La igualdad de género se ha convertido en un eje fundamental para lograr el progreso sostenible y enfrentar los desafíos globales. Más allá de ser un objetivo en sí mismo (ODS 5), su impacto transversal en todas las metas de la Agenda 2030 posiciona a las mujeres como agentes clave en sectores estratégicos como la economía del cuidado, las energías renovables y el liderazgo empresarial.
Especialistas coinciden en que garantizar los derechos de las mujeres no solo promueve la justicia social, sino que también dinamiza la economía y fortalece la resiliencia de las comunidades. Margarita Ducci, directora ejecutiva de Pacto Global Chile, subraya que la diversidad de género en la toma de decisiones permite abordar los problemas desde perspectivas complementarias. “Las mujeres aportan miradas únicas que enriquecen las soluciones, haciéndolas más innovadoras y efectivas. Promover la equidad no solo reduce la pobreza, sino que impulsa el crecimiento inclusivo y sostenible”, afirma.
Un área crítica es el trabajo no remunerado. En América Latina, las mujeres dedican más del triple de tiempo que los hombres a labores de cuidado, limitando sus oportunidades laborales. Según Francisca Jünemann, presidenta de Fundación ChileMujeres, este trabajo es invisible pero esencial para la economía. “Sin el cuidado en los hogares, no sería posible sostener la productividad del país”, enfatiza. Jünemann destaca la necesidad de fomentar la corresponsabilidad en el hogar y promover políticas laborales flexibles que permitan a hombres y mujeres compartir las tareas de cuidado de manera equitativa.
Otro ámbito prometedor es el de las energías renovables, especialmente la industria del hidrógeno verde. Este sector emergente tiene el potencial de reducir las brechas de género al integrar talento femenino desde su inicio, promoviendo un enfoque sostenible. “Las mujeres pueden liderar esta transición hacia un modelo energético más limpio, aportando innovación y sostenibilidad”, sostiene Jünemann.
El liderazgo femenino también juega un rol crucial. Aunque Chile lidera en América Latina con un gabinete compuesto mayoritariamente por mujeres (58%), aún persisten desafíos para garantizar una participación equitativa en todos los niveles de decisión. Ducci y Jünemann coinciden en que las mujeres en posiciones de poder deben abogar por cambios estructurales, como políticas laborales inclusivas, igualdad salarial y sistemas de cuidado robustos que beneficien a toda la sociedad.
En el ámbito empresarial, Marcela Salas, gerenta de Sostenibilidad de SMU, destaca que incluir mujeres en posiciones de liderazgo enriquece la visión estratégica y contribuye a la sostenibilidad organizacional. “Las mujeres aportan una perspectiva integral que resulta esencial en un contexto global caracterizado por la complejidad y el cambio constante”, señala.
El camino hacia un futuro sostenible pasa necesariamente por empoderar a las mujeres y garantizar su participación plena en todos los ámbitos. La igualdad de género no es solo un principio ético, sino una estrategia indispensable para construir un mundo más inclusivo, resiliente y próspero para todos.
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