¿Cómo surge la necesidad de elaborar un Modelo de Valoración de Proveedores Sostenibles?
La necesidad surge por una iniciativa interna, pero también por el requerimiento de los clientes. Trabajamos para muchas compañías que participan en iniciativas de sustentabilidad de Dow Jones o Global Reporting Initiative y llevamos sus memorias de sustentabilidad. Todas estas iniciativas ahondan cada vez más en nuestra cadena de abastecimiento y, como somos la empresa que se encarga de gestionar y validar toda la información de los proveedores, hay un elemento muy importante que es la sustentabilidad. De ahí surge ese acercamiento con Forética para identificar los indicadores clave o relevantes para clasificar a los proveedores en materia de sustentabilidad.
¿Cuándo se elaboró este modelo?
Hace unos 5 o 6 años
¿Qué metodología sigue?
En primer lugar, requerimos cierta información al contratista en una sección específica en materia de responsabilidad social. Lo solicitamos haciendo preguntas sobre sus políticas internas, si están adheridas a alguna iniciativa como Global Compact, o si tienen iniciativas o participan en algún programa tanto global como local.
Este modelo tiene en cuenta criterios de comunicación, liderazgo, diálogo y sistemas de gestión. Con las preguntas que realizamos se clasifica a los proveedores en A+ (están por encima de la media), A (tienen una puntuación dentro de la media) o B (están por debajo de la media). Además, se genera una estadística donde se establecen los rangos sobre donde está cada grupo de empresas y su posición.
¿Cuáles son los aspectos que más se valoran en este modelo o que más valoran las organizaciones?
Hoy en día las organizaciones están preocupadas por identificar si tienen una política normativa interna en materia de RS. Obviamente también se valora si elaboran memorias de sustentabilidad, si está basado en el Global Reporting o si tiene otro estándar y, finalmente, si pertenecen al Pacto Mundial de Naciones Unidas.
Recopilar toda esta información también les sirve a los proveedores para elaborar el informe de sostenibilidad. Además, con la llegada del modelo G4 se está poniendo el énfasis en los proveedores…
Con el modelo G4 hubo un impulso muy fuerte donde los principios se establecen con más evidencias en la parte de sustentabilidad. Nosotros mantenemos la información en una base de datos y los clientes una vez al año nos piden extraer toda esta la información y la integramos al reporte G4. También hay empresas con la que trabajamos que, por ejemplo, están dentro de la iniciativa de Líderes de Sustentabilidad de Dow Jones y por tanto también la integran ahí.
¿Qué diferencias encontráis en los aspectos de valoración o entre las organizaciones de los distintos países o sectores?
En primer lugar, cabe destacar que hay ciertos sectores que todavía no tienen esta preocupación por contar con proveedores sostenibles, pero hay otros más preocupados por este tema.. Por ejemplo, los sectores que más interés ponen son el de las Tecnologías de la Información y sectores como los de concesiones, que son los que tienen un mayor desarrollo.
Si hablamos de países, quien está a la cabeza de esto es España. En Latinoamérica estamos comenzando poco a poco a implantarlo, tenemos un buen avance en el sector petrolero con un mayor interés sobre temas de sustentabilidad, y también en el sector minero. Sin embargo, hay otros sectores no existe esa motivación, por ejemplo, en transporte o construcción todavía están muy ocupados en temas de seguridad y salud ocupacional en vez de en temas de RSE.
¿Cómo beneficia este modelo a los diferentes actores de la cadena de suministro?
En primer lugar hay que pensar que el paradigma de compra ha cambiado. Antes, el consumidor buscaba comprar y hacerlo barato, pero hoy en día estamos viendo un modelo de compra sustentable porque hay ciertos riesgos implícitos en a quien compras o contratas: riesgos reputacionales, financieros, etc.
Este paradigma ha cambiado y está cambiando cada vez más en Latinoamérica. En España, en el Reino Unido o en otros países donde estamos eso ya está muy asumido. La realidad es que el comprador no solo se fija en el ahorro, sino que piensa en el daño que puede causar si está contratando a una empresa o comprando un equipo que no cumple ciertos estándares.
En cuanto a los proveedores, me parece que eso aún no pasa por la mente de los proveedores de Latinomaérica. Lo que vemos, comparado con los indicadores en Europa, es que las empresas que desarrollan iniciativas no lo toman como un atributo para mostrar al público. Hoy en día, el concepto de proveedor sustentable, proveedor que tenga políticas de responsabilidad social, tiene un valor más para la memoria de sustentabilidad que para el proceso de compra y contratación. Todavía no he visto una base de licitación donde se identifican ciertos criterios para tomar la decisión de contratar a alguien.
Desde vuestra experiencia, ¿cómo se podría ayudar a las organizaciones para cambiar la visión de los proveedores?
