La transformación energética en América Latina ha dado grandes pasos hacia un futuro más sostenible, impulsada por una combinación de factores que incluyen la digitalización y la inteligencia artificial (IA). Según el Energy Transition Index de 2020, países como Chile, Perú y Bolivia están bien posicionados dentro de los primeros 70 lugares, lo que demuestra que la región está comprometida con la transición hacia fuentes de energía más limpias. Roberto Lepin, director de Servicios Cluster Andino Sur en Schneider Electric, subraya el papel crucial que ha tenido la electrificación en este proceso. Chile, en particular, ha sido pionero en la implementación de generadoras de energías renovables no convencionales, y tanto Perú como Bolivia han seguido un camino similar con proyectos energéticos importantes.
Sin embargo, para consolidar estos avances es esencial que la región continúe fortaleciendo las energías renovables emergentes. Esto no solo implica la adopción de nuevas tecnologías, sino también la creación de estrategias robustas que permitan integrar la digitalización y la electrificación en todos los niveles del sector energético. Víctor Paredes, director de Power System Cluster Andino Sur en Schneider Electric, destaca que la sostenibilidad es el objetivo principal. En este contexto, la digitalización juega un papel fundamental al optimizar cada aspecto de la cadena energética, desde la generación hasta el consumo, lo que permite un uso más eficiente de energías renovables como la solar y la eólica.
Un aspecto clave de esta transición es la capacidad de la tecnología para ayudar a cumplir con los objetivos de descarbonización, un tema central en la lucha contra el cambio climático. La tecnología, como se describe en un artículo de Forbes de 2020, puede ser una herramienta poderosa para lograr un desarrollo energético más sostenible y reducir significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero. Esto convierte a la digitalización en una estrategia no solo necesaria, sino también urgente para enfrentar los retos medioambientales del futuro.
La inteligencia artificial ha comenzado a destacarse como una herramienta clave en este proceso. Según un estudio publicado en Nature en 2020, la IA tiene el potencial de contribuir al cumplimiento de hasta el 93% de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) relacionados con el medio ambiente. Esto es posible porque la IA permite optimizar procesos, hacer predicciones más precisas y gestionar de manera más eficiente los recursos energéticos. Roberto Lepin señala que tanto la IA como el machine learning tienen una capacidad notable para aprender y adaptarse de manera autónoma, lo que plantea nuevos desafíos, pero también abre la puerta a un mayor desarrollo tecnológico en el ámbito de la eficiencia energética.
En el caso de Schneider Electric, la IA no solo se utiliza para mejorar la eficiencia energética, sino también para aumentar la disponibilidad de energía en general. Lepin destaca que uno de los principales objetivos de la compañía es garantizar una red eléctrica más eficiente y sostenible, algo que solo es posible con el apoyo de tecnologías avanzadas como la IA.
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