La importancia de los ensayos clínicos son el descubrimiento de nuevas alternativas de tratamientos, vacunas y estrategias para mejorar la calidad de vida de las personas. Estos ensayos se llevan a cabo en hospitales y clínicas autorizadas por profesionales de la salud entrenados en Buenas Prácticas Clínicas (BPC) y son monitoreados por patrocinadores, comités éticos y la agencia reguladora nacional.
En el Perú, se ha registrado una caída dramática en el número de ensayos clínicos realizados en los últimos 14 años. En el 2009, se autorizaron 134 ensayos clínicos, mientras que en el 2022 solo se aprobaron 35, lo que representa una reducción del 74%. Esta disminución no solo afecta a los pacientes, sino también a alrededor de 1,500 puestos de trabajo directa e indirectamente relacionados.
Viendo esta situación, la Directora ejecutiva de ALAFARPE, Ángela Flores explica: “Existe una importante oportunidad en cuanto a la generación de evidencia clínica en el Perú. Es fundamental trabajar todos en conjunto para tener procesos más ágiles que permitan que el país vuelva a ser competitivo en la materia. Esta actividad beneficia a los pacientes peruanos, especialmente a quienes conviven con enfermedades raras o huérfanas, ya que puede representar una de las pocas opciones de tratamiento.”
En la actualidad existen más de 4,200 pacientes con diferentes patologías, principalmente oncológicas, se encuentran riesgo por la continuidad de su participación en ensayos clínicos. Así mismo, hay cerca de 1,500 puestos de trabajo involucrados directamente en la actividad de ensayos clínicos y otros de manera indirecta.
El beneficio de realizar este tipo de investigaciones trae consigo el intercambio de conocimiento y transferencia de tecnología que permite la actualización continua de los profesionales de la salud que desarrollan esta actividad pero adicionalmente, también es una actividad económica que puede contribuir al incremento de la inversión extranjera en el Perú. En este sentido, “El país podría llegar a percibir más de US$ 50 millones anuales de inversión en investigación (inversión extranjera directa), si se realizara el número de ensayos que podemos conducir con los recursos actuales.” Indicó Flores.
ALAFARPE sostiene que al elevar la política de Estado el interés por los ensayos clínicos requiere la contribución de las instituciones para que puedan adoptar medidas que promuevan la reducción de las barreras burocráticas sería una solución. “Actualmente en el Perú no hay predictibilidad en el número de días para las aprobaciones de estos. Anteriormente los tiempos de revisión y aprobación de los ensayos en el INS oscilaban entre 60 a 90 días, los últimos ensayos clínicos aprobados tomaron más de 400 días, desmotivando la actividad en el país.”, indica Flores.
Se destaca que los ensayos clínicos son fundamentales para hacer frente a situaciones críticas de salud pública, como las pandemias. La colaboración entre la industria farmacéutica, los investigadores y los estados ha permitido desarrollar múltiples alternativas de vacunas, diagnósticos y tratamientos para hacer frente a la pandemia de COVID-19 y salvar vidas en todo el mundo. Los avances científicos y tecnológicos desarrollados son de vital importancia para enfrentar los desafíos de salud pública actuales y futuros.
Por lo tanto, se insta a las autoridades nacionales a tomar acciones que promuevan políticas y normas para facilitar el desarrollo de la investigación clínica en el país, con el objetivo de volver a ser un referente en esta actividad a nivel regional y mundial.
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