Para garantizar educación parvularia a niños y niñas que permanecen junto a sus madres, Integra cuenta con salas cuna en recintos penitenciarios en las ciudades de Arica, Iquique, Valparaíso y Santiago.
En Chile la ley permite que los hijos de mujeres privadas de libertad puedan permanecer junto a sus madres hasta que cumplen 18 meses de vida, con el fin de mantener el vínculo materno. Sin embargo, viven esta primera etapa de sus vidas al interior de una cárcel, donde no siempre se dan las condiciones para el desarrollo pleno de los niños. Para responder a esta necesidad, Integra y Gendarmería han implementado salas cuna al interior de recintos penitenciarios femeninos en Arica, Iquique, Valparaíso y Santiago.
Una de ellas es la sala cuna Rayito de Sol, ubicada en el Centro Penitenciario Femenino de Santiago, en el mismo recinto en el que el Papa Francisco, durante su primera visita a Chile, se reunió con mujeres que cumplen sus condenas en ese lugar. Con capacidad para 22 lactantes, niños y niñas participan de un programa educativo acorde a su etapa de desarrollo, donde además reciben una alimentación especialmente planificada para fomentar un crecimiento sano.
De esta forma, en este y en los otros tres recintos penitenciarios donde funciona esta modalidad, se amplía el mundo de experiencias en un ambiente enriquecido tanto desde el punto de vista físico como humano, fortaleciendo también las habilidades parentales de las madres.
Educando las emociones
Respetando las particularidades de la condición en la que se encuentran las madres y los niños, la sala cuna Rayito de Sol desarrolló su Proyecto Educativo Institucional (PEI) sobre la base de la educación emocional a través de la pedagogía de Emmi Pikler, propiciando la exploración y el libre movimiento con el fin de promover el bienestar, aprendizaje y desarrollo integral de niños y niñas.
“Reforzamos el vínculo madre-hijo en lo cotidiano. Tenemos la ventaja de tener a las mamás en el mismo lugar, lo que nos permite incorporarlas en diferentes momentos de la jornada (de 8:30 a 16:30 horas), como por ejemplo a la hora del almuerzo o del baño”, explica Carolina Ubilla, directora de la sala cuna Rayito de Sol.
Además de Carolina, cuatro agentes educativas y una auxiliar de servicio trabajan directamente con los niños y sus familias, en una modalidad que cumple con las mismas características de una sala cuna convencional, con un trabajo orientado a fortalecer el rol parental de las familias a fin de potenciar el bienestar, aprendizaje y desarrollo integral de niños y niñas.