínicos para la prevención del Alzheimer https://www.corresponsables.com/actualidad/estudio-desigualdades-genero-participacion-ensayos-clinicos/ Fri, 28 Mar 2025 14:59:53 +0000 https://www.corresponsables.com/?p=350911 Impulsoras del Estudio sobre desigualdades de género en la participación ensayos: Anna Brugulat, Lidia Canals y Alba Cañas - Fundación Pasquall Maragall

El análisis realizado por el Barcelonaβeta Brain Research Center, centro de investigación de la Fundación Pasqual Maragall, y la Women’s Brain Foundation revela que las mujeres solteras con alto nivel educativo son las menos propensas a someterse a procedimientos como la punción lumbar

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Impulsoras del Estudio sobre desigualdades de género en la participación ensayos: Anna Brugulat, Lidia Canals y Alba Cañas - Fundación Pasquall Maragall

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Un estudio conjunto del Barcelonaβeta Brain Research Center (BBRC), centro de investigación de la Fundación Pasqual Maragall, y la fundación Women’s Brain Foundation ha revelado diferencias significativas en la disposición a participar en ensayos clínicos para la prevención del Alzheimer entre hombres y mujeres.

Publicado en la revista científica Alzheimer’s Research & Therapy, el estudio subraya la necesidad de adaptar las estrategias de reclutamiento a las diferencias existentes entre géneros para garantizar una representación equitativa en la investigación.

Uno de los hallazgos más relevantes es que las mujeres solteras con mayor nivel educativo muestran una menor disposición a someterse a procedimientos invasivos como la punción lumbar. Estos resultados ponen de manifiesto la necesidad de integrar las necesidades específicas de las mujeres en la información que se ofrece sobre los ensayos clínicos, además de explorar alternativas menos invasivas, como los biomarcadores en sangre.

Dado que la enfermedad de Alzheimer representa entre el 60% y el 80% de los casos de demencia y se espera que supere los 150 millones de casos en 2050, es fundamental identificar y abordar los obstáculos de género que dificultan la participación equitativa en la investigación.

«Históricamente, las mujeres han estado infrarrepresentadas en los ensayos clínicos en distintos ámbitos de la medicina, lo que ha limitado nuestra comprensión de cómo las enfermedades y los tratamientos pueden afectarlas de manera diferenciada», asegura la Dra. Anna Brugulat, neuropsicóloga e investigadora del BBRC y líder del estudio.

El Alzheimer en cifras Principales conclusiones del estudio

El equipo investigador ha analizado la participación de más de 2.500 personas cognitivamente sanas de la cohorte Alfa, impulsada por la Fundación ”la Caixa”, para evaluar su predisposición a someterse a procedimientos médicos como resonancias magnéticas, punciones lumbares, tomografías por emisión de positrones y evaluaciones cognitivas. Los autores sugieren que una mayor educación podría traducirse en una mayor cautela en la evaluación del procedimiento. Además, que experiencias negativas previas, personales o conocidas, como el uso de anestesia epidural durante el parto, podrían reforzar esta percepción de riesgo. Y también que ser solteras podría conllevar una red de apoyo más limitada, lo que dificultaría la búsqueda de ayuda o cuidados posteriores al procedimiento, incrementando la reticencia a participar.

Ante estos resultados, la Dra Brugulat afirma que «es fundamental abordar las preocupaciones específicas de las mujeres y ofrecer información clara y accesible sobre los beneficios y riesgos de la participación en ensayos clínicos. Además, explorar alternativas menos invasivas, como los biomarcadores en sangre, podría fomentar una mayor equidad en la investigación».

Los factores socioculturales influyen en la decisión

La enfermedad de Alzheimer tiene un impacto significativamente mayor en las mujeres, no solo en prevalencia sino también en severidad, lo que hace aún más relevante la inclusión equitativa en los estudios. A escala mundial, dos de cada tres personas que padecen la enfermedad son mujeres, quienes, además, asumen con mayor frecuencia el rol de cuidadoras de familiares con demencia.

El estudio destaca que las diferencias de género en la participación no se deben únicamente a aspectos biológicos, sino que están influenciadas por factores socioculturales. Por ejemplo, las mujeres participantes en el estudio suelen asumir roles de cuidadoras de familiares y tienen niveles educativos, ligeramente inferiores en comparación con los hombres, aspectos que pueden influir en su percepción sobre los ensayos clínicos.

Los hallazgos de este estudio destacan la importancia de diseñar estrategias de reclutamiento más inclusivas que consideren factores como el género, el estado civil y el nivel educativo. También la promoción de campañas de concienciación y el desarrollo de enfoques personalizados puede mejorar la representación de las mujeres en ensayos clínicos sobre el Alzheimer, asegurando que la investigación refleje de manera justa la realidad de quienes viven con esta enfermedad.

