Corresponsables Chile entrevistó al presidente de la Fundación Dinero y Conciencia, Joan Melé, quien habló sobre el rol que deben cumplir los bancos y el sector inversionista en la construcción de un mundo más responsable, sostenible y humano.
Joan Melé es uno de los principales portavoces del concepto de banca ética a nivel iberoamericano y cuenta con más de 35 años de experiencia en el sector bancario. Fue subdirector general de Triodos Bank en España, miembro de su Comité ejecutivo y vicepresidente de la Fundación Triodos. En enero de 2015 renunció a su cargo para promover la banca ética por América Latina y dedicarse de lleno a su labor divulgativa sobre temas de economía consciente, empresas sostenibles y educación en valores.
EL ROL DE FUNDACIÓN DINERO Y CONCIENCIA
Cuéntanos de qué se trata la Fundación Dinero y Conciencia
La Fundación Dinero y Conciencia quiere promover un uso responsable del dinero en América Latina a través de la creación de una banca ética. Queremos promover una economía más humana cuando se compra, ahorra y se dona. Por ejemplo, queremos que las personas tengan mayor acceso a los productos orgánicos y que existan una mayor cantidad de empresas que aspiren a ser parte del Sistema B.
La Fundación también tiene como misión velar por el comportamiento ético de los bancos e instituciones inversionistas que trabajan con nosotros. Por dar una referencia, en Chile trabajamos con Doble Impacto, organización que está en proceso de convertirse en un banco pro sostenibilidad.
Lo que nosotros hacemos es velar que ellos y otras instituciones asociadas actúen de acuerdo a los principios éticos y a los criterios de rentabilidad que proponemos. Este esfuerzo es señal del movimiento humano y consciente que queremos construir entre empresarios, inversionistas y consumidores.
¿Cómo surgió la Fundación?
El modelo que estamos desarrollando en Chile y Latinoamérica es a imagen y semejanza de lo que hicimos en Europa y particularmente en España: el modelo de Triodos Bank. Éste es un banco de referencia a nivel mundial en banca ética que entrega todos los servicios bancarios necesarios.
Triodos Bank también cuenta con una fundación propia que vela por los principios y los criterios de rentabilidad.
Yo formé parte del equipo directivo de Triodos Bank y ahora estoy ayudando a diseminar su modelo en América Latina en mi condición de presidente de Fundación Dinero y Conciencia. El modelo de Triodos Bank ha contribuido a promover la producción y el consumo responsable, uno de los Objetivos Desarrollo Sostenible establecidos por Naciones Unidas. Buscamos acomodar el modelo a la realidad de cada país latinoamericano en el que participamos, incluyendo Argentina, Brasil, Chile y Colombia.
Hay otros modelos de banca ética que son interesantes, pero a nosotros nos parece que este es el más moderno, exitoso y responsable.
¿Qué proyectos o actividades han desarrollado a través de la Fundación?
Tenemos muchos proyectos a nivel latinoamericano. Los lectores pueden ingresar a la página web de Doble Impacto para revisar las iniciativas que impulsamos en la región. No quiero citar uno o dos ejemplos para no dejar de lado a otros. Lo que si te puedo decir es que hemos dividido los criterios de inversión en tres grandes sectores: cultural, social y medioambiental.
Apoyamos proyectos que aporten valor a al menos una de estas áreas genéricas de desarrollo. A nivel específico, Doble Impacto ha identificado en Chile más de 74 subáreas financiables. Nos queremos involucrar en cada una de estas áreas porque la banca tradicional aún no los conoce bien o no les interesa por sus expectativas de rentabilidad. Muchos bancos buscan la rentabilidad máxima y no se inclinan por la rentabilidad suficiente porque no cuentan con información.
Nosotros tenemos expertos en cada uno de estos sectores y eso nos da una ventaja comparativa para avanzar en proyectos que aporten valor y promuevan la sostenibilidad. Al presentar estos antecedentes, también estamos contribuyendo a recuperar el oficio de banquero, es decir, aquella persona que prevé, aconseja y recomienda. Hoy en día el banquero es sinónimo de aprovechamiento y usura.
PRINCIPIOS Y DESAFÍOS DE LA BANCA ÉTICA Y LAS INVERSIONES RESPONSABLES EN EL MUNDO
Una de las principales máximas de la banca ética es poner al ser humano en el centro de la economía, ¿nos puedes explicar cómo este principio se puede materializar en la práctica?
En la práctica, la banca ética debe asumir que ganar mucho o poco dinero no es lo más importante. Nuestros proyectos y actividades buscan indicar que lo realmente relevante es apoyar proyectos que aporten valor a la sociedad. Por ejemplo, en Chile
hay muchos proyectos buenos que podrían generar numerosos puestos de trabajo que ayudarían a la gente a salir de situaciones de pobreza o vulnerabilidad. Sin embargo, lamentablemente, varias de estas iniciativas no pueden despegar porque nadie las quiere financiar.
Mucha gente cree que salir de la pobreza es sólo hacer donativos. Esto no es poner en el centro de la economía al ser humano. Hay que apoyar proyectos innovadores que busquen primar a las personas y al planeta por delante del dinero. A veces vale la pena renunciar a una rentabilidad de un 2% o 3% para apoyar una iniciativa que genere valor. Al revés, hay proyectos que podrían entregar mucho dinero pero que no deberían apoyarse porque no respetan al ser humano o la tierra. Primero son las personas, luego la tierra y después son los beneficios.
