Para el Consorcio I+D Vinos de Chile, ¿qué significa implementar la sustentabilidad en el sector vitivinícola?
Integrar la sustentabilidad implica, entre otros, un compromiso en la adopción tarde nuevos modelos de gestión en el proceso productivo y una nuevoa forma modo de relacionarse con los distintos grupos de interés implicados en la cadena y en el ciclo de vida de la producción del vino.
Este último año Vinos Chile ha incrementado el número de viñas certificadas en el Código de Sustentabilidad. ¿Qué motiva a las empresas vitivinícolas a incorporar prácticas sustentables?
Las motivaciones son diversas, aunque te diría que principalmente responde al compromiso de las viñas con la sustentabilidad, que es uno de los pilares estratégicos de Vinos de Chile. También está el hecho de formar parte de una iniciativa impulsada por la industria y tener un reconocimiento a su trabajo. En este sentido, aunque depende de cada viña, hay un tema también de reputación y posibilidades de algunos mercados que se han abierto a través de reconocimientos internacionales del Código. Básicamente la motivación está en la organización, el compromiso y los aspectos comerciales.
De esta manera, todos los productores y empresas vitivinícolas que se están certificando ya tienen un mercado más asegurado de cara al futuro…
Nosotros hemos tratado de no relacionar tan directamente la certificación con el hecho de asegurar mercados, sin embargo estar certificado te abre oportunidades comerciales y te ubica en la línea de lo que los mercados están demandando. Si bien es cierto, las oportunidades comerciales se han dado poco a poco. Por eso, hemos puesto el énfasis en la importancia que tiene el poder identificar riesgos ambientales y sociales y en que este hecho les da más credibilidad y reputación a las empresas. Es decir, junto con el potencial de ganar diferenciación en los mercados, logramos un posicionamiento y una reputación distintos.
La reputación y el mejor posicionamiento respecto a la competencia serían el resultado de la implementación de buenas prácticas…
Claro, es una mezcla de todo porque el Código de Sustentabilidad apunta a la implementación de prácticas en tres áreas: verde, roja y naranja. El área verde hace referencia a los viñedos; la roja a las bodegas y plantas de embotellado; y la naranja a la parte social, que involucra a la empresa de forma general.
De estas tres partes del Código de Sustentabilidad, ¿cuáles son, digamos, las más dificultosas a la hora de implementar?
Depende de la situación de cada empresa. Hay empresas que están mucho más consolidadas en su estrategia y que ninguno de los puntos le genera un reto mayor, pero hay otras empresas, las menos afortunadamente, que requieren mejorar para cumplir incluso con la normativa nacional. De repente, hay empresas pequeñas y medianas que, por ejemplo, en temas de reciclaje y tratamiento de residuos pueden tener una dificultad.
La parte social, efectivamente es un área que requiere cambios de la cultura organizacional mayor. Por lo tanto, si una empresa no había partido antes con los requisitos del tema social, trabajadores, comunidad, marketing, consumo responsable, temas laborales, etc., tendrá más dificultades a la hora de implementar el Código. Si estos temas no los tenía trabajados antes, puede ser difícil porque no se resuelven de la noche a la mañana.
¿Cuántas empresas están certificadas actualmente con el Código de Sustentabilidad?
A la fecha de hoy tenemos 57 empresas certificadas. En este sentido, es importante remarcar que nosotros no apuntamos a la certificación directa del vino como producto, sino que certificamos la gestión de la empresa. Como decía, actualmente tenemos 57 viñas, una cifra que representa cerca del 70% de las exportaciones de vino embotellado chileno.
¿Qué expectativas tienen sobre las certificaciones en 2016?
Siguiendo la tendencia, debiera aumentar el número de viñas certificadas. El certificado que se otorga con el Código de Sustentabilidad tiene una duración de dos años. Así, cada dos años se hace una evaluación por parte de una empresa externa, pero es obligatorio realizar auditorías internas anuales.
Con 57 viñas certificadas, el Código de Sustentabilidad ya es un referente en Chile y hay nuevas solicitudes de viñas para unirse a esta iniciativa.
¿Se les facilita apoyo a las organizaciones cuando se quieren certificar?
El apoyo que les ofrecemos les llega en forma de guías de implementación porque, en cualquier proceso de certificación, el tema documental requiere mucho trabajo. Por eso, las guías de implementación contienen toda la información con los documentos y formatos de registro de todos los requisitos que se requieren para certificarse. Por ejemplo, si una empresa no tiene registro de algunos requisitos, pueden tomar los documentos de la guía de implementación, usarlo, adaptarlo y, de esta manera, se les facilita el trabajo documental previo a la certificación.
De cara a este 2016, ¿qué nuevos desafíos en materia de sustentabilidad existen para Vinos de Chile en el consorcio?
Junto con el Código, también tenemos una batería de proyectos de I+D en áreas de cambio climático, geología, uso de plaguicidas, responsabilidad social, gestión sustentable del agua, energía renovable no convencionales, biodiversidad, etc.
Creo que este año es un año de desafíos, es el momento de transferir los resultados de los primeros proyectos que empezaron a terminar. Por ejemplo, ya terminamos la estrategia de responsabilidad social. Respecto al Código de Sustentabilidad, el desafío está en aumentar lo máximo posible la cantidad de viñas certificadas y aprovechar otras instancias y foros internacionales para difundir todo lo que hemos logrado. Hasta ahora hemos difundido el Código de Sustentabilidad, pero debemos promocionar mucho más esta idea nuestra, que está funcionando y que puede otorgar un nuevo aspecto diferenciador a los vinos chilenos.