Hace más de veinte años, cuando la sostenibilidad aún no ocupaba titulares ni formaba parte salvo honrosas excepciones de la estrategia de las empresas, Carles Campuzano ya apostaba por una forma distinta de entender el papel de la política y la economía. Inspirado por el Libro Verde impulsado por la Comisión Europea, empezó a impulsar junto a Ramón Jáuregui, siendo diputado, en el Congreso una subcomisión para elaborar un informe pionero sobre responsabilidad social empresarial.
En esta conversación con motivo del 20º aniversario de Corresponsables, Campuzano rememora con lucidez y emoción los inicios de ese camino. “Recuerdo que un alto dirigente empresarial me advirtió que estábamos promoviendo la entrada del marxismo en el mundo empresarial. Hoy parecería una previsión trumpiana, pero en su momento fue un comentario muy sorprendente”.
Su labor como diputado en el Congreso y, posteriormente, como conseller de Drets Socials en el Govern de la Generalitat y actualmente diputado en el Parlament de Catalunya, Carles Campuzano observa con cierta preocupación cómo algunas conquistas corren peligro. “Estamos viviendo una ola reaccionaria. Si lo que representa Trump se consolida en los próximos años, los tiempos serán difíciles para la RSE”. Y, sin embargo, sigue creyendo firmemente en su potencial: “Una sociedad decente necesita empresas responsables. La RSE sigue siendo una historia que vale la pena”.
Firme defensor del compromiso con valores sólidos y de la coherencia entre el discurso y la acción, Campuzano recuerda con cariño los inicios de Corresponsables en 2005: “he tenido la suerte de ver cómo Marcos González convertía su sueño en realidad. Corresponsables ha jugado un papel crucial, ayudando a legitimar los valores de la responsabilidad social empresarial” y sigue “tan convencido como al principio de la relevancia de la RSE y de su impacto positivo en la sociedad y el mundo empresarial”.
¿Cómo y cuándo te involucraste en la RSE?
A principios de los años 2000, cuando la Comisión Europea impulsó la creación del Libro Verde para establecer un marco europeo de responsabilidad social empresarial (RSE). Me pareció un enfoque muy acertado, relevante y necesario. Fue entonces cuando comencé a interesarme profundamente en el tema.
¿Qué anécdotas recuerdas de tus primeros pasos en este ámbito?
Al principio, las reacciones fueron tanto contrarias como muy curiosas, con muchas preguntas y dudas sobre lo que realmente estábamos proponiendo. Recuerdo que un alto dirigente empresarial me advirtió que estábamos promoviendo la entrada del marxismo en el mundo empresarial, algo que hoy parecería una previsión ‘trumpiana’, pero que en su momento fue un comentario muy sorprendente.
¿Cuál fue el primer proyecto importante en el que te involucraste relacionado con la RSE?
La primera propuesta que impulsamos fue la creación de una subcomisión en el Congreso de los Diputados, con el objetivo de elaborar un informe sobre la RSE. Fue una experiencia muy enriquecedora, trabajando codo a codo con Ramón Jáuregui del PSOE, Ignacio Azpiroz del PP, Josep Maria Lozano de ESADE y Víctor Viñuales de Ecodes. Hicimos un trabajo excelente, que finalmente fue aprobado en julio de 2006. Aunque antes de esa iniciativa, ya habíamos lanzado otras propuestas relacionadas con la RSE.
¿Qué obstáculos o barreras encontraste cuando intentabas implementar la RSE en sus primeras etapas?
Más allá de los prejuicios y el desconocimiento generalizados, el principal reto consistía en adaptar el enfoque de la RSE para que también fuera aplicable a las medianas y pequeñas empresas. Si la regulación no es adecuada, la responsabilidad social puede percibirse como una carga burocrática adicional. Además, el fenómeno del greenwashing afectó principalmente a las grandes corporaciones.
El greenwashing siempre ha estado presente en la RSE, también en medios como Corresponsables que lo han tratado de combatir…
Así es, conocí Corresponsables desde sus primeros días, incluso antes de crearse en 2005. He tenido la suerte de ver cómo Marcos González convertía su sueño en realidad, algo que al principio no era nada fácil ni evidente. Es una historia de éxito que merece ser destacada.
Corresponsables ha jugado un papel crucial al dar visibilidad, reconocimiento y presencia a las empresas y sus prácticas de RSE, ayudando a legitimar los valores y discursos relacionados con la responsabilidad social empresarial. Ha sido una plataforma esencial para el panorama de la RSE en España.
¿Qué otras figuras o entidades consideras que han sido pioneras en la RSE?
Sin duda, académicos como Josep Maria Lozano y Joan Fontrodona, ejecutivos de alto nivel como Josep Maria Santacreu, y activistas como Josep Maria Canyelles son algunos de los pioneros que han influido profundamente en mi visión de la RSE.
¿Cuáles consideras que han sido los hitos más importantes en la evolución de la RSE y la Sostenibilidad en las dos últimas décadas?
Uno de los mayores logros ha sido superar la percepción de que la RSE era solo una moda. A partir de los 2000, hemos enfrentado grandes crisis como la recesión financiera global y la pandemia, pero la RSE, expresada con diferentes lenguajes y parámetros, sigue siendo una prioridad. Eso demuestra su relevancia continua.
¿Qué cambios significativos has observado en la RSE en España desde tus inicios?
La evolución en España ha sido similar a la de la Unión Europea. Hoy en día, contamos con más regulación y obligaciones legales sobre el impacto de las empresas en la sociedad, lo que va más allá de las responsabilidades con los accionistas.
Si comparas el estado de la RSE en sus primeros días con la actualidad, ¿qué diferencias principales destacarías?
Hoy nos encontramos en un momento complejo. En los últimos años, la RSE ha evolucionado hacia los términos ESG (aspectos medioambientales, sociales y de gobernanza), y la transparencia sobre la información no financiera ha dejado de ser una cuestión voluntaria, convirtiéndose en una obligación legal para las empresas. El salto desde el Libro Verde y nuestro informe de la subcomisión hasta estos planteamientos es significativo y positivo. Sin embargo, también vemos que en algunos países, como EE. UU., algunos sectores políticos cuestionan estas políticas. Además, la Comisión Europea ha dado marcha atrás en algunas de sus iniciativas legislativas, lo que ha convertido a la RSE y la ESG en temas políticos de gran trascendencia, que afectan a la naturaleza del capitalismo y la sociedad que deseamos construir.
¿Cuáles crees que son los otros puntos débiles que aún persisten en el debate sobre la RSE en España?
En el ámbito político español, el debate sobre la RSE nunca ha trascendido el nivel sectorial y técnico. No se ha logrado enfocar el tema desde una perspectiva más profunda sobre los valores fundamentales que justifican el interés por la RSE. Este enfoque limitado ha sido una debilidad que seguramente tendrá sus consecuencias en el futuro.
¿Cómo ves, por tanto, el futuro de la RSE y la sostenibilidad en los próximos años?
El principal reto ahora es superar la ola reaccionaria que estamos viviendo y adaptarnos a un entorno internacional cada vez más incierto. Si lo que representa Trump se consolida en los próximos años, los tiempos serán difíciles para la RSE.
Entrando ya en el ámbito más personal… ¿qué lecciones importantes has aprendido a lo largo de tu carrera en el ámbito de la RSE?
Lo que he aprendido es que, en este campo, hay mucha gente valiosa, con buenas ideas y energía positiva. Lo más interesante de la RSE son los valores y las acciones concretas basadas en esos valores, que hacen que esta sea una historia que realmente vale la pena.
¿Qué aspectos destacarías de tu propia evolución profesional y personal en este campo durante los últimos 20 años?
Lo que destaco es que sigo tan convencido como al principio de la relevancia de la RSE y de su impacto positivo en la sociedad y el mundo empresarial.
¿Qué consejo le darías a los nuevos profesionales que desean adentrarse en la RSE?
Mi consejo es que eviten lo superficial y lo banal, que busquen ir al fondo de los temas y se aseguren de que su discurso se corresponda con acciones reales, entendiendo que la vida es contradictoria y compleja.
¿Cuál considera que ha sido tu mayor contribución al campo de la RSE?
Creo que mi mayor contribución ha sido aportar la mirada desde la experiencia práctica y desde el ámbito político, lo que ha permitido dar visibilidad a la RSE en la agenda española.
¿Cómo te gustaría que te recordaran en el ámbito de la RSE?
Me gustaría ser recordado como alguien que ayudó a situar la RSE en el centro de la agenda española, impulsando su integración y desarrollo.
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