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Fundación Endesa y Fad Juventud impulsan la tercera edición de «Impacto STEM» para fomentar vocaciones científicas en los jóvenes https://www.corresponsables.com/actualidad/fundacion-endesa-fad-juventud-impacto-stem/ Thu, 27 Mar 2025 12:45:49 +0000 https://www.corresponsables.com/?p=350351 Vocaciones STEM en los jóvenes - Imagen cedida por Endesa

Este programa busca promover el talento STEM entre estudiantes de 12 a 18 años, con un enfoque práctico y orientado a la igualdad de oportunidades

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Vocaciones STEM en los jóvenes - Imagen cedida por Endesa

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El avance en los campos tecnológico y científico es clave para afrontar los desafíos del presente y del futuro. Sin embargo, la brecha en vocaciones STEM sigue siendo una realidad.

Según el informe Brecha Digital de Género de Red.es, solo el 17,5% de las personas ocupadas con formación STEM son mujeres. Además, datos de la OCDE revelan que menos del 1,5% de las chicas aspiran a desempeñar profesiones digitales en el futuro, frente a casi el 10% de los chicos.

Conscientes de esta desigualdad, Fundación Endesa y Fad Juventud presentan la tercera edición de Impacto STEM, una iniciativa dirigida a profesionales educativos que trabajen con estudiantes de 12 a 18 años, que busca derribar barreras y potenciar su talento en las áreas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas.

Para ello, el programa pone especial énfasis en la formación de los agentes educativos, ofreciendo un curso online gratuito de 20 horas con recursos prácticos para:

  • Acercar a los y las estudiantes a las oportunidades que ofrece el sector STEM y su impacto en el mundo actual.
  • Proporcionar herramientas pedagógicas para motivar y guiar a adolescentes y jóvenes en la exploración de estudios y carreras científicas tecnológicas.
  • Aplicar estrategias innovadoras para superar estereotipos de género y ampliar las perspectivas laborales en estos ámbitos.

Además de esta capacitación, Impacto STEM ofrece seis actividades prácticas adaptadas a dos franjas de edad:

  • De 12 a 15 años: propuestas diseñadas para estimular la curiosidad y el pensamiento crítico en ciencia y tecnología.
  • De 16 a 18 años: dinámicas que vinculan los conocimientos STEM con su aplicación en el mundo profesional.

Esta tercera edición reafirma el compromiso de Fundación Endesa y Fad Juventud con una educación más inclusiva, alineada con las demandas del futuro, ofreciendo herramientas a docentes y profesionales para que puedan inspirar y acompañar a la juventud en su desarrollo académico y vocacional en el ámbito STEM.

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La economía, el medioambiente y la guerra, las principales preocupaciones de los niños, niñas y adolescentes en España https://www.corresponsables.com/actualidad/economia-medioambiente-guerra-preocupaciones-ninos-adolescentes/ Fri, 21 Mar 2025 12:00:48 +0000 https://www.corresponsables.com/?p=349198 La opinión de los niños, niñas y adolescentes importa

UNICEF España hizo público recientemente el cuarto Barómetro de Opinión de la Infancia y la Adolescencia realizado, realizado en colaboración con la Universidad de Sevilla

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La opinión de los niños, niñas y adolescentes importa

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La economía sigue siendo la principal inquietud para el 18,2% de los niños, niñas y adolescentes de 11 a 18 años, seguida de la contaminación y el medioambiente (13,6%) y la guerra (7,4%), según el cuarto Barómetro de Opinión de la Infancia y la Adolescencia realizado por UNICEF España en colaboración con la Universidad de Sevilla, publicado el pasado 11 de marzo.

Estas problemáticas se mantienen respecto a la anterior edición del barómetro, publicado en 2023. En lo que respecta a las preocupaciones que, según los jóvenes encuestados, tiene la sociedad española en general, 6 de cada 10 creen que son la economía (34,7%), la situación política (14,2%) y la contaminación y el medioambiente (10,5%).

Es necesario escuchar a los niños, niñas y adolescentes para conocer sus verdaderas preocupaciones y poder dar respuesta a sus inquietudes y necesidades”, ha asegurado José María Vera, director ejecutivo de UNICEF España. “Los resultados de esta edición nos alertan de la desafección política de nuestros jóvenes y de una preocupación recurrente por la economía. Además, hemos constatado una vez más que quienes se encuentran en un nivel socioeconómico más bajo y quienes no han nacido en España, muestran menores niveles de bienestar, algo en lo que debemos seguir trabajando para promover una mayor equidad y reducir la vulnerabilidad de muchos niños, niñas y adolescentes en nuestro país”.

El informe, presentado la semana pasada en Madrid, refleja que 4 de cada 10 adolescentes, el 40,5% de los encuestados, valoran la situación política y económica de España como mala o muy mala, porcentaje que desciende hasta el 18,5% cuando se trata de su percepción a nivel local. Además, 2 de cada 3 chicos y chicas que puntúan la profesión de político con menos de un 5 sobre 10, consideran que la mayoría de los políticos son corruptos.

