En Chile, el tratamiento de residuos orgánicos podría transformarse en una poderosa fuente de energía renovable y una solución al manejo de desechos. Aunque los esfuerzos han girado principalmente en torno a reducir plásticos y otros materiales no biodegradables, el biogás emerge como una opción innovadora que permite aprovechar los residuos orgánicos —que representan al menos el 50% de la basura en el país, según el Ministerio del Medio Ambiente— y convertirlos en una fuente de energía limpia.
El biogás se genera a través de plantas de digestión anaerobia, en las que microorganismos descomponen los residuos orgánicos en ausencia de oxígeno. Este proceso produce una mezcla rica en metano, útil para generar electricidad y calor, o incluso para transformarse en biometano, un gas natural renovable. Además, genera un subproducto, el digestato, un bioabono ideal para suelos agrícolas y forestales, lo que permite un aprovechamiento total de los residuos y aporta beneficios a la agricultura.
Matías Errázuriz, CEO de Genera4, empresa líder en construcción y operación de plantas de biogás en Chile, destaca que este enfoque ofrece una ventaja clave sobre los rellenos sanitarios, pues no solo evita la emisión de metano al ambiente, sino que genera energía limpia y aprovechable. “Estamos en un punto decisivo para adoptar el biogás a nivel nacional, reducir nuestra dependencia de los rellenos y contribuir a los compromisos climáticos de Chile,” afirma Errázuriz.
Cómo las plantas de biogás podrían transformar el manejo de residuos en Chile
Las plantas de biogás no solo reducen la cantidad de residuos enviados a rellenos sanitarios, sino que también funcionan en entornos controlados, sin emisión de olores y con sistemas cerrados que minimizan el impacto ambiental en las comunidades cercanas. Esta tecnología convierte un problema ambiental en una oportunidad económica, y, como apunta Errázuriz, “se trata de una solución que además de sostenible, puede coexistir sin problemas con las comunidades, con normas de seguridad estrictas”.
El éxito del biogás ha sido contundente en Alemania y Suecia. Alemania cuenta con más de 10,000 plantas que producen alrededor de 5 GW de electricidad, suficiente para abastecer a millones de hogares. Suecia, por su parte, ha logrado sustituir hasta el 50% del gas natural de uso domiciliario y de transporte por biometano. De hecho, la Asociación Mundial de Biogás (WBA) estima que, si se alcanzara el millón de plantas de biogás en el mundo para 2030, se podría reducir en un 12% las emisiones globales de gases de efecto invernadero.
En Chile, el desarrollo del biogás podría replicar estos éxitos, produciendo energía para miles de hogares y contribuyendo a una matriz energética más verde. Como señala Errázuriz, “el biogás tiene el potencial de ser el motor de un cambio transformador en nuestro país, uniendo la gestión de residuos con la generación de energía renovable”.
Accede a más información responsable en nuestra biblioteca digital de publicaciones Corresponsables.