Según un estudio presentado por la carrera de Nutrición y Dietética de la Póntifica Universidad Católica de Chile (UC), han aumentado en un 30% las consultas asociadas a Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) en adolescentes durante la pandemia.
Alejandra Espinosa, académica de la carrera de Nutrición y Dietética UC, explica que este aumento se debe en parte al estrés, el aislamiento, la hiperconectividad a redes sociales y el contacto con influencers nocivos en etapas en que se define la identidad. “Estos trastornos son multicausales, influyendo factores genéticos, neurocognitivos, psicológicos y ambientales. Y algunos de los factores de riesgo más comunes son la preocupación excesiva por la apariencia en el entorno cercano, las conversaciones negativas relacionadas con el cuerpo, la insatisfacción corporal, el antecedente de hacer dietas, la disfunción familiar y el abuso sexual durante la infancia” señaló. La académica precisa también que, en Chile, la prevalencia de riesgo a padecer trastornos alimentarios en una población adolescente ha mostrado cifras entre 7,4% y 12%, con mayor prevalencia en mujeres.
Si bien estos trastornos se asociaron por muchos años a países desarrollados, actualmente se han detectado en diversos países, sin importar el nivel de desarrollo y cultura. Asimismo, estos cuadros predominan en mujeres adolescentes y jóvenes; sin embargo, en los últimos años se ha visto un aumento en la incidencia en hombres y aumento generalizado en todos los grupos etáreos, apareciendo a edades cada vez más tempranas.
Los TCA más frecuentes en la adolescencia son Anorexia Nerviosa (AN), Bulimia Nerviosa (BN), Trastorno por Atracón y Otros Trastornos Alimentarios y de la Ingestión de Alimentos Especificados (Trastornos por purgas, trastorno por atracón de frecuencia baja y/o tiempo limitado, entre otros). A nivel internacional, algunos estudios recientes, refieren la prevalencia reportada en adolescentes para anorexia y bulimia entre un 1 y 3%, y en Chile una prevalencia de 3,8% en adolescentes de nivel socioeconómico bajo de Santiago.
En esta misma línea, Jorge Álvarez, Psiquiatra de la Unidad de Trastornos Alimentarios UC, plantea: “sería un error considerar los TCA como una moda, una etapa normal de la adolescencia o un asunto de vanidad. Los TCA son enfermedades mentales, que implican un sufrimiento emocional intenso para quienes los padecen y que requieren del apoyo familiar para su recuperación.
“El aislamiento social, la exposición a las redes sociales, mayor información -o desinformación- debido a la exposición a influencer dedicados a temas de la imagen corporal o de estilos de vida (falsamente) saludables, colaboran en la agudización de la vulnerabilidad especialmente de jóvenes en situación de encierro, con poco contacto social, y altamente inseguros respecto de sí mismos, en cuanto a su apariencia y su identidad. Estamos viviendo la tormenta perfecta para que las cifras de trastornos alimentarios sigan en alza”, comenta la especialista en nutrición.
En este contexto, el especialista de salud mental añade, “es muy relevante estar atentos a lo que sucede con nuestros hijos o familares cercanos. Comer en familia es un buen momento para pesquisar y prevenir trastornos de la conducta alimentaria, así como los padres ser un modelo en relación a la alimentación, comentarios positivos relativos a la imagen corporal, neutralidad en relación al peso corporal, tener acceso a alimentos diversos, participar todos en la preparación de alimentos y centrar la belleza y los valores personales más allá de las apariencias”.