Cuando se les preguntó acerca de un listado de determinadas cuestiones sociales en concreto, los abusos sexuales a la infancia destacan como algo que preocupa bastante o mucho a 9 de cada 10 encuestados, igual que en las dos ediciones anteriores del estudio. Tras esta problemática se sitúan el terrorismo, las guerras y conflictos internacionales, el hambre y la pobreza en el mundo, y el acoso y ciberacoso escolar.

“Estas preocupaciones son un reflejo de la sociedad, y además encontramos diferencias de género que llaman la atención; por ejemplo, en la disminución de la preocupación por las desigualdades de género, el machismo y la violencia machista, que pasa de ser la primera preocupación en la primera edición del estudio, a la decimoquinta en la edición actual”, ha explicado Pilar Ramos, investigadora de la Universidad de Servilla y coautora del informe. “En esta línea, se encuentra un claro aumento en los estereotipos de género, reflejado especialmente en los roles de género asociados a las profesiones. Por ejemplo, el porcentaje de chicos varones que consideran que gestionar una empresa es un trabajo de hombres -no de mujeres- (18,6%) es casi cinco veces más que el porcentaje de chicas que lo piensa así (3,9%)”.

Para Ana, de 17 años, “conocer más sobre las preocupaciones de los jóvenes sobre España es fundamental, porque reflejan nuestro interés por el futuro y compromiso con el bienestar social y económico”, Además ha recordado que “las inquietudes muestran la capacidad crítica, a veces subestimada, de los jóvenes y además motivan el cambio y la innovación”.

El bienestar emocional de los niños, niñas y adolescentes en nuestro país ha mejorado respecto a la edición anterior del barómetro: 6 de cada 10 aseguran sentirse bien o en forma siempre o casi siempre, frente a menos de 4 de cada 10 en la edición anterior. Los factores que más felicidad les generan son sus aficiones, el descanso, la relación con su familia, sus amistades y sus mascotas, y el deporte; tener muchos seguidores en redes sociales o conseguir muchos likes no alcanzó los 5 puntos de media.

Entre las profesiones que más valoran están la de médico/a (que, en una puntuación del 0 al 10, recibió una media de 8,89 puntos), policía (8,14) y psicólogo/a (7,96); la profesión peor valorada, con 5,21 puntos, es la de político. Los chicos muestran más estereotipos de género en relación con profesiones: el porcentaje de chicos que selecciona que una profesión debe ser ejercida por hombres o por mujeres duplica al de chicas.

En cuanto a las instituciones, las que más confianza les generan son la universidad, la sanidad pública, los científicos y las ONG, mientras que a la cola se encuentran los partidos y representantes políticos, seguidos del Gobierno estatal y los representantes religiosos. A la hora de informarse sobre los temas de actualidad a diario, la televisión -como medio de información- y seguir a influencers -para conocer su opinión- son las dos opciones que más utilizan (28,5% y 27,7%, respectivamente).

Por primera vez, esta edición del barómetro incluye un estudio cualitativo. Este recoge los resultados obtenidos a través del trabajo de tres grupos de discusión de adolescentes en Barcelona, Sevilla y Bilbao, sobre participación en asuntos sociales y políticos, percepción y valoración de la política, y percepción y valoración de la salud mental. En lo relativo a la participación, en general ven el centro escolar y las redes sociales como dos espacios naturales en los que participar y mostrar sus opiniones, y en general creen que participar activamente en organizaciones y asociaciones tiene un impacto positivo en la sociedad. Respecto a la política, hay una falta de interés generalizada por parte de los adolescentes, aunque algunos creen que ese desinterés puede influir en el futuro de la sociedad.

En cuanto a la salud mental, es una de sus grandes preocupaciones y señalan la exigencia y presión -sobre todo por los estudios, y ejercida por los progenitores-, así como el uso inapropiado de la tecnología y las redes sociales, como los dos factores que más influyen en su salud mental.

Como ha recordado Martín, de 18 años, “el estudio pone de manifiesto la necesidad de escuchar y atender las preocupaciones de la infancia y la adolescencia para garantizar su bienestar y participación en la sociedad. Es una forma de que nuestras preocupaciones lleguen a las administraciones”.

Recomendaciones de UNICEF España

 Por ello, y ante estos resultados, UNICEF España recomienda:

  • Garantizar un sistema periódico, amplio y oficial de recogida de opiniones de niños, niñas y adolescentes, para que estos datos se tengan en cuenta a la hora de tomar decisiones.
  • Formar a los tomadores de decisiones para que promuevan la participación infantil y adolescente, y asegurar que esta participación se produzca, de manera que se tengan en cuenta las propuestas de los niños, niñas y adolescentes en los temas que les atañen.
  • Desarrollar una política amigable con la infancia para ir reduciendo esa desafección política.
  • Garantizar la participación activa de niños, niñas y adolescentes en procesos de calidad en centros educativos, entidades locales y asociaciones.
  • Asegurar espacios libres de violencia para la infancia y la adolescencia, y desarrollar políticas de protección.

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