Esta claro, y basado en varios estudios, que tener gente diversa y de distintos orígenes trae valor a las empresas. Cuando uno comienza a revisar el efecto de la multiculturalidad en su empresa en más detalle, es decir, cómo afecta tener gente proveniente de diversas partes del mundo y trabajando juntas, qué beneficios trae y qué otros factores debo tener en cuenta, se torna un elemento sumamente interesante de analizar, donde el punto de partida es si estamos preparados como sociedad (y empresa) para esto.
Las cosas han cambiado, eso es algo evidente. Hasta hace un tiempo no era muy común tener compañeros de trabajo de tan diversas nacionalidades y, en general, sabíamos que en el país estaban viviendo muchas personas provenientes de Argentina, Perú o Bolivia, pero no necesariamente nos topábamos con ellas en el trabajo.
Mirando el tema desde la ‘otra vereda’, ¿cómo será para esa persona llegar a trabajar a otro país, donde su cultura es totalmente distinta, la forma de relacionarse cambia y, más encima, debe ser “aceptado” por sus compañeros? Seamos francos, en Chile no somos muy receptivos hacia otras nacionalidades, al menos no laboralmente.
Si analizamos bien el tema de “encajar” en un ambiente de trabajo para un extranjero, de manera políticamente correcta uno puede dividir la responsabilidad en ambas partes, tanto el colaborador como la empresa: el primero debe poner esfuerzo y ganas, mientras que la compañía debe generar las instancias correctas. Pero, si uno va más allá esto puede no ser suficiente, entonces, ¿cómo podemos congeniar y partir de buena forma una relación que nos lleve a un resultado positivo en el tiempo? La respuesta me la dio… EL FUTBOL!
A pesar de no ser un gran futbolero, algo si está claro: cuando llega alguien nuevo al barrio, al colegio, o a cualquier grupo social, ir a jugar un partido de fútbol o sólo comentar alguno abre muchas puertas. En general, el deporte es como el lenguaje universal donde las culturas se unen y pueden participar y aportar cada uno desde su individualidad. ¿Por qué se da esto? ¿Qué factor permite que esto suceda?
Este tipo de actividad deportiva y, en general el deporte en sí, cuenta con reglas claras y genera un espacio donde podemos compartir algo entretenido en un marco de respeto. En términos generales, sabemos a qué atenernos, cómo actuar y qué esperar del otro. El fútbol en sí se transforma en un espacio cultural definido, que nos permite desenvolvernos, aportar, participar -independiente de donde vengamos-, con tranquilidad y entusiasmo.
Las empresas que quieran prevalecer y sacar el mejor provecho, no sólo de la multiculturalidad, sino de una apertura total y consciente de integración, deben tener sus reglas claras, definir su rumbo y modelar la cultura deseada, esto es un código común que sea entendida transversalmente por toda la organización. Así, pueden trabajar de mejor forma con las personas que llegan y ver como son un aporte a la cultura definida, moldeando desde ahí el crecimiento futuro.
De lo contrario, el “nuevo” va a ser presa de una cultura definida por las mismas personas: “no hables con el jefe que es mal visto”, “no preguntes mucho que te arriesgas”, “no propongas ideas que se enojan”. Todo esto puede desencadenar un freno para su desarrollo y el de la empresa, simplemente, porque a nivel general no estamos tomando definiciones globales que precisen el cómo operar y nos ayuden a participar del partido, y ganarlo!