El auge de la sostenibilidad como pilar en las decisiones de inversión ha redefinido el papel de los directores financieros (CFO), quienes ahora juegan un rol clave en garantizar que las empresas no solo cumplan con las expectativas normativas, sino que también se destaquen ante los inversionistas. Según un estudio de Deloitte y la Universidad de Tufts, publicado por The Wall Street Journal, el 79% de los inversionistas ya integran políticas de sostenibilidad en sus estrategias, marcando un aumento significativo frente al 20% de hace cinco años.
La capacidad de las empresas para captar inversión no depende únicamente de la intención declarada de cumplir metas sostenibles, sino de la calidad y transparencia de sus datos ESG (ambientales, sociales y de gobernanza). Como señala el informe, “las empresas que muestran avances claros y verificables generan una confianza sólida entre los inversionistas”.
Con un potencial económico proyectado de 43 billones de dólares para las próximas décadas, vinculado a la transición hacia cero emisiones, los CFO tienen una oportunidad única de posicionar a sus empresas como líderes en sostenibilidad. Aquí se destacan cuatro estrategias fundamentales para aprovechar al máximo los datos de sostenibilidad:
1. Definir metas claras y ambiciosas
Los CFO deben identificar objetivos estratégicos alineados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU. Esto implica priorizar áreas de mayor impacto, como la reducción de emisiones de carbono o la eficiencia energética, estableciendo líneas de tiempo claras para medir el progreso. Aunque las normativas sean mínimas en algunos mercados, actuar desde ahora asegura una ventaja competitiva.
2. Implementar sistemas de monitoreo efectivos
Para que los esfuerzos de sostenibilidad sean efectivos, es crucial establecer mecanismos de seguimiento que permitan evaluar avances, identificar brechas y ajustar estrategias. Reuniones periódicas y herramientas tecnológicas de gestión son esenciales para garantizar que los datos recopilados sean precisos y accesibles.
3. Validación independiente de los datos
Someter los datos de sostenibilidad a auditorías internas y externas no solo garantiza su precisión, sino que refuerza el compromiso de la empresa con la transparencia. La validación por parte de terceros envía una señal poderosa a los inversionistas sobre la seriedad con que se toman los objetivos sostenibles.
4. Comunicación constante y auténtica
Más allá de publicar metas climáticas, los CFO deben garantizar una comunicación fluida y coherente con todas las partes interesadas, desde accionistas hasta la comunidad. Actuar proactivamente antes de que entren en vigor nuevas regulaciones demuestra liderazgo y compromiso genuino.
En un entorno donde las regulaciones en torno a la sostenibilidad aún están evolucionando, las empresas que integren datos ESG de calidad en su estrategia estarán mejor posicionadas para destacarse frente a los inversionistas. Como lo subraya el informe: “La sostenibilidad ya no es un concepto abstracto; es una ventaja competitiva que define el futuro del negocio”.