La manera de demostrar que algo sirve es comprobar que los resultados obtenidos son aquellos que se habían deseado. En algunos casos, queda también el aprendizaje de la acciones emprendidas, que es muchas veces tan importante como todo el conjunto de conocimientos que los fundamentaron. Esto es lo que ha sucedido con los proyectos que hemos emprendido en los centros de día e integrados, centros de mayores, residencias, apartamentos, que han sumado teoría, experiencia y lo más importante: bienestar para las personas usuarias de esos equipamientos y viviendas.
¿Cuáles son esos resultados que no se tocan con las manos, porque son emociones, sensaciones y bienestar físico, psicológico y emocional?
Son aquellos que se sienten “en el aire”, en el accionar diario y cotidiano de las personas, cambios todos positivos que se van manifestado en las funciones sensoriales, la percepción, la cognición, las emociones, aquellas que preparan a las personas para la acción: y accionar es vivir.
Arquitectura sensible y disruptiva
¿Dónde está la llave para abrir ese cajón donde están las propiedades de los lugares, de la arquitectura para que actúen como conductores innatos de calidad de vida?
La hemos encontrado en un enfoque disruptivo: en la unión de la neurociencia y la arquitectura, que ha permitido incorporar, descubrir, a partir de las investigaciones un conjunto de conceptos: los perfiles neurológicos que hemos sistematizado partiendo de teorías, investigaciones científicas sobre neurología de la conducta espacial1: conocimientos perfectamente fundados a partir de los cuales hemos creado el marco de trabajo:
- A partir de la neurociencia: estudio de las funciones neurológicas, este enfoque va desgranando un listado selectivo de perfiles neurológicos: sensoriales, de la percepción, cognitivos, motores, atención, memoria y emociones.
- Que pudieran, y esto es lo importante, presentar algún tipo de bloqueo en la transmisión de los impulsos nerviosos, esos que aparecen con diferentes grados en el envejecimiento: algunos realmente muy mínimos porque solo son físicos, en las memorias y en la atención, hasta los que presentan mayores dificultades porque hubiera ya alteraciones o enfermedades.
- Un listado complejo que, para cada uno de esos perfiles neurológicos imagina, crea, idea, es decir diseña patrones o escenarios espaciales, adaptados…perfectamente ajustados a las personas en cada una de esas situaciones donde hubiera algún bloqueo de tipo neurológico.
- El resultado: los escenarios espaciales, la arquitectura, son espacios sanos porque están adaptados para que las personas sean más felices y, sobre todo emocionalmente dispuestas a seguir siendo jóvenes, sin esa mirada hacia la edad (edadismo) que se muestra en un espejo estático que altera ánimos y conductas, y al que, tantas veces se le llama enfermedad.
- Un espacio sano reúne determinadas condiciones de partida y esa frase tan manida por muy escuchada “tiene mayores costes” no puede ser la razón de su rechazo: su coste es el mismo, sobre todo cuando se emprende el proyecto desde el momento 0.
- Lo que sí es mayor es el compromiso del diseñador con las personas, su modo de vida, sus valores y su funcionamiento vital, integral.
Enfoque innovador
Se basa en la constatación de que hay que hacer mayores cambios, asegurando la presencia de componentes importantes de diseño porque influyen, sobre todo, en la autonomía, las conductas y los comportamientos de las personas en entornos y edificios.
Conceptos que cimentan sus componentes de: organización, funciones, formas y relaciones partiendo de los desajustes, pequeños o mayores retrasos que el reloj humano presenta el sistema nervioso humano. A través de la estructura y organización de plantas, alzados, secciones, luz natural y contacto con el suelo, con el verde de la vegetación se constata que las personas puedan mantener o recuperar su estabilidad, equilibrio emocional y salud en muchos casos.
¿Cuáles son estas condiciones que, desde la neurociencia, la neurología de la conducta y la neuropsicología hacen que la arquitectura se convierta en un conjunto integrado de coordenadas espaciales que facilitan y aportan salud a la vida del mayor? Las hemos sintetizado aquí, independientemente de la gran variedad de tipologías edificatorias, ya sean residenciales o de equipamientos:
- Romper el efecto laberinto origen absoluto de la confusión en los recorridos y en el conjunto de actividades que se desarrollan en espacios abiertos y cerrados.
- Mantener el contacto con el suelo, intentando reducir el número de alturas, aun sabiendo que no siempre será posible, pero si deseable;
- Evitar largos y estrechos pasillos, esto es no solo deseable sino necesario;
- Orientar, direccionar, informar, anticipar, facilitar el desenvolvimiento espacial;
- Facilitar con la orientación -norte sur- de los espacios y la luz natural el contacto con el paso del tiempo, con los horarios de su agenda de actividades;
- Introducir patios interiores para mejorar la entrada de luz, el contacto con el verde y las actividades al aire libre.
- Romper la angustia de lo desconocido evitando las encrucijadas en los encuentros espaciales y dando soluciones si las hubiera. Colocar “memorias”, externas y direccionales para conducir…
- Crear insólitos espacios para disfrutar del ejercicio físico, solos o en compañía de sus grupos de afiliación en exterior e interior. Y para el disfrute de la cultura, el cine, los libros el teatro.
- Ayudar a recordar o recrear movimientos: la ruta directa de activación cerebral, muchos de los cuales se pudieran haber olvidado con la aparición de las apraxias.
- Reducir la presión de instrumentos abstractos de información: señales y paneles y acercar las imágenes a los usuarios a sus emociones positivas.
- Crear espacios multifacéticos y estructuras para ser utilizadas simultáneamente por diferentes edades: recreación, juegos, biblioteca, cultura, cine y teatro.
- Y otros… En fin…todo un reto, pero en el que seguimos investigando, trabajando y compartiendo.