Por otra parte, todo esto debe ir acompañado de transparencia y veracidad. Los clientes y las personas en general deben saber cómo los bancos están usando sus fondos. A veces la gente no sabe cómo utilizar adecuadamente sus productos y servicios bancarios porque los bancos sólo se dedican a ofrecer créditos y no recomiendan acciones que de verdad le convienen a sus clientes. Los usuarios son seres humanos como nuestros padres o hijos, debemos tratar a todos por igual. No podemos continuar con este sistema económico aprovechador que ha existido hasta ahora, el cual ha llevado a la destrucción del tejido social y de la propia tierra.
Considerando lo que usted señala sobre la relación entre bancos y clientes, ¿le parece que la educación financiera es una herramienta clave para fomentar el consumo responsable?
Sí, es fundamental. Yo he escrito muchos libros al respecto. Uno de ellos es “La Economía Explicada a los Jóvenes”, un libro que se está vendiendo en Chile y otros países de América Latina. El texto está pensado para que los estudiantes de colegios y sus profesores debatan sobre economía y consumo. Por ejemplo, cuando te vas a comprar una camisa o un pantalón, pregúntate quién lo ha hecho, en qué país y en qué condiciones.
¿Respetamos a las personas o no? Si nos guiamos por modas y por precio, igual estás comprando cosas en las que probablemente se ha explotado a un ser humano. La educación financiera debe ser un tema permanente tanto en jóvenes como en adultos. Hay que seguir haciendo debates en colegios, universidades y conferencias como las que hemos hecho en Europa para que la gente se pregunte: ¿A quién sirve mi dinero? Cuando yo compro y dejo mi dinero en un local, debemos preguntarnos si nuestros recursos van a ir a una multinacional que va a seguir explotando trabajadores en condiciones precarias o si va a servir al mejoramiento de la calidad de vida de los seres humanos.
Esto, que es imprescindible, forma parte del trabajo de Fundación Dinero y Conciencia. Usted ha señalado en distintas conferencias que la banca y las empresas han confundido propósitos con resultados. ¿Cuál ha sido el impacto que ha tenido esta confusión en la promoción de inversiones sociales y sostenibles?
El impacto ha sido terrible. En primer lugar, han quebrado cientos de bancos en el mundo porque decidieron ganar mucho dinero rápidamente y no invirtieron en la economía real. Las cosas bien hechas requieren un tiempo. Cuando uno quiere ganar dinero muy rápido, hay que empezar a especular. La especulación crea burbujas que han reventado y eso ha llevado a que muchos bancos desaparezcan.
Algunos países han decidido salvar a estos bancos con dinero público. Imagínese el impacto de esta situación: cuando estaban bien, ganaban unos pocos; cuando estaban mal, tuvimos que pagar todos. El problema está que en los años 80, durante la época de Ronald Reagan y Margaret Thatcher, removieron una norma que dictaba que la banca comercial no podía especular por medio de los clientes. A pesar de todas las quiebras, no hemos vuelto a poner esta ley. Es urgente tener una ley que indique que no se puede especular con el dinero de la banca y otra que ley que establezca reglas de transparencia.
Ambas son fundamentales para proteger el dinero de las personas e informar lo que se está haciendo con esos fondos. El propósito de la empresa siempre debería apuntar a mejorar el mundo. No se puede continuar generando crisis financieras que después deben arreglar otros.
Considerando su vasta experiencia en el sector bancario, ¿cuáles son los principales desafíos que debe asumir la banca y otros sectores inversionistas para sumarse al desarrollo inclusivo y sostenible?
En primer lugar, todos los bancos deberían tomar conciencia de que ellos no son dueños del dinero. Esto es algo que incluso los clientes olvidan. El banco no es el propietario del dinero, sólo lo gestiona. Los clientes tienen el derecho y la responsabilidad de saber qué se está haciendo con su dinero. El banco tiene que pensar ante todo que no puede poner el dinero en riesgo. No puede ser que cuando estalla una inversión debe pagar el cliente. Como dije anteriormente, se debe recobrar el oficio de banquero.
Antiguamente, ser banquero era una posición de prestigio. Indicaba a una persona prudente, seria, sensata y que entiende de negocios. Hoy, los banqueros solo despachan créditos y el computador es el que decide. La banca debe recuperar el orgullo de ser banquero. El gran desafío es que los bancos aconsejen responsablemente a la gente y no poner en riesgo sus finanzas.
En segundo lugar, uno de los desafíos es que sobra mucho dinero en el mundo. Hay millones y millones de dólares a nivel mundial que si se destinaran a la economía, este mundo daría un vuelvo en seis meses.
Por eso es tan importante apoyar el desarrollo de bancos éticos como Doble Impacto, ya que si este tipo de iniciativas tienen éxitos, la banca tradicional se va a ver en una encrucijada. Nosotros ya hemos visto como la juventud en España opta por bancos como Triodos Bank, el cual privilegia una estrategia de negocios humana, responsable y sostenible. En un futuro más cercano que lejano, yo espero que la ética y los valores humanos coticen más que las tasas de interés en el sector bancario.
Debemos apoyarnos entre las personas que compartimos principios y valores sobre cómo ver el bien común. Si somos coherentes con lo que predicamos, los bancos deberán a empezar a asumir un cambio en su manera de gestionar el dinero de la gente.
*ESTA ENTREVISTA FORMA PARTE DE UNA SERIE QUE SE REALIZÓ A PANELISTAS QUE PARTICIPARON DEL SEMINARIO “AVANCE DE LAS FINANZAS SOSTENIBLES”*
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Si deseas conocer más sobre el trabajo de Joan Melé y las actividades de Fundación Dinero y Conciencia, accede a los enlaces que se listan a continuación:
-Sitio web de Joan Melé.
-Sitio web de Fundación Dinero y Conciencia.
Entrevista realizada por Felipe Crowhurst.