Explíquenos los antecedentes del Consejo Estatal de Responsabilidad Social para el Desarrollo Sostenible.
La idea se inicia en Río+20. Al llegar nos dimos cuenta de que había una serie de temas tremendos que abordar y junto con el ahora embajador de Chile en Suiza, José Luis Balmaceda, comenzamos a reflexionar sobre qué impronta podíamos llevar a ese evento y cuál podríamos traernos. Elegimos dos temas: por un lado, uno vinculado a la Responsabilidad Social Empresarial y que es la necesidad de crear una institución permanente que viniera del Estado y propusiera políticas públicas; por otra parte, nos fijamos en el principio 10 de la Declaración de Río del 1992 en la que se hacía referencia a la participación, la información y el acceso a la justicia ambiental. En este último aspecto, generamos una iniciativa regional para lograr un instrumento parecido al Convenio de Aarhus.
¿Cómo evolucionó la idea de crear esa institución pública permanente?
Recogimos las ideas que se corresponden con los párrafos 46 y 47 del documento final de Río, las trabajamos y regresamos a Chile con el convencimiento de que como cancillería teníamos que ocuparnos de velar por nuestras obligaciones internacionales y nuestras responsabilidades al respecto.
A la luz de esos dos párrafos, empezamos a trabajar para generar una entidad pública de carácter permanente, lo que tuvo varias vicisitudes. Para hacer el recorrido largo un poco más corto, nos asociamos con el Ministerio de Economía y hablamos con actores del ámbito académico, entre otros, para establecer un consejo que fuera lo más inclusivo y que representara a todos los actores nacionales, no sólo el sector público, también la academia, la sociedad civil, los sindicatos y las grandes patronales.
Logramos construir este consejo en 2013 con la anterior Administración. Existe un decreto que pone de relieve toda la normativa incluyendo el objetivo que nos anima. Es importante destacar que nos guían los instrumentos internacionales que disponen las organizaciones más significativas en la materia: Pacto Global, OIT, OECD, Principios de Derechos Humanos y la ISO 26000. A la luz de estos cinco instrumentos que nos rigen, establecimos el consejo como órgano que asesora al Ministro de Economía y que tiene sus reglas de operación. Es inclusivo y fue muy bien acogido por todos.
¿Cree que la RSE debe ser voluntaria?
Para nosotros la obligatoriedad está en predicar con el ejemplo. Es obligatorio que las empresas del Estado hagan lo propio y realicen sus informes de Sostenibilidad comparables internacionalmente. Para las empresas privadas es voluntario.
¿Por qué esa denominación? ¿Cómo ven la relación de la RSE con el desarrollo sostenible?
Nos parecía fundamental esa visión de transitar hacia el desarrollo sostenible. Le da un sentido y coloca a la Responsabilidad Social como uno de los mecanismos para transitar hacia este desarrollo donde los tres pilares estén en equilibrio. Generamos muy buen relato, ahora tenemos que ver si las recomendaciones que surgen de esta entidad se ponen en práctica. No tengo duda, pero habrá que verlo. Eso ya no es nuestro resorte. Podemos ayudar y apoyar pero la puesta en práctica corresponde a la actual Administración. Lo positivo es que tenemos un órgano inclusivo, con un relato y en el que hay un entendimiento entre los miembros, que son el espejo de nuestra sociedad.
¿Por qué es importante apostar por la RSE?
Hay que hacer es un trabajo de convencimiento. La RSE es un círculo virtuoso. Genera lealtades por parte de los trabajadores y empleados que ven que sus empresas se comportan responsablemente. Y también en los inversionistas que no van a invertir en empresas que no tienen una política de RSE desarrollada y que no reportan.
¿En qué situación se encuentra la RSE en Chile?
Chile está en buen pie, tenemos varias empresas líderes. Se pueden asociar más empresas a esta visión pero las grandes lo hacen porque están convencidas que el mundo transita hacia este entorno de responsabilidad y Sostenibilidad. A la luz de hacia dónde va el mundo, cada vez más competitivo por la globalización, el factor Responsabilidad Social y las distintas certificaciones que de ahí se derivan son fundamentales para las empresas y para el país. Somos un país en desarrollo que depende de un comercio exterior, por lo que es importante tener esta visión.