Las compañías que han iniciado el camino de la sostenibilidad han conseguido fortalecer su competitividad en los mercados y aquellas que han consolidado un sentido auténtico, al identificarse con una causa por el bien de la sociedad, se han posicionado en forma más preponderante.
Hoy las personas ejercen sus atribuciones para exigir a las empresas un comportamiento responsable, esperando de ellas un aporte social y la consideración de sus necesidades e inquietudes frente a los impactos negativos que estas provocan inevitablemente, con la producción de bienes y servicios.
La única forma de que la empresa pueda responder, es integrando la sostenibilidad en su modelo y estrategia de negocio. Para esto es fundamental construir y levantar una cultura interna que permita a todos los trabajadores de la empresa entender el significado de la sostenibilidad y los beneficios que aporta.
Sin duda, se requiere un progreso colectivo y sistémico, en un mundo con grandes niveles de desigualdad, problemas ambientales y altas cifras de pobreza. Las empresas tienen mayor posibilidad de mantener su reputación y mejorarla, así como asegurar su negocio, si toman en serio los estándares que plantea el ser sostenible en el amplio sentido de los aspectos que abarca.
El cambio hacia formas de consumo y producción sostenibles trae consigo el aumento en la eficiencia y la productividad en toda la cadena de suministro. El análisis del ciclo de vida de los productos, es hoy fundamental para detectar nudos críticos de impacto negativo e identificar problemas a resolver en el presente y en el largo plazo.
Además, muchas veces, sin haberlo pretendido, esa búsqueda de la sostenibilidad ha traído consigo beneficios, como disminución en los costos en energía, racionalización del uso del agua, disminución de los residuos, entre otros. Se ha demostrado que es un ganar-ganar al final del camino.
Para responder a los desafíos globales, es fundamental que las empresas adopten, cada vez más, modalidades de consumo y producción responsables, que respondan a estándares mucho más altos en cuanto a exigencias en la calidad y grado de sostenibilidad de los productos. Además, se debe tener en cuenta, que la sociedad ya no sólo considera el precio y calidad de un producto, sino que también está optando por aquellos “responsables”, que cumplan esos estándares ambientales y sociales.
Para lograr un verdadero compromiso de las empresas con la sostenibilidad, desde Pacto Global, tenemos como propósito movilizar la contribución del sector empresarial en el cumplimiento de la Agenda 2030 y contribuir de manera específica, al logro de los ODS, motivando a las empresas a autoimponerse metas concretas.