En primer lugar es importante integrar el concepto de proveedores sostenibles dentro de las políticas de sustentabilidad. En segundo lugar, integrarles también dentro de los procesos de compra y contratación. Además se trata de un trabajo conjunto donde muchas veces las empresas deben entender muy bien cómo funcionan las compañías proveedoras. Y después están sus prácticas, es decir, ir más allá del proveedor y conocer también cómo opera, pero hoy este tema aún no está encima de la mesa en Latinoamérica.
¿Consideras que falta entonces un diálogo más profundo y un trabajo conjunto entre comprador y proveedor?
Así es. En este sentido, lo que sucede con nuestro indicador es que lo piden empresas que tienen filiales aquí y que les interesa mucho porque así capturan lo que está sucediendo en los demás países de Latinoamérica, pero realmente no tenemos empresas locales a las que les interese. La única que está mostrando interés en este aspecto es el sector de las telecomunicaciones, en Latinoamérica en general.
En relación a este modelo, ¿cómo se ven las organizaciones al implementarlo?, ¿cómo se ve modificada la relación en la cadena de suministros?
El Modelo de Valoración de Proveedores Sostenibles permite introducir una variable muy importante. Si tenemos en cuenta el ciclo de vida de un contrato, todo este proceso te puede impactar en muchas partes. Por ejemplo, cuando vaya a calificar puedo establecer qué empresas cumplen con una nota, ranking o indicador mínimos para participar en el momento de la licitación.
Después, durante la vida del contrato, sobre todo para contratos grandes o largos, a lo largo del tiempo, se pone el foco monitoreo para ver cómo se está desarrollando la compañía. En resumen, nos encontramos con estas tres “fases”: precalificación, licitación y monitoreo.
¿El monitoreo lo hacen los organizaciones o vosotros?
Nosotros vamos actualizando la información continuamente y eso hace que cambie el indicador y pueda modificarse. Por ejemplo, puede pasar que una empresa que seleccionaste tuviera un indicador A+ en ese momento y que pase a B por alguna circunstancia y eso se notifica.
¿Elaboráis comunicados o informes con resultados a nivel de país o sectores?
Se elaboran esos resultados y es lo que utilizan las empresas para cargar lo que es la memoria de sustentabilidad, incluso para los requerimientos que nos han pedido. Tenemos compañías que lo han pedido de una forma mucho más recurrente que una vez al año. Para ciertos sectores con un estado muy crítico, todo esto lo solemos complementar con auditorías que incluyen un cuestionario de sustentabilidad para ir identificando esos riesgos.
Desde vuestro punto de vista, ¿cómo está funcionando la sustentabilidad en Chile? ¿Cómo crees que las organizaciones deben comunicar los avances en sostenibilidad y cómo los hacéis vosotros?
Yo creo que esto tiene que ser algo conjunto, se trata de algo público-privado. La realidad de un país como Chile es que cuenta con compañías extranjeras con altos estándares internacionales, pero también está el entorno público donde hay otras iniciativas y a su vez existen otros áreas, como el de los proveedores. En nuestro caso, ¿qué aportamos a esta realidad? Actuamos como un canal de comunicación para ciertas iniciativas y por supuesto…(faltó información).
¿Se le da feedback sobre su puntuación a los proveedores?
A día de hoy no, es algo que queremos potenciar. Creo que una herramienta muy importante para un proveedor puede ser su comparativa: saber qué nota tiene para que pueda compararse y que esto implique un elemento de mejora para ir midiendo a lo largo del tiempo.
En materia de sostenibilidad, ¿cuáles son los próximos pasos de Achilles?
Nuestro próximo paso es Implantar estos modelos en el sector petrolero y en minería. De hecho, ya tenemos un plan de trabajo, venimos desarrollando ya los cuestionarios específicos para aplicar el mismo modelo o similar al modelo que desarrollamos con Forética, pero adaptado a las necesidades locales. Hemos empezado en México y Perú ya estamos con una compañía minera con los cuestionarios. Los próximos serían Colombia, Brasil y Chile.
¿Cuáles crees que son los retos en RSE en Latinoamérica?
Un tema que creo que no ha llegado mucho a Latinoamérica es el mapeo de la cadena de suministro. Trabajamos para compañías de alimentos de consumo masivo e industria de automoción, donde la necesidad de identificar donde están los proveedores y los proveedores de los mismos, es muy importante. Por ejemplo, hay varias geografías donde el cumplimiento respecto a derechos humanos u otros aspectos no es tan alto, son países de alto riesgo.
En segundo lugar, hay ciertas actividades o ciertos sectores que son más proclives a esta situación. Dentro del ámbito del consumo masivo, las compañías que venden estos productos normalmente recurren a productores de países asiáticos, donde hay un alto riesgo que no haya ese mismo respeto a derechos humanos o cualquier otro aspecto. Aquí falta eso, sobretodo en este entorno donde estamos en compañías que tiene proyectos de reducción de costos, que algunas veces viene orientada a buscar proveedores más baratos. En este sentido, el mapeo es un ámbito muy importante en el que hay que avanzar.