Las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) provocarán un aumento de entre 1,5 a 4,5 º C al 2100, donde los científicos señalan que un alza de 2ºC es el límite de seguridad para mantener un sistema climático relativamente estable.
Lo anterior tiene importantes implicancias para toda la sociedad y en particular para los negocios. Para mantener acotada el alza de temperatura a 2ºC es urgente reducir las emisiones de GEI de manera drástica. De esta manera estamos viendo surgir una serie de regulaciones y negociaciones orientadas a alcanzar de manera global reducciones de éstos que permitan mantener la concentración de C02 en la atmosfera bajo las 450 ppm que es límite asociado a los 2ºC de alza de temperatura.
Este nuevo entorno en el mercado presenta importantes desafíos y oportunidades para las compañías basándose en la irrefutable conclusión de que el costo de transformar la economía en una economía baja en carbono es varias veces menor al costo de no hacer nada. Entre más tiempo la sociedad demore en implementar fuertes medidas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, más costoso y difícil será implementarlas a futuro para limitar el cambio climático por debajo de niveles catastróficos.
De esta manera las compañías están expuestas a una serie de riesgos que pueden afectar de distinta manera el negocio y su valor de mercado. Es interesante ver cómo importantes fondos de inversión en Europa y Estados Unidos están comenzando a retirar sus flujos de inversión de compañías que presenten un alto riesgo climático en base a qué tan intensas son en términos de emisiones de gases de efecto invernadero, moviendo esta inversión a proyectos más seguros climáticamente como energías renovables no convencionales. Esto es una señal de mercado relevante para la toma de decisiones donde la intensidad en carbono jugará un rol importante en la decisión de invertir o no en una compañía ante un mercado que inevitablemente estará regulado de una manera u otra en carbono y por lo tanto afectando el valor de mercado de los negocios.
Este nuevo entorno por lo tanto presenta importantes retos para las compañías por lo cual debieran revisar su estrategia frente el cambio climático junto con:
• Evaluar su exposición a la posibilidad que los gobiernos desarrollen regulaciones, impuestos al carbono o restricción de gases de efecto invernadero. Por ejemplo, en Chile, el proyecto de Reforma Tributaria dentro de los impuestos verdes busca regular las emisiones de C02 a través de un impuesto a las emisiones de CO2 de US$5 por cada tonelada de emisión de CO2 provenientes de fuentes termoeléctricas con una potencia térmica mayor o igual a 50MW.
• Buscar oportunidades para desarrollar productos y servicios que apoyen un consumo bajo en carbono y energía limpia.
• Usar la evidencia del IPCC para establecer objetivos de reducción de carbono científicamente informados con el fin de preparar el negocio para un futuro bajo en carbono.
• Perseguir objetivos costo eficientes y climáticamente efectivos combinando inversiones en reducciones de emisiones internas junto con soluciones de mercado que financien la expansión de la capacidad energética renovable y proveer fondos que desplieguen tecnología baja en carbono en países en vía de desarrollo a través de créditos de carbono que incluyan energías renovables y proyectos de protección de los ecosistemas.