Pese a esta premisa, existe un consenso entre los científicos, comunidades y estados que, si no modificamos nuestra visión de desarrollo del planeta e iniciamos procesos de mitigación de los daños provocados durante siglos, ponemos en grave riesgo el futuro de nuestro hogar.
Ser conscientes de este cambio de mentalidad es algo fundamental. Según la Organización Meteorológica Mundial (OMM), los fenómenos extremos no sólo seguirán este 2017, sino que los resultados de diversos estudios indican que el calentamiento de los océanos podría ser mayor de lo que se creía. A esto se le suma el rápido aumento concentración de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera.
Algunos de estos elementos han provocado que gran parte de nuestro país presente un estado de escasez hídrica, incluidas ciertas comunas de la zona central, donde la población ha decidido emigrar a otras ciudades.
La Corporación Nacional Forestal (Conaf) indica que el 72% de la superficie de Chile sufre de sequía en algún grado. Incluso, se muestra que 156 de las 345 comunas del país presentan riesgo de desertificación, amenaza que podría afectar a más de seis millones de habitantes (38% de la población).
La acción humana, sumada a factores climáticos como aumento de la temperatura y la baja de precipitaciones, ha influido directamente en la reducción o pérdida de la producción biológica y económica de nuestro planeta.
Para contrarrestar estos problemas, la Conaf ya presentó el Programa de Acción Nacional de Lucha contra la Desertificación, la Degradación de las Tierras y la Sequía, a implementarse entre 2016 y 2030. Esta iniciativa busca generar sistemas permanentes de monitoreo de distinta índole, para poder anticiparse a los efectos del Cambio Climático.
El desarrollo sostenible de nuestro planeta es un trabajo de todos. Por ello, modificar las acciones humanas que impactan negativamente al medioambiente se hace una necesidad imperiosa. Celebremos esta fecha y respetemos la Tierra aportando nuestro propio granito de arena.