En el marco del encuentro Diversidad e Inclusión Laboral organizado por Deloitte Chile el miércoles 20 de junio de 2018, Corresponsables Chile entrevistó a Emilio Maldonado, director ejecutivo de Fundación Iguales y de la red Pride Connection Chile, quien habló sobre los principales focos de atención y desafíos de las organizaciones que representa en las materias abordadas por el seminario.
¿Cuáles son las principales iniciativas y avances en materia de diversidad e inclusión laboral de Pride Connection Chile?
La Red Pride Connection ha sido una sorpresa positiva. El espacio ha crecido más de lo que esperábamos. Hace 22 meses, partimos con dos empresas. No obstante, en la actualidad contamos con 40 grandes empresas que están empujando la diversidad e inclusión laboral al interior de sus organizaciones.
Lo que nosotros estamos promoviendo es que cada empresa genere cambios estructurales a nivel interno porque esto beneficia no solo a la diversidad sexual, sino que también a todos los miembros de las compañías participantes y sus respectivas familias.
Por ejemplo, si a un trabajador o trabajadora le cuesta entender, aceptar o apoyar a un hijo gay o trans, el hecho de que la empresa incorpore estos temas puede ayudar a que esos trabajadores generen más conciencia sobre el valor y la fuerza que tiene la diversidad sexual en la sociedad.
El efecto multiplicador de la diversidad sexual genera, al final del día, un mayor compromiso de los empleados con las empresas que respetan a las personas independiente de su orientación sexual o identidad de género.
Desde tu punto de vista, ¿qué sectores o empresas del mundo privado en Chile están más avanzadas en materia de diversidad e inclusión?
Empresas consultoras como Deloitte, Accenture, IBM y McKinsey son, por nombrar algunos ejemplos, las compañías que más han Avanzado en temas de diversidad e inclusión laboral junto con compañías de retail como Cencosud, Walmart y Empresas SB.
Todas estas empresas han decidido correr el cerco y hacerse cargo no solo de la diversidad de trabajadores en sus organizaciones, sino que también de la diversidad de clientes que poseen.
Cuando estas empresas de retail se dan cuenta que pasan 10 o 20 millones de personas diferentes a comprar a sus tiendas dentro de un período determinado, el paso que viene después es el reconocimiento de la diversidad y la implementación de medidas inclusivas que reflejen a mayorías y minorías. No todos son chilenos, hombres, mujeres, heterosexuales o homosexuales.
Hay que cambiar las culturas organizacionales para adaptarse a las diversidades sociales.
Por otra parte, ¿qué sectores del mundo privado crees que están más atrasados en materia de diversidad e inclusión?
No me parece que hayan sectores de la economía que estén más atrasados en este tipo de temas. Sin embargo, hay empresas o rubros que aún no han iniciado programas o actividades en materia de inclusión y diversidad.
El sector minero es un claro ejemplo de esto porque es un espacio masculinizado y muchas veces machista. Además, el sector financiero en Chile, a diferencia de lo que ocurre en países como Estados Unidos o Reino Unido, es un espacio más conservador que todavía no ha iniciado este camino.
Los bancos y las instituciones financieras que operan en los países desarrollados entienden que la búsqueda y captación de talento no amerita discriminación social, sexual o de género. Una de las excepciones en Chile son los bancos Scotiabank y JP Morgan, que forman parte de la red Pride Connection, pero ambas son compañías transnacionales que están presentes en Chile.
Nosotros esperamos que la banca y el sector financiero se sumen pronto a esta realidad. Las sociedades y los equipos de trabajo son cada vez más diversos.
¿Cuáles son los principales desafíos que debemos abordar como país en materia de diversidad e inclusión social?
Yo creo que el principal desafío de Chile es recocernos como una sociedad diversa y que las legislaciones se adecuen a esa realidad. Por ejemplo, todavía sigue existiendo una discriminación en el acceso al matrimonio por la orientación sexual de las personas.
Por otra parte, aún se discrimina a las personas trans que quieren obtener documentos de identidad acordes a sus identidades de género.
Por último, la ley de discriminación que tenemos sigue siendo bastante precaria porque si bien dice que se protegen 15 causales de discriminación, entre ellas la orientación sexual y la identidad de género, es más bien una ley testimonial que no opera en la realidad.
Si queremos ser un país desarrollado en comparación a Europa, Estados Unidos e incluso a nuestros propios vecinos como Argentina, Brasil y Uruguay, tenemos que dar un salto en diversidad e inclusión laboral que logre contagiar a las empresas, colegios, universidades y todos los segmentos de la sociedad.
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Entrevista realizada por Felipe Crowhurst.