Actualmente, existen muchas tensiones que viven las familias a la hora de integrar trabajo, familia y vida personal. Por ejemplo, la incorporación masiva de la mujer al mundo laboral, provocó que las mujeres fueran un aporte para los ingresos del hogar, pero las tareas domésticas no han sido divididas de la misma manera. Según un estudio del PNUD las mujeres destinan 1.5 veces más tiempo a los quehaceres del hogar que los hombres. Pero esto no es solamente un problema al interior del hogar, sino que, tampoco la sociedad se ha ajustado a esta nueva realidad y nuevas dinámicas familiares. Se sigue suponiendo que hay un adulto en el hogar todo el tiempo para cuidar a las personas dependientes. Esto lo podemos ver con los horarios escolares y servicio público en Chile, que no son compatibles con los del trabajo.
Las familias chilenas han cambiado, según la encuesta CASEN del 2011 las familias en nuestro país se componen en un 61% por familias biparentales, 24,7% monoparentales y un 11,3% unipersonales. A pesar de todos estos cambios, la familia sigue siendo el ámbito más valorado por los chilenos. Según la encuesta Bicentenario, un 84% de los chilenos quiere mantener contacto con sus familias cercanas, también valoran la relación que mantienen con su familia como la relación más satisfactoria en sus vidas.
Todos estos cambios hacen que sea necesario fomentar la conciliación del trabajo, la familia y la vida personal en Chile. Es necesario que incorporemos conceptos como conciliación con corresponsabilidad, es decir, donde hombres, mujeres, organizaciones, la comunidad, el Estado y la sociedad en su conjunto ayudan para que las personas puedan complementar las obligaciones e intereses laborales con sus responsabilidades e intereses familiares y personales.
La falta de armonía entre los distintos roles de una persona tiene efectos negativos tanto en la persona como en la empresa. La ausencia de conciliación produce altos niveles de estrés, altos costos de ausentismo para el empleador, altos riesgos de agotamiento, disminución de la fecundidad deseada, altos riesgos de salud, entre otros. O sea, disminuye la productividad y el compromiso de los trabajadores en las empresas.
Una manera de disminuir los conflictos que existen entre los múltiples roles de una persona son las políticas de conciliación que las empresas implementan en sus organizaciones. En Chile, la penetración de políticas de conciliación trabajo, familia y vida personal, ha aumentado exponencialmente en los últimos años. Según el estudio presentado por la fundación Chile Unido, mientras que antes del 1980, únicamente un 3% de las empresas tenía políticas que promovían la conciliación trabajo y familia, actualmente más del 62% de las empresas tienen políticas que promueven.
POLÍTICAS DE CONCILIACIÓN
Existe un gran número de políticas enfocadas a la conciliación trabajo, familia y vida personal. Para el éxito de su implementación es importante que estas vayan alineadas con el negocio de la empresa, solo de esta forma serán sustentables a través del tiempo. Para ordenarlas podemos diferenciarlas en cuatro grandes grupos. El primer grupo es flexibilizar las horas de trabajo, es importante destacar que flexibilizar no necesariamente significa reducir. Este tipo de políticas permite al trabajador trabajar sistemática u ocasionalmente en los horarios que mejor le acomoden. Ejemplos: entrada de horario diferido, semana comprimido, etc.
El segundo grupo es flexibilizar el lugar de trabajo, este tipo de políticas permite al trabajador trabajar desde distintos puntos, no necesariamente desde la oficina. Para que este tipo de políticas tenga éxito, es importante que las personas sean evaluadas efectivamente de acuerdo a su productividad y contribución. Un gran error que se suele hacer en las empresas es confundir presentismo con compromiso y también es introducir políticas de este tipo y no tener medidas de evaluación. Ejemplos de este tipo de políticas son: teletrabajo, video conferencias para evitar viajes, etc.
Un tercer grupo de políticas son los servicios familiares, este tipo de servicios busca ayudar a solucionar problemas a los trabajadores, ya que mientras menos se tengan que preocupar de tareas anexas al trabajo y a la familia, más tiempo tendrán para conciliar los diferentes roles. Ejemplos de este tipo de políticas son: información de diferentes servicios (gasfitería, jardines infantiles), acceso a servicios dentro de la empresa (poder sacar la patente en la oficina, vacuna de la influenza, etc.).
Finalmente el último grupo son los beneficios no salariales. Estos beneficios ayudan a ahorrar costos a los trabajadores. Ejemplos de este tipo de políticas son: seguros, convenios, regalos de matrimonio, regalos para recién nacidos, talleres